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mujer joven pensativa y triste apoyada en la pared© Getty Images

10 consejos para apoyar a las personas que padecen un trastorno mental

Los más prevalentes son los problemas de ansiedad, seguidos de los trastornos de sueño y los depresivos


15 de enero de 2025 - 13:36 CET

Cada vez hablamos más de salud mental, pero queda mucho camino por recorrer. Por eso, desde estas páginas no queremos perder la oportunidad de seguir remarcando la importancia de cuidar un pilar fundamental de nuestra salud. Según los últimos datos del Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2023, el 34% de la población española tiene algún problema de salud mental. Haciendo referencia a los trastornos mentales diagnosticados, el mismo Informe indica que los más prevalentes son los trastornos de ansiedad, seguidos de los trastornos del sueño y los depresivos.

Hay trastornos que pueden a llegar a limitar y condicionar la vida de una persona y la de su entorno

¿Qué es un trastorno mental?

Un factor clave y necesario es saber diferenciar qué es (y que no es) un trastorno mental. Así, tener un día de bajón o notar un día puntual de ansiedad en el trabajo son malestares psicológicos y emocionales que forman parte de la vida y de las subidas y bajadas anímicas, que todos podemos experimentar en un momento u otro. 

Por lo tanto, podemos hablar de que alguien padece un trastorno mental cuando la situación se presenta con mayor severidad e impide a quien lo padece desempeñarse en su día a día de manera óptima y funcional. La diferencia, por tanto, está en el grado de afectación y en lo que realmente pueden a llegar a limitar y condicionar la vida de una persona y la de su entorno. 

mujer pensativa sentada en la cama, junto a la ventana© Getty Images

10 consejos para una mejor comprensión de las personas que sufren un trastorno mental

Teniendo todo esto en cuenta, Mar Santamaria, Responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma by DocMorris, comparte el decálogo con consejos que pueden ser de utilidad tanto para las personas que transitan una enfermedad mental como para quienes las acompañan. Y es que es importante cultivar la comprensión y recibir el respaldo o ayuda necesarios.

  1. Buscar ayuda profesional. Es imprescindible recibir la ayuda de profesionales de la salud mental durante el proceso. Si bien es cierto que en algunos casos se puede tener la percepción errónea de que “nos podemos apañar” sin las pautas profesionales adecuadas, lo cierto es que, en la mayoría de los casos, no es así. Aceptar la propia enfermedad y mantenerse receptivo a la ayuda profesional lo es todo.
  2. Comprender lo que nos pasa. La experta comenta que intentar comprender mejor la enfermedad ayuda a la persona que la padece y, también, a las personas de su entorno. Por eso es siempre aconsejable recabar información de calidad y rigurosa, que proceda directamente de los profesionales, asociaciones de pacientes y centros de salud.
  3. La red de apoyo, fundamental. Conviene hablar abiertamente del problema de salud con las personas receptivas del entorno y pedir ayuda a quien la pueda brindar (pueden ser familiares, amigos, personas de la misma comunidad, ambiente laboral, asociaciones de pacientes y centros de salud, entre otros). Tejer esa red es muy importante.
  4. No buscar culpables. Conviene recordar que hay que evitar culpabilizar a la persona enferma. Y es que no podemos perder de vista que ella es la primera que no desea encontrarse en esta situación de malestar. Evita los reproches o la presión externa, pues son contraproducentes durante el proceso de recuperación.
  5. Hacer el ejercicio de intentar ver la enfermedad mental como si fuese una enfermedad física ayuda a comprender mejor las limitaciones de la persona afectada. Si te rompes una pierna acudes al traumatólogo y sabes que el problema está ahí. Igual que si tienes la tensión alta. Pensar en cómo trataríamos a la persona afectada si tuviese una fractura o estuviese en tratamiento contra cualquier otra enfermedad que denominamos “física”, cambia la perspectiva de “es solo un problema mental”.
  6. Fuera mitos y desinformación. Hay que huir de ellos porque nos hacen daño. Es perjudicial creer en esas falsas verdades y desinformaciones que abundan en redes sociales y otros entornos. La experta insiste en una idea clave: es recomendable acudir siempre a fuentes de información fiables para resolver dudas y aclarar inquietudes.
  7. No hay remedios milagrosos. Huir de las soluciones que se presentan como rápidas, milagrosas, o de aquellas supuestas terapias que prometen soluciones sencillas a problemas de salud que son complejos y multifactoriales.
  8. Respetar los tiempos. Es un proceso por el que hay que transitar. No es extraño que en el camino, tanto quien sufre la enfermedad, como su entorno, puede sentirse abrumados y en medio de un túnel oscuro y sin salida. No suele haber resultados inmediatos, y la medicación y las intervenciones psicoterapéuticas tardan su tiempo en hacer efecto. No hay que desesperar y es importante recordar que, a medida que vaya avanzando el tratamiento, la situación irá mejorando.
  9. Las personas del entorno también pueden (y deben) compartir sus miedos. Hablar con familiares de otras personas afectadas por el mismo problema o respaldarse en asociaciones, brinda un soporte muy beneficioso al entorno.
  10. Acompañar, no juzgar. Ante la duda de cómo actuar, es mejor dar un paso al lado y no juzgar. A veces, solo con acompañar de forma pasiva, escuchar u ofrecer presencia hacia la persona que sufre puede ser tremendamente útil. Estar ahí, y eso es en ocasiones suficiente, tranquilizador y valioso.

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