Cuando hablamos en estas páginas de que la Navidad es una época en la que las emociones están a flor de piel para muchas personas, no podemos olvidarnos de quienes se encuentran pasando por una etapa complicada a nivel de salud. Es el caso, por ejemplo de los pacientes oncológicos, aquellos que se encuentran en tratamiento contra el cáncer, para los que estas fechas pueden traer consigo una sensación de disonancia emocional, al contrastar las expectativas sociales con su propia realidad.
“El paciente oncológico puede sentirse atrapado entre lo que debería experimentar y lo que realmente está viviendo, generando una carga emocional añadida”, comenta Maribel González, psicooncóloga de MD Anderson Cancer Center Madrid–Hospiten.
¿Cómo afrontan las fiestas los pacientes con cáncer?
Por eso, teniendo en cuenta este contexto, juega un papel fundamental el propio proceso de aceptación de emociones, que se convierte en una herramienta clave para los pacientes oncológicos. Y es que los expertos apuntan que es importante que ellos mismos se permitan vivir sus emociones sin ningún tipo de juicio y se concedan el permiso de sentirse tal y como se sienten. “Esto no significa adoptar una actitud pasiva. Además de identificar y aceptar la emoción, aprendemos a gestionar la misma de la manera más adecuada”, clarifica la psicooncóloga.
Tener en cuenta el estado físico y emocional del paciente
En opinión de la especialista, hay que tener muy presente el estado emocional y físico del paciente que se encuentra en tratamiento para poder organizar actividades, sin caer en el aislamiento ni sentirse forzado a participar en eventos sociales. “Es importante reducir la autoexigencia, fomentando la autoescucha y comprensión de uno mismo, tomando las decisiones que contribuyan al mayor bienestar físico y emocional”, explica la psicóloga, que hace hincapié, además, en que se debe trabajar también la orientación a familiares y amigos sobre cómo brindarles apoyo, ya sea con pequeños gestos o respetando momentos de introspección, ayuda a crear un entorno comprensivo.
La importancia del entorno
De hecho, en Navidad todos tendemos a reunirnos con nuestros familiares y amigos y en el caso de estos pacientes, el entorno cercano juega un papel crucial en su bienestar emocional. La psicooncóloga destaca que es fundamental mantener una comunicación continua y abierta, “preguntándoles directamente qué necesitan y cómo se les puede ayudar”. ¿Qué conseguimos de esta forma? Se podrá adaptar el apoyo a sus necesidades diarias, que pueden variar desde una salida navideña para distraerse de la enfermedad hasta ofrecer un espacio seguro para desahogarse emocionalmente. “Es importante que el acompañante acepte y valide las emociones del paciente, respetando tanto sus momentos de alegría como los de tristeza, sin intentar forzar un estado de ánimo concreto”, apunta.
Pero, además, la psicooncóloga incide en que también los familiares deben cuidar su propio bienestar. Cuando aparece el cáncer en una familia o un entorno cercano, supone un auténtico terremoto no solo para el paciente. Y es que la carga emocional que supone acompañar a un paciente oncológico puede ser significativa, por lo que es esencial permitirse sentir y gestionar su propio dolor. Practicar el autocuidado es fundamental, ya que no solo ayuda al familiar, sino que también le permite estar más presente y disponible para el paciente.
“La Navidad, cuando se atraviesa por situaciones como esta, no tiene por qué ajustarse a las expectativas, pero siempre puede ser un buen momento para recordarnos el apoyo y afecto mutuo”, nos cuenta. En conclusión, aceptar las emociones, encontrar un equilibrio en las actividades y mantener una comunicación sincera son pilares fundamentales para que este periodo sea lo más llevadero posible.
Consejos útiles para gestionar las emociones
Los expertos de Petit BamBou recopilan una serie de consejos para manejar las emociones en estas fechas de Navidad que pueden ser útiles para todas las personas.
- Soltar las expectativas sobre la Navidad. Y vivirla tal cual es, sin juzgar ni compararla con la de los demás ni con lo que vemos en redes sociales.
- Aceptar la situación tal cual es. “Cuando aceptamos algo que nos duele, por ejemplo, la pérdida de alguien cercano, entendemos que la vida (sea Navidad o no) es una rueda, donde la felicidad se alterna con la tristeza. Todo es temporal y en cada vivencia la vida nos regala un aprendizaje y una enseñanza”.
- Vivir las fiestas desde el momento presente. Como unas Navidades que son únicas e irrepetibles. Sin anclarnos en otras pasadas o pensar en las futuras, volviendo al aquí y al ahora, honrando todo lo que somos.
- Buscar aquello que nos aporte bienestar y paz, independientemente de que sea “típico o habitual” en estas fechas.
- Agradecer por todo lo vivido estos días y siempre, y también la oportunidad que la vida nos da para seguir experimentando.
- Medita. Parar durante unos minutos nos permite identificar cómo nos sentimos, poner nombre a esa emoción y desarrollar recursos para navegarla.