mujer joven y pensativa sentada en la cama© Getty Images

Salud

Hablar en sueños en la edad adulta ¿por qué ocurre?

Hablar durante el sueño es más común de lo que pensamos. ¿Qué nos dice la ciencia sobre este fenómeno?


25 de noviembre de 2024 - 14:51 CET

La somniloquia, o hablar durante el sueño, forma parte de las parasomnias, un grupo de comportamientos anormales que ocurren mientras dormimos. Aunque en la mayoría de los casos no representa un problema grave, a menudo despierta curiosidad o incluso preocupación entre quienes lo experimentan o lo presencian. Comprender este fenómeno es clave para saber cuándo prestar más atención y cómo manejarlo. La Dra. Carla Estivill nos explica qué es y nos adelanta que, en principio, no se trata de ninguna patología ni afección grave. 

Para ti que te gusta

Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte

Navega de forma ilimitada con nuestra oferta

1 año por 49€ 9,80€

Este contenido es solo para suscriptores.

Celebramoscon un 80% de descuento.

Suscríbete 1 año por 49€ 9,80€

TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

¿Qué es exactamente la somniloquia?

Hablar en sueños puede incluir desde simples murmullos hasta frases completas. Se trata de un trastorno del sueño que puede ocurrir en cualquier etapa del descanso nocturno, ya sea durante el sueño REM (de movimientos oculares rápidos) o no REM. Según diversas investigaciones, este comportamiento suele ser inofensivo y temporal, aunque en ciertos casos puede relacionarse con otros trastornos del sueño.

La somniloquia no siempre está asociada a recuerdos claros al despertar. Esto ocurre porque el cerebro no procesa de forma consciente lo que se dice mientras se duerme. Aún no se comprende del todo por qué ocurre, pero factores como el estrés, la genética y las alteraciones en el sueño parecen jugar un papel importante.  Tal como nos indica la especialista, "hablar por la noche ocurre mientras estamos soñando. Aunque no se sabe del todo por qué sucede, se ha comprobado que ocurre más en niños debido a la privación de sueño o al cansancio, y menos en adultos, salvo en circunstancias específicas como consumo de alcohol o cenas copiosas”. 

© Getty Images

Factores que influyen en hablar en sueños

Aunque todos podemos experimentar episodios de somniloquia, hay condiciones que pueden aumentar su probabilidad:

  • Predisposición genética: si tienes familiares que hablan en sueños, es más probable que tú también lo hagas. Este factor hereditario sugiere que la somniloquia puede tener un componente biológico.
  • Estrés emocional: los periodos de alta tensión o ansiedad pueden aumentar la actividad cerebral durante el sueño, lo que facilita que ocurran estos episodios.
  • Alteraciones en el sueño: la falta de descanso adecuado, el insomnio o incluso cambios en las rutinas pueden contribuir a que se hable en sueños.
  • Sustancias estimulantes: el consumo excesivo de cafeína, alcohol o ciertos medicamentos antes de dormir puede interferir en los ciclos normales del sueño, favoreciendo este tipo de parasomnias.
  • Otros trastornos del sueño: algunas condiciones como el sonambulismo, los terrores nocturnos o el trastorno de conducta del sueño REM están relacionadas con episodios de somniloquia.

Como nos recuerda Carla Estivill,  quien también es directora de la Fundación Estivill del Sueño, "la somniloquia, en la mayoría de los casos, no tiene repercusión en la salud. Sin embargo, puede reflejar hábitos de vida no del todo saludables, como falta de sueño o rutinas incorrectas”.

¿Es preocupante hablar en sueños?

Como comentába la experta, en la mayoría de los casos, la somniloquia es inofensiva y no requiere tratamiento. Sin embargo, si ocurre con frecuencia, se acompaña de otros comportamientos nocturnos como movimientos bruscos o gritos, o afecta a la pareja o a quienes comparten habitación, es importante consultar con un especialista.

Asimismo, si hay otros síntomas asociados, como fatiga diurna, cambios de humor o interrupciones frecuentes del sueño, podría ser necesario evaluar más a fondo la situación.

© Getty Images

Estrategias para reducir la somniloquia

Aunque no siempre es posible eliminar por completo los episodios de somniloquia, existen varias medidas que pueden ayudarte a controlarlos:

  • Mantén una rutina de sueño consistente: acuéstate y despiértate a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular tu reloj interno y promueve un sueño más reparador.
  • Crea un entorno relajante para dormir: un dormitorio oscuro, tranquilo y cómodo puede marcar la diferencia. Intenta evitar dispositivos electrónicos o luces brillantes antes de acostarte.
  • Evita comidas pesadas y sustancias estimulantes: consumir alcohol, cafeína o cenas abundantes antes de dormir puede alterar la calidad de tu sueño y aumentar la probabilidad de hablar en sueños.
  • Gestiona el estrés y la ansiedad: la meditación, el yoga o simplemente desconectar de las preocupaciones antes de dormir son herramientas efectivas para reducir la actividad mental que podría desencadenar episodios de somniloquia.
  • Consulta a un especialista en sueño: si los episodios son persistentes o interfieren en tu vida diaria, un médico especializado en trastornos del sueño puede ayudarte a identificar y tratar cualquier problema subyacente.

¿Cuándo es necesario buscar ayuda médica?

Aunque la somniloquia rara vez representa un riesgo, hay situaciones en las que acudir a un profesional es esencial. “Hay un caso al que sí debemos prestar atención,” explica Estivill. “Es el trastorno de conducta del sueño REM, donde las personas actúan físicamente lo que están soñando, llegando incluso a realizar movimientos violentos”. Este trastorno, aunque poco frecuente, se ha relacionado con enfermedades neurológicas.

Si sospechas de esta u otra alteración del sueño, es recomendable acudir al médico. Pruebas como la polisomnografía pueden analizar las etapas del sueño y detectar posibles irregularidades. También es importante consultar si la somniloquia afecta la calidad del descanso de quienes comparten la habitación, evitando que este fenómeno ocasione tensiones adicionales en el entorno familiar.