Muchos de nosotros tenemos a nuestro alrededor amigos o familiares que practican yoga regularmente, o bien se han animado a probarlo alguna vez en su vida. Y lo cierto es que cuando les preguntamos si lo recomiendan, lo cierto es que la mayoría responden que sí, pues el yoga ha cambiado sus vidas y ha entrado en ellas para siempre. Por eso, queremos profundizar en esta ocasión, con la ayuda de Sara García, (@sarayoga.journey), profesora de Vinyasa Yoga, en cuáles son los beneficios del yoga, una práctica milenaria que tiene su origen hace más de 2.000 años en la India y que se trata de una práctica ideal para todas las edades, desde lo más pequeños hasta nuestros queridos mayores.
El yoga, mucho más que posturas
Tal y como nos explica la instructora, cuando hablamos de yoga, lo primero que nos suele venir a la cabeza es la práctica de asanas, es decir, la práctica física. Pero recuerda que no se nos puede olvidar que la meditación, así como las diferentes técnicas de respiración también forman parte de esta disciplina.
“Actualmente existen muchos estilos de yoga. Por resumirlo en pocas palabras, lo que diferencia a un estilo de otro son los diferentes matices de la práctica. Por ejemplo, cuando practicamos Ashtanga, Rocket o Navakarana, la práctica consiste en series donde las posturas se realizan siguiendo el mismo orden específico en cada clase. Otros estilos de yoga como el Vinyasa, no se trata de una serie de posturas que van en orden, sino que se trata de un estilo de yoga donde el profesor crea una secuencia de posturas con un sentido específico (como por ejemplo, enfocar la clase en la apertura de caderas)”, nos comenta Sara García.
Teniendo esto en cuenta, la experta nos resume los beneficios de la práctica de yoga destacan tanto a nivel físico como mental.
Fortalece y tonifica
A nivel físico, la práctica de yoga nos ayuda a fortalecer nuestros músculos, a tonificar el cuerpo y a mejorar la flexibilidad y elasticidad de nuestro cuerpo. Asimismo, nos ayuda a mejorar la movilidad tanto muscular como articular.
Estabilidad y equilibrio
Su práctica cultiva nuestra estabilidad practicando posturas de equilibrio, que no solo fortalecen el cuerpo, sino que también promueven un equilibrio emocional.
Un extra de energía
Está comprobado que cualquier movimiento, incluso un breve paseo por el vecindario, puede mejorar nuestro estado de ánimo y activar la energía en nuestro cuerpo. Sin embargo, la práctica de yoga va un paso más allá: no solo moviliza nuestra energía a través del cuerpo físico, sino que también nos permite equilibrarla, dejándonos con una sensación de bienestar más duradera.
Relajación de cuerpo y mente
El yoga nos aporta una sensación de relajación después de la práctica. Con relajación hacemos referencia a relajación en nuestro cuerpo y también en nuestra mente, ya que después de una clase de yoga tenemos mayor claridad mental.
Reducir el estrés
Sin duda, el yoga ayuda a reducir los niveles de estrés al influir en la producción de cortisol, la hormona asociada al estrés, promoviendo un estado de tranquilidad en el cuerpo.
Ayuda a dormir mejor
También su práctica es buena para tu descanso. Debido a la disminución de estrés en nuestro cuerpo, la práctica de yoga nos ayuda a conciliar mejor el sueño, así como a mejorar la calidad.
Mejora la propiocepción
El yoga mejora la propiocepción, es decir, la capacidad de sentir y percibir la posición y el movimiento de nuestro cuerpo sin necesidad de mirarlo, aumentando así nuestra consciencia corporal.
Mejora la circulación sanguínea
Dentro de los beneficios para nuestra salud física, no podemos perder de vista que practicar yoga también mejora nuestra circulación y nuestra presión arterial.
Bueno para las defensas
El yoga fortalece nuestro sistema inmunológico y sistema nervioso, debido a que activa el sistema nervioso parasimpático que nos ayuda a bajar el ritmo cardiaco.
Mejora nuestra postura
El yoga contribuye significativamente a mejorar nuestra postura en el día a día, ya que fortalece los músculos encargados de mantenernos erguidos, aumenta la flexibilidad y fomenta una mayor consciencia corporal, ayudándonos a alinear correctamente nuestro cuerpo incluso en actividades cotidianas.
Aumenta tu concentración
Especialmente cuando meditamos, tenemos la atención hacia un único punto, que es nuestra respiración. Esto se traduce en un aumento de la concentración en un único punto, lo cual es de lo más útil ya que a día de hoy estamos acostumbrados a tener nuestro foco de atención en varias cosas a la vez, debido a la gran cantidad de estímulos que tenemos a nuestro alrededor.
Bueno para tus pulmones
Por último, podemos citar que las diversas técnicas de respiración que practicamos en yoga fortalecen y aumentan nuestra capacidad pulmonar, mejorando nuestra resistencia.
“Es cierto que un solo día de práctica no va a producir milagros, pero es importante recordar que un día de yoga siempre es mejor que ninguno. Muchas veces, pensamos que para obtener resultados necesitamos dedicar horas a la práctica, y si no es así, mejor no practicar. Sin embargo, es fundamental entender que con solo 20 minutos al día es posible marcar una diferencia significativa. Lo esencial es mantener la constancia y hacer del yoga una parte regular de nuestra vida”, concluye Sara García.