dos amigas felices en Navidad© Getty Images

Salud mental

¿Tú también sientes la obligación de ser feliz en Navidad?

En cierto modo, nos autoimponemos la obligación de que la Navidad sea un tiempo mágico, incluso cuando nuestra situación personal no lo permite


13 de diciembre de 2024 - 7:00 CET

Para muchos, estos días en los que todo huele ya a Navidad son los más felices del año. Hay quien adora las fiestas, todo es felicidad. Pero luego hay quien tiene la sensación de que debe ser feliz casi por obligación en estos días de diciembre. “La Navidad viene cargada de imágenes ideales: reuniones familiares perfectas, regalos emocionantes, hogares decorados de manera impecable y un ambiente de alegría constante. Estas expectativas, que están presentes en películas, anuncios y redes sociales, pueden hacernos sentir que ‘debemos’ estar felices en estas fechas”, apunta Marc Rodriguez, (@rodriemocion), psicólogo especialista en inteligencia emocional.

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En su opinión, es como si se asumiera que todo el mundo tiene que disfrutar al máximo y no hay lugar para emociones negativas, esto es una condena de la felicidad. “Además, muchas personas relacionan la Navidad con recuerdos de la infancia, un período que solemos idealizar. Esto puede generar una comparación inconsciente entre esas ‘Navidades perfectas del pasado’ y la realidad actual, haciendo que sintamos presión por revivir esa felicidad”, comenta el psicólogo, que considera que en cierto modo, nos autoimponemos la obligación de que la Navidad sea un tiempo mágico, incluso cuando nuestra situación personal no lo permite.

mujer escuchando música con un jersey navideño, junto al árbol de Navidad© Getty Images

Presión social y del entorno

Sin duda, la presión social juega un papel enorme. Desde la decoración que vemos en las calles y tiendas, hasta las publicaciones en redes sociales de amigos y conocidos mostrando cenas perfectas, reuniones felices y montañas de regalos, todo esto crea un entorno en el que parece que no estar feliz es "anormal".

“También hay una presión emocional en el ámbito personal. Las reuniones familiares o con amigos a menudo vienen acompañadas de expectativas de armonía y felicidad. Incluso si alguien no está en un buen momento, puede sentir la necesidad de ocultar su malestar para ‘no arruinar la Navidad’ o para cumplir con lo que se espera en estas fechas”, nos comenta Marc Rodríguez.

Esta presión externa, nos explica, puede ser especialmente dura para quienes están pasando por una pérdida, una ruptura de pareja o cualquier tipo de dificultad personal, ya que las expectativas de felicidad chocan con sus emociones reales.

Nos autoimponemos la obligación de que la Navidad sea un tiempo mágico, incluso cuando nuestra situación personal no lo permite

Marc Rodríguez, psicólogo

 ¿Qué emociones suele despertar la Navidad desde el punto de vista psicológico?

La Navidad puede despertar una mezcla de emociones, y no todas son positivas. Algunas de las más comunes son:

  • Alegría y nostalgia: Para muchas personas, la Navidad trae recuerdos de la infancia, reuniones familiares y tradiciones que generan alegría. Esta misma nostalgia puede despertar tristeza si las cosas ya no son como antes, por ejemplo, debido a la pérdida de un ser querido o a cambios en la dinámica familiar.
  • Estrés: Las compras, la organización de reuniones, el gasto económico y la presión por cumplir con todas las expectativas pueden generar un estrés considerable.
  • Soledad: Para quienes no tienen familia cercana o amigos con quienes compartir estas fechas, la Navidad puede acentuar el sentimiento de soledad.
  • Culpa: Algunas personas pueden sentirse culpables por no estar "a la altura" de las expectativas navideñas, por no sentirse felices o por no poder cumplir con todas las tradiciones o regalos.
  • Melancolía: Las pérdidas, ya sean de seres queridos, relaciones o etapas de la vida, suelen sentirse con más intensidad durante estas fechas. 
© Getty Images

Permitirse momentos de tristeza

Cuando le preguntamos al psicólogo si podemos permitirnos momentos de tristeza también en estas fechas festivas, lo tiene claro: “Por supuesto, y no solo podemos, sino que debemos permitirnos sentir tristeza si es lo que estamos experimentando”. Las emociones, ya sean positivas o negativas, son válidas en cualquier momento del año, incluida la Navidad. 

“Negar nuestras emociones o intentar forzarnos a ser felices solo aumenta la sensación de malestar y puede generar más estrés. No hay una forma ‘correcta’ de vivir la Navidad”, indica. 

Así, si estás triste, está bien reconocerlo y darte espacio para procesar esas emociones. Llorar, reflexionar o simplemente permitirte estar tranquilo son formas saludables de manejar la tristeza, incluso durante las festividades. “No hay necesidad de forzar una felicidad que no sientes, a menudo las sonrisas forzadas son las más dolorosas, mucho más que las lágrimas”, apunta.

Negar nuestras emociones o intentar forzarnos a ser felices solo aumenta la sensación de malestar y puede generar más estrés

Marc Rodríguez, psicólogo
© Halfpoint Images, Getty Images

Gestionar la Navidad en un mal momento personal

¿Cómo podemos afrontar esta etapa cuando no estamos pasando un buen momento personal?

Cuando no estás en tu mejor momento, la Navidad puede ser un desafío emocional, pero hay formas de afrontarla que pueden ayudarte:

  • Sé honesto contigo mismo: Reconoce cómo te sientes y acepta tus emociones sin juzgarte. No pasa nada por no estar en "modo navideño" si no te sientes así.
  • Establece límites: Si ciertas reuniones o actividades te resultan emocionalmente agotadoras, permítete decir "no". No tienes que participar en todo si sientes que no estás preparado.
  • Busca apoyo: Habla con alguien de confianza sobre cómo te sientes, ya sea un amigo, un familiar o incluso un profesional. A veces, compartir tus emociones alivia la carga.
  • Crea tus propias tradiciones: Si las tradiciones navideñas habituales te generan tristeza o estrés, intenta hacer algo diferente. Puedes crear una nueva rutina que se adapte mejor a tu estado emocional actual, como dedicarte a actividades tranquilas o solidarias.
  • Prioriza el autocuidado: Dedica tiempo a actividades que te reconforten, como leer, escuchar música, pasear o meditar. Recuerda que tu bienestar emocional es una prioridad.
  • Focalízate en el presente: En lugar de quedarte atrapado en recuerdos del pasado o preocupaciones por el futuro, intenta centrarte en el aquí y ahora. Esto puede ayudarte a manejar mejor las emociones difíciles. 

 “La Navidad no tiene que ser perfecta ni estar llena de felicidad constante. Cada persona la vive de forma diferente, y eso está bien. Lo importante es que te permitas vivirla a tu manera, respetando tus emociones y cuidándote en el proceso. Si estás en un buen momento, disfrútalo. Si no lo estás, date permiso para sentir lo que necesites sentir y para priorizar tu bienestar”, concluye.  

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