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Mujer joven bebiendo alcohol© Getty Images

Salud

¡Atención! Esto es lo que te ocurre cuando bebes poco alcohol y conduces

Si piensas que solo puedes tener problemas al volante cuando superas la tasa de alcoholemia permitida, estás muy equivocada. Aunque sea en cantidades bajas, el alcohol tiene estos graves efectos en tu conducción


30 de diciembre de 2024 - 14:54 CET

Hay un lema que tenemos muy grabado: 'Si bebes, no conduzcas'. Sin embargo, es habitual que cojamos las llaves del coche y nos pongamos a conducir cuando hemos bebido una sola copa de vino. Lo malo es que ignoramos los efectos que tiene esta sustancia en nuestro cuerpo y cuanto nos afecta pasarnos, aunque el consumo esté por debajo del límite permitido. 

¿Por qué es peligroso beber y conducir?

Conducir bajo los efectos del alcohol sigue siendo una de las principales causas de accidentes de tráfico en todo el mundo. En España, las leyes establecen límites claros sobre la tasa de alcoholemia permitida para conducir, pero, a pesar de ello, muchos conductores subestiman los efectos del alcohol, incluso en cantidades que no superan el límite legal. Un reciente estudio de la Universidad de Granada ha visto cómo incluso niveles bajos de alcohol en la sangre afectan la velocidad de conducción y, en consecuencia, aumentan el riesgo en la carretera. 

Mujer tomando vino© Getty Images

Cómo nos afecta el alcohol al conducir

El alcohol es una sustancia psicoactiva que, cuando se consume, afecta el sistema nervioso central. Esto reduce la capacidad de tomar decisiones racionales. Aunque muchos conductores conocen que conducir con una tasa de alcoholemia superior al límite legal es peligroso, pocos son conscientes de que el alcohol, incluso en niveles bajos, sigue alterando las capacidades necesarias para una conducción segura.

Aunque las cantidades sean bajas y no superen la tasa permitida de alcoholemia, el conductor no puede identificar con claridad señales de tráfico, peatones u otros vehículos

Según el estudio realizado por el Laboratorio de Ciencias de la Visión y Aplicaciones de la Universidad de Granada, cuando los conductores tienen una tasa de alcoholemia inferior al límite legal (0,25 mg/l en aire expirado en España), todavía experimentan dificultades para percibir detalles y distinguir contrastes. La visión es un factor clave en la conducción, ya que permite identificar obstáculos, evaluar distancias y reaccionar a tiempo. La reducción en la capacidad para percibir contrastes entre luces y sombras disminuye la seguridad, ya que el conductor no puede identificar con claridad señales de tráfico, peatones u otros vehículos, lo que aumenta la probabilidad de cometer errores.

¿Cuánto tengo que beber para dar positivo?

En cuanto a la cantidad de alcohol necesaria para alcanzar una tasa de 0,25 mg/l en aire expirado, depende de varios factores como el peso, el sexo, la edad, el metabolismo y si se ha comido antes de beber. Y es que es importante tener en cuenta que el alcohol no afecta a todas las personas de la misma manera. 

Según la DGT, si una mujer que pesa entre 70 y 90 kg consume dos tercios de una lata de cerveza de 330 ml, es muy probable que supere el límite legal de alcoholemia (0,5 g/l en sangre o 0,25 mg/l en aire expirado). En cambio, un hombre con el mismo rango de peso puede estar cerca de este límite, si no lo supera. Si se consume una copa de vino de 100 ml, es posible que no alcance los niveles de alcoholemia permitidos, tanto si es hombre como mujer y su peso está en el rango de 70 a 90 kg. 

Aun así, no hay que olvidar que a menor peso, el alcohol afecta más y que la tasa de alcoholemia en sangre no depende únicamente del peso o el sexo, ya que influyen otros factores, como:

  • Lo que comes antes o mientras bebes 
  • El tiempo transcurrido desde que has bebido hasta que coges el coche 
  • Tu grado de tolerancia. Una persona que no bebe absorberá el alcohol de forma más lenta, es decir, el efecto durará más. 
mujer enfadada dentro del coche, mientras conduce© Getty Images

La falsa sensación de confianza al conducir con alcohol

Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio que han realizado en la Universidad de Granada  es que los conductores que se encuentran por debajo del límite legal de alcoholemia tienden a conducir más rápido que aquellos con tasas de alcohol más altas. Este fenómeno se debe a lo que los psicólogos llaman "falsa confianza". Cuando el alcohol se encuentra en niveles bajos, los conductores tienden a sentirse más seguros de sí mismos. El alcohol reduce las inhibiciones y da la sensación de tener el control, aunque en realidad se están produciendo alteraciones cognitivas y perceptuales.

 Sorprendentemente, los conductores que se encuentran por debajo del límite legal de alcoholemia tienden a conducir más rápido

Este comportamiento es un claro ejemplo de cómo la confianza excesiva puede llevar a decisiones peligrosas. Los conductores con una tasa de alcoholemia inferior al límite legal suelen sobrestimar su capacidad para manejar el vehículo, lo que les lleva a aumentar la velocidad y a percibir el entorno de manera menos precisa. Aunque la conducción en este estado podría no parecer tan peligrosa en un primer momento, aumenta significativamente el riesgo de accidentes, ya que la capacidad de reacción ante una situación inesperada se ve reducida.

Factores que influyen en la velocidad de conducción

Además del alcohol, hay varios factores que determinan cómo un conductor ajusta su velocidad al volante. La complejidad de la vía es uno de los aspectos más importantes. El estudio mostró que los conductores tienden a reducir la velocidad en carreteras con muchas curvas, tráfico denso o la presencia de vehículos estacionados. Estos factores externos actúan como señales naturales para disminuir la velocidad, ya que aumentan el riesgo de colisión. Sin embargo, bajo los efectos del alcohol, especialmente en dosis bajas, los conductores tienden a ignorar estos factores de riesgo y continúan conduciendo a velocidades elevadas, lo que pone en peligro la seguridad vial.

Otro factor relevante es la capacidad visual del conductor. Aquellos que tienen una mayor sensibilidad al contraste tienden a conducir más rápido, ya que su percepción del entorno es más precisa y se sienten más seguros al volante. Sin embargo, incluso los conductores con buena visión pueden verse afectados por el alcohol, lo que disminuye su capacidad para identificar riesgos a tiempo.

Adolescente rechazando una copa de vino© Adobe Stock

La importancia de reducir la velocidad al conducir con alcohol

El estudio subraya que, aunque las diferencias de velocidad no siempre son tan significativas como para causar un accidente inmediato, en algunos casos pueden superar el 10% del límite de velocidad permitido. Este pequeño exceso puede ser suficiente para no reaccionar a tiempo ante un obstáculo o una señal de tráfico, aumentando el riesgo de accidentes graves.

 Hay que tener en cuenta que si la velocidad aumenta, el tiempo de reacción disminuye, y la distancia de frenado también se alarga aunque la variación de velocidad no sea tan significativa

La velocidad excesiva es una de las principales causas de accidentes de tráfico, especialmente en condiciones de baja visibilidad o en situaciones imprevistas, como frenazos bruscos de otros vehículos. Si la velocidad aumenta, el tiempo de reacción disminuye, y la distancia de frenado también se alarga. Estas variaciones pueden ser fatales, ya que en algunos casos, incluso una pequeña diferencia de velocidad puede evitar una colisión.

Cómo evitar tener un accidente si bebes 

Volvemos al lema principal: Si bebes, no conduzcas. Y esta es la única manera de evitar un accidente. Tienes muchas alternativas para no tener que lamentar un suceso tan peligroso como una colisión al volante:

  1. Usa alternativas de transporte seguro: si tienes la intención de beber, considera utilizar transporte público, taxis, o aplicaciones de transporte. Estas opciones eliminan el riesgo de conducir bajo los efectos del alcohol, permitiéndote disfrutar sin poner en peligro tu seguridad y la de los demás.
  2. Designa un conductor: si sales en grupo, es recomendable que una persona se encargue de conducir sin consumir alcohol. Esta medida asegura que al menos un conductor esté en condiciones de manejar el vehículo de manera segura.
  3. Evitar el alcohol si vas a conducir: como decíamos, la forma más segura de evitar cualquier riesgo asociado con el alcohol y la conducción es abstenerse de consumirlo si tienes la intención de conducir. No importa si el nivel de alcoholemia está por debajo del límite legal, ya que el alcohol sigue alterando las capacidades necesarias para una conducción segura.

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