Dentro de los tumores ginecológicos, uno de los menos frecuentes es el sarcoma uterino, un tipo de tumor que suele afectar a mujeres mayores de 40 años y que, por su sintomatología bastante poco específica, puede confundirse con problemas de otra índole. Por eso, es importante conocer todas sus características, para tener claro cuándo es necesario pedir consulta a un especialista. Sobre este tipo de cáncer hemos tenido la ocasión de hablar con el doctor Alejandro Gallego Martínez, especialista del Área de Cáncer Ginecológico del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra.
Representa únicamente entre el 3% y el 7% de los cánceres uterinos
¿Qué es el sarcoma uterino?
Tal y como nos explica el especialista en oncología ginecológica, el sarcoma uterino es un tipo de cáncer poco habitual que habitualmente se origina de una de las capas del útero, conocida como miometrio. “Este lo diferencia de los carcinomas endometriales, que son los tumores uterinos más comunes, que tienen su origen de la capa interna del útero”, apunta el especialista.
¿Es un cáncer ginecológico frecuente?
El doctor Gallego Martínez nos aclara que no estamos ante un tipo de cáncer habitual. “El sarcoma uterino es muy poco frecuente. Representa únicamente entre el 3% y el 7% de los cánceres uterinos. El más común es el leiomiosarcoma, cuya incidencia es aproximadamente de 0,5 casos por cada 100.000 personas al año”, indica.
¿Hay factores que pueden influir en su aparición y desarrollo?
Es una de las preguntas que se plantean muchas personas, si hay algún factor que se sepa que puede llegar a condicionar la aparición de este tipo de tumor. “En la mayoría de los casos, se desconoce la causa exacta de aparición de los sarcomas uterinos. Sin embargo, algunos factores pueden aumentar el riesgo, como haber recibido radioterapia previa en la zona pélvica, el uso prolongado de tamoxifeno, o ciertos síndromes hereditarios poco comunes como el síndrome de Li-Fraumeni o el de leiomiomatosis hereditaria y cáncer renal”, detalla el doctor de la CUN.
La edad media de aparición es de aproximadamente 60 años
¿Hay distintos tipos de sarcoma uterino?
El doctor indica que los sarcomas uterinos son un grupo heterogéneo de tumores con diferentes subtipos.
- El más frecuente es el leiomiosarcoma, seguido por el sarcoma del estroma endometrial, que a su vez se diferencia en bajo o alto grado.
- Otros tipos menos comunes incluyen los adenosarcomas, los sarcomas indiferenciados y los tumores de células epitelioides perivasculares (PEComa), entre otros.
¿Es más frecuente a partir de determinados rangos de edad?
Sobre las franjas de edad más habituales en las que se desarrolla este tipo de cáncer, el especialista nos comenta que en la mayoría de los casos, los sarcomas uterinos se diagnostican en mujeres mayores de 40 años, con una edad media de aparición de aproximadamente 60 años.
¿Cuáles son sus síntomas?
Una vez que tenemos claro de qué tipo de tumor se trata, así como los factores de riesgo, nos surge la duda acerca de las señales que nos pueden alertar de su presencia. “Los síntomas pueden ser poco específicos, pero los más comunes incluyen sangrado uterino anormal, dolor o sensación de distensión abdominal. En mujeres en seguimiento ginecológico, un mioma que crece rápidamente también puede ser una señal de alarma”, comenta el doctor Gallego Martínez.
¿Cómo se confirma el diagnóstico?
¿Cuáles son las claves para confirmar el diagnóstico de este tipo de cáncer? El especialista en cáncer ginecológico nos confirma que el diagnóstico empieza con una evaluación clínica y una exploración ginecológica, incluyendo una ecografía transvaginal. “Sin embargo, la confirmación definitiva requiere un análisis histológico del tejido obtenido mediante biopsia. Además, estudios como la resonancia magnética de pelvis, la TC o el PET-TC ayudan a determinar la extensión de la enfermedad tanto a nivel local, como a distancia”, detalla.
En los estadios iniciales, el tratamiento principal es la cirugía, que generalmente incluye la extirpación del útero (histerectomía)
¿Cuál es el tratamiento para la enfermedad?
Cuando se confirma el diagnóstico de cualquier tipo de cáncer, los oncólogos han de establecer un tratamiento individualizado para tratar de frenar el avance de la enfermedad. “El tratamiento debe ser personalizado y realizado en centros especializados con una valoración multidisciplinar. En los estadios iniciales, el tratamiento principal es la cirugía, que generalmente incluye la extirpación del útero (histerectomía) y, en algunos casos, especialmente en mujeres postmenopáusicas, de los ovarios y las trompas de Falopio. Dependiendo del tipo de sarcoma y de sus características, se puede añadir quimioterapia, aunque existe incertidumbre sobre su beneficio”, nos dice el doctor.
¿Es fundamental seguir investigando en este tipo de cáncer?
Una vez más, se constata la importancia de seguir avanzando en la investigación para tratar de mejorar en el conocimiento y el abordaje de este tipo de tumor ginecológico. “La colaboración entre centros especializados es clave para avanzar en el conocimiento de esta patología, ya que los sarcomas uterinos son poco frecuentes y los ensayos clínicos suelen enfrentarse a dificultades para reclutar suficientes pacientes. En este sentido, la Clínica Universidad de Navarra lidera un estudio internacional (el estudio Daydream) en más de 20 países con más de 800 pacientes para entender mejor el papel de la quimioterapia en sarcomas uterinos de alto grado que han sido operados. En estadios avanzados, la quimioterapia suele ser el tratamiento principal”, nos cuenta el especialista.
¿Qué pronóstico tiene una mujer diagnosticada con un sarcoma uterino?
Como es previsible, el pronóstico varía en función del subtipo y el grado de agresividad del sarcoma. “Los sarcomas de alto grado, en muchos casos, tienen un pronóstico desfavorable. Por ejemplo, en el caso del leiomiosarcoma, incluso en fases iniciales, en el riesgo de que el tumor podría volver aparecer en más de la mitad de las pacientes. Por otro lado, los sarcomas de bajo grado, como el sarcoma del estroma endometrial de bajo grado, suelen tener una evolución más favorable y un curso clínico menos agresivo”, concluye el doctor de la CUN.