Tras más de una semana de ingreso y de pruebas, el Hospital 12 de octubre, centro en el que está ingresado Raphael ha emitido un comunicado en el que ha dado respuesta a los síntomas que manifestó el cantante durante la grabación del especial de Navidad de La Revuelta. Se trata de un linfoma cerebral con dos nódulos cerebrales en el hemisferio izquierdo, un tipo de enfermedad oncológica cuyo pronóstico varía según varias causas y que ya se está tratando. Esta enfermedad, también se conoce como linfoma primario del sistema nervioso central, y afecta al cerebro y al sistema nervioso central. Se trata de una enfermedad poco frecuente, de hecho, representa solo el 1% de los linfomas, y puede confundirse, al principio, con un ictus por los síntomas que provoca. Hemos hablado con varios expertos para averiguar qué es exactamente esta patología oncológica, cómo se diagnostica, sus síntomas y qué opciones de tratamiento hay.
¿Qué es el linfoma cerebral?
El linfoma cerebral, o linfoma primario del sistema nervioso central (SNC), es un cáncer que se origina en las células linfáticas del cerebro o de la médula espinal. Este tipo de linfoma pertenece al grupo de los linfomas no Hodgkin y se caracteriza por localizarse exclusivamente en el sistema nervioso central, sin extenderse a otras partes del cuerpo al momento del diagnóstico. Como nos detalla el Dr. Adolfo de la Fuente, jefe del Servicio de Hematología de MD Anderson Cancer Center Madrid-Hospiten, "el linfoma cerebral se desarrolla cuando las células del sistema linfático crecen de forma descontrolada en el sistema nervioso central (SNC). Uno de los problemas muy importantes de este diagnóstico es que el espacio en el cerebro está limitado por las estructuras óseas del cráneo. Esto significa que, a diferencia de un linfoma en el tórax o el abdomen, donde una masa en crecimiento puede desplazarse sin causar daños inmediatos, un linfoma en el SNC afecta al tejido neuronal desde etapas tempranas, causando síntomas".
Puede presentarse en personas de cualquier edad, aunque es más común en adultos mayores y en pacientes inmunodeprimidos o que han recibido trasplantes de órganos. El cantante tuvo que ser trasplantado en 2003.
No se conoce la causa exacta. Se produce por alteraciones genéticas en linfocitos presentes en el sistema nervioso central que hacen que se vuelvan tumorales, es decir, se multipliquen descontroladamente, escapando a la vigilancia del sistema inmune y formando un tumor. En los pacientes sometidos a inmunosupresión crónica, como son los receptores de trasplante de órganos, suele estar implicado en su desarrollo el virus de Epstein-Barr, responsable de la mononucleosis, añade el Dr. Alejandro Martín García-Sancho, vicepresidente del Grupo de Linfomas de la Sociedad Española de Hematología (SEHH).
Síntomas del linfoma cerebral
Los síntomas del linfoma cerebral están relacionados con el daño neuronal que produce la enfermedad. "Al principio, los síntomas pueden ser inespecíficos, como dolor de cabeza o pequeñas alteraciones funcionales de la memoria o del habla. Sin embargo, pueden evolucionar hacia manifestaciones mucho más graves", afirma el Dr. de la Fuente. Estas incluyen dificultades para mover partes del cuerpo, expresarse de forma hablada o incluso la aparición de crisis convulsivas.
Así, los síntomas del linfoma cerebral pueden variar según la localización del tumor en el sistema nervioso central, pero los más comunes incluyen:
- Dolor de cabeza persistente.
- Cambios en la conducta o el estado mental, como confusión, pérdida de memoria o dificultad para concentrarse.
- Debilidad o entumecimiento en una parte del cuerpo.
- Problemas de visión, como pérdida parcial de la vista o visión borrosa.
- Convulsiones.
- Náuseas y vómitos, especialmente si están relacionados con el aumento de la presión intracraneal.
Debido a la similitud de estos síntomas con otras enfermedades neurológicas como los accidentes cerebrovasculares, el diagnóstico puede ser complicado y requiere de un equipo multidisciplinar. "Es esencial realizar una evaluación exhaustiva de la persona para asegurar un diagnóstico correcto y obtener toda la información necesaria tanto de la enfermedad como del paciente", señala. De hecho, la primera sospecha que tuvieron los médicos y por lo que Raphael fue ingresado con rapidez fue por un posible ictus. Sin embargo, se emitió un parte médico en el que se descartó este accidente cerebrovascular.
¿Cómo se diagnostica el linfoma cerebral?
El diagnóstico del linfoma cerebral implica una combinación de pruebas clínicas y de imagen, así como confirmación histológica. Los pasos principales incluyen:
- Historia clínica y examen físico. Se evalúan los síntomas y signos neurológicos, como debilidad, alteraciones visuales o cambios en el comportamiento.
- Resonancia magnética (RM). Es la prueba de imagen de elección para detectar lesiones en el cerebro o la médula espinal. En el linfoma cerebral, las lesiones suelen ser homogéneas y se realzan con el uso de gadolinio.
- Biopsia cerebral. Para confirmar el diagnóstico, se extrae una muestra del tejido cerebral afectado. El análisis histológico permite identificar las células cancerosas y determinar el tipo de linfoma.
- Análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR). Mediante una punción lumbar, se examina el LCR en busca de células cancerosas o marcadores asociados al linfoma.
- Tomografía por emisión de positrones (PET). Ayuda a evaluar si el linfoma se limita al sistema nervioso central.
Estas pruebas no solo permiten confirmar el diagnóstico, sino también descartar otras afecciones neurológicas que, como decíamos, pueden presentar síntomas similares, como un ictus, la patología en la que primero se pensó cuando Raphael manifestó los primeros síntomas, pero también infecciones o enfermedades autoinmunes.
Tratamiento del linfoma cerebral
En cuanto al tratamiento del linfoma cerebral, como nos explica este experto en linfomas, el primer paso, "es tener un correcto diagnóstico y una evaluación de la persona, porque el tratamiento no solamente tiene que ser el adecuado para la enfermedad, sino también el adecuado para la persona", señala el Dr. Adolfo de la Fuente.
En cualquier caso, tal como nos detalla el Dr. Alejandro Martín García-Sancho, "la base del tratamiento es la quimioterapia, con fármacos que alcancen concentraciones adecuadas a nivel del parénquima cerebral, como el metotrexato a dosis altas. Se pueden combinar varios fármacos quimioterápicos y también con anticuerpos monoclonales. En pacientes jóvenes se puede emplear el trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos. En casos resistentes puede ser eficaz la radioterapia o la inmunoterapia con células CAR (linfocitos T del paciente modificados genéticamente), entre otros tratamientos. Además, en pacientes sometidos a inmunosupresión crónica, como son los receptores de trasplante de órganos, puede ser necesario reducir la inmunosupresión".
Pronóstico del linfoma cerebral
El pronóstico del linfoma cerebral depende de varios factores, como la edad del paciente, el estado general de salud, la extensión del tumor y la respuesta al tratamiento.
Como apunta el especialista, el linfoma cerebral es una enfermedad seria que requiere una atención especializada. "Cualquier diagnóstico de linfoma es un problema de salud significativo que debe ser manejado por un equipo multidisciplinar. Esto asegura que el tratamiento sea el más adecuado para la situación específica de cada paciente", indica el Dr. de la Fuente.
Como conclusión, el Dr. Alejandro Martín García-Sancho de la SEHH añade que "es un tipo de linfoma que puede ser “curable”, y que depende en gran medida de la respuesta al tratamiento. El pronóstico empeora en pacientes de edad avanzada o con mal estado general por la dificultad de administrar los tratamientos adecuados, que pueden tener una toxicidad elevada".