Cada vez conocemos a más mujeres jóvenes con cáncer de mama. Algo que preocupa tanto a la comunidad médica como a la sociedad. Y es que esta enfermedad se está detectando en pacientes que aún no han llegado a los 50 y que, en su mayoría, tienen menos de 40 años. "La incidencia de cáncer de mama en mujeres ≤ 40 años (YWBC, por sus siglas en inglés) ha aumentado de manera constante en las últimas décadas. Aunque este grupo de pacientes representa menos del 10% de todos los casos de cáncer de mama diagnosticados recientemente, supone un gran reto dado lo que conlleva el diagnóstico a esas edades", nos cuenta la Dra. Begoña Bermejo, oncóloga médica en el Hospital Clínico Universitario de Valencia.
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La experta continúa detallando que la incidencia de cáncer de mama continuó una tendencia ascendente, aumentando un 1% anual durante 2012-2021, confinada en gran medida a la enfermedad en estadio localizado y con receptores hormonales positivos observándose un aumento más pronunciado en mujeres menores de 50 años (1,4 % anual) en comparación a 0,7% en las mayores de 50 años. "Los motivos son múltiples, pero principalmente se ha correlacionado con cambios en nuestros hábitos de vida y el retraso de la edad del primer embarazo", indica.
Los estudios poblacionales epidemiológicos han demostrado una reducción en la incidencia de cáncer de mama en mujeres sin sobrepeso, aquellas que mantienen una actividad física activa y una alimentación equilibrada
Los tipos de cánceres más comunes en mujeres jóvenes
Por su parte, la Dra. Elena Galve, oncóloga médica en el Hospital Universitario de Basurto y miembro de Solti, nos cuenta que los tipos de cáncer de mama más comunes en estas edades son subtipos triple negativo y con sobreexpresión de Her2. "En mujeres jóvenes, además, el diagnóstico suele ser más avanzado con tumores más grandes y más afectación axilar que en mujeres de más edad".
Por ello, es indispensable enfocar los esfuerzos en prevenir y detectar antes esta enfermedad en este grupo de población. Para ello, la experta suscribe las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que insisten en que mantener un estilo de vida saludable es la mejor recomendación para prevenir la aparición de un cáncer. "Los estudios poblacionales epidemiológicos han demostrado una reducción en la incidencia de cáncer de mama en mujeres sin sobrepeso, aquellas que mantienen una actividad física activa y una alimentación equilibrada, siendo la dieta mediterránea la más relacionada con la reducción del riesgo de cáncer de mama, especialmente en mujeres menopáusicas", indica.
El cambio en los hábitos de vida como disparador del cáncer
Sin embargo, es necesario realizar mucha labor de concienciación, ya que se está observando un empeoramiento en los hábitos de vida. Esto es algo que se ha podido observar en el estudio EpiGEICAM llevado a cabo por el grupo GEICAM y en el que participaron 1.017 mujeres recientemente diagnosticadas de cáncer de mama y otras 1.017 mujeres sin la enfermedad, con edades y lugar de residencia similares, que rellenaron cuestionarios en los que evaluaban su estilo de vida.
Las mujeres con un estilo de vida sedentario tenían hasta un 71% más de riesgo de desarrollar cáncer de mama a lo largo de su vida.
En este trabajo se comprobó que la dieta occidental (con alto consumo de grasas, dulces, bebidas calóricas, grano refinado, carnes procesadas, entre otros) aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Lo preocupante es que hoy en día las mujeres jóvenes abandonan poco a poco la dieta mediterránea en España, al ritmo que se consolida esa dieta occidental. Resultados de otro análisis del estudio epiGEICAM constatan que las mujeres con un estilo de vida sedentario tenían hasta un 71% más de riesgo de desarrollar cáncer de mama a lo largo de su vida. El consumo de alcohol también es otro de los factores que se ha relacionado con el riesgo de desarrollar un cáncer de mama. Todo ello, nos recuerda la especialista del Hospital Clínico de Valencia, aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad.
La inflamación obesidad y la inflamación crónica también está relacionado con este tipo de enfermedad oncológica. "Múltiples estudios han relacionado la obesidad, especialmente en mujeres menopáusicas, con el incremento del riesgo de desarrollar cáncer de mama. Las mujeres obesas por tener un incremento del tejido adiposo (graso) presentan un incremento de los niveles de estrógenos, mayor expresión de citoquinas proinflamatorias, resistencia a la insulina, hipercolesterolemia y mayor estrés oxidativo lo que puede favorecer el desarrollo del tumor mamario", añade la Dra. Galve. De ahí que sea tan importante tratar de llevar un estilo de vida saludable como manera de prevenir todas esas enfermedades o trastornos que pueden aumentar el riesgo de sufrir cáncer.
Qué es el cáncer de intervalo y cuál es la indicación para una resonancia magnética
Por definición el cáncer de intervalo es aquel que se diagnostica durante el periodo de tiempo entre una mamografía de detección de rutina que parece normal y la siguiente mamografía. Un cáncer de mama de intervalo "oculto" es el que estaba presente, pero no se identificó cuando se interpretó la última mamografía. Un cáncer de mama de intervalo "verdadero" es el que no estaba presente cuando se hizo la última mamografía . Estos cánceres verdaderos suelen ser más grandes, son más agresivos y crecen y se diseminan más rápido teniendo peor pronóstico que los que se detectan en las mamografías de cribado. En el caso de las mujeres jóvenes tienen un doble riesgo. Por un lado, no están incluidas dentro de las campañas de cribado poblacionales que comienzan en muchas comunidades a los 50 años y, por otro lado, las personas jóvenes tienden a tener mayor cantidad de tejido mamario y, con ello, una mama densa que implica que en mamografía se ve blanca y dificultad detectar cualquier lesión sospechosa, unido a que las mamas densas se asocian a mayor riesgo de tener cáncer de mama.
Teniendo en cuenta que la resonancia magnética (RMN) se ha erigido como un método de diagnóstico útil para detectar lesiones en mamas densas, preguntamos sobre la conveniencia de realizar esta prueba en este grupo de población. En este sentido, la oncóloga del Hospital de Basurto nos explica que la indicación de realizar pruebas complementarias como la resonancia, ecografía o mamografía con contraste en una mujer depende fundamentalmente de dos factores: el riesgo incrementado de desarrollar cáncer de mama y la capacidad de la mamografía para diagnosticar una lesión maligna. En mujeres jóvenes con mayor densidad mamaria o mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama puede estar recomendada su realización.
En casos de varios familiares con cáncer de mama debe estudiarse la posibilidad de un síndrome de cáncer hereditario, por lo que debe evaluarse en unidades específicas y llevar a cabo las recomendaciones de diagnóstico precoz pertinentes
"Las sociedades internacionales de oncología y radiodiagnóstico, recomiendan la realización de RMN mamaria solo en mujeres jóvenes de alto riesgo hacen referencia al beneficio del empleo de la resonancia magnética en mujeres de alto riesgo (aquellas que tiene un riesgo superior al 20%) dada la mayor sensibilidad de esta prueba, pero no en la población general", añade la Dra. Bermejo. En las recomendaciones de estas sociedades para la utilización de resonancia magnética en cribado de cáncer de mama, apoyan su uso en mujeres con mayor riesgo familiar de cáncer de mama, en mujeres portadoras de mutaciones en BRCA1, BRCA2 u otras mutaciones genéticas menos frecuentes (PALB2, RAD51, p53 CHEK2, ATM…), así como en mujeres que han recibido tratamiento de radioterapia torácica antes de los 30 años.
Asimismo, la historia familiar es relevante a la hora de iniciar la detección precoz. Los familiares de primer grado de una paciente con cáncer de mama tienen mayor riesgo de desarrollarlo, por lo que debe valorarse iniciar la detección precoz de forma individual. En casos de varios familiares debe estudiarse la posibilidad de un síndrome de cáncer hereditario, por lo que debe evaluarse en unidades específicas y llevar a cabo las recomendaciones de diagnóstico precoz pertinentes.
¿Cómo afecta el diagnóstico en su vida reproductiva y planificación familiar?
El diagnóstico de un cáncer de mama a estas edades impacta significativamente en su vida reproductiva. Por un lado, podemos disminuir las posibilidades de que estas pacientes puedan quedarse embarazadas, ya que los fármacos de quimioterapia dañan y disminuyen la reserva ovárica.
Los estudios publicados hasta la fecha no demuestran que un embarazo posterior en las mujeres que han superado un cáncer de mama aumente el riesgo de recaída
Por otro lado, en muchas ocasiones retrasamos la edad en la que pueden quedarse embarazada porque las estrategias de tratamiento hormonal tienen una duración de entre 5-10 años y, por último, muchas mujeres temen que el tener un embarazo después de haber superado un cáncer de mama impacte negativamente en su pronóstico. En este aspecto, se han producido grandes avances y, a día de hoy, contamos con técnicas muy avanzadas para realizar preservación de fertilidad antes de iniciar el tratamiento oncológico, así mismo recientemente el estudio POSITIVE realizado a nivel mundial y en el que muchos centros españoles hemos participado nos ha demostrado que podemos hacer una estrategia de tratamiento hormonal secuencial en estas mujeres con un periodo inicial de 2- 3 años de tratamiento hormonal, hacer una pausa para que la paciente pueda quedarse embarazada y posteriormente completar tras el embarazo el resto del tratamiento hormonal. Se ha demostrado que esta estrategia no aumenta el riesgo de recaída, así como tampoco lo aumenta la lactancia posterior.
"Los estudios publicados hasta la fecha tampoco demuestran que un embarazo posterior en las mujeres que han superado un cáncer de mama aumente el riesgo de recaída. Con la intención de recoger y analizar todos estos datos a nivel nacional, desde GEICAM se está llevando a cabo el proyecto EMBARCAM que recoge todos estos aspectos relacionados con la fertilidad en las mujeres jóvenes diagnosticadas de cáncer de mama, así como también los cánceres de mama que son diagnosticados durante el embarazo, para estudiar sus diferencias y desarrollar mejores estrategias de tratamiento, en esta población", concluye la Dra. Bermejo.