Las relaciones de pareja han evolucionado mucho en los últimos años. Ya no existe un patrón único y el abanico de opciones que rompen lo que podríamos calificar como tradicional no para de crecer. Un ejemplo son las denominadas relaciones LAT, en las que parece claro que el objetivo no es vivir bajo un mismo techo siempre y para siempre. El nombre viene de las siglas en inglés de "Living Apart Together" (Viviendo Juntos Separados), y tal y como nos detalla Beatriz Romero, CEO de la Consulta Despertares, es un tipo de relación en la que las parejas deciden mantener hogares separados y vivir en lugares diferentes, a pesar de tener una relación romántica o comprometida.
“En una relación LAT, las parejas eligen vivir de manera independiente, pero mantienen una conexión emocional y compromiso mutuo. Esta forma de relación puede ser elegida por diversas razones, como la necesidad de espacio personal, la preferencia por mantener la autonomía o la conveniencia debido a circunstancias individuales”, indica.
Razones para que aparezcan estas parejas
Un apartado importante de estas relaciones es que las parejas eligen vivir por separado (pudiendo hacerlo), no por imposiciones externas, sino por elección propia. En opinión de Luis Guillén Plaza, psicólogo del Centro de Psicología Psicopartner, las razones para optar por este estilo de vida son variadas, e incluyen:
- Sentirse muy jóvenes o no preparados para convivir de forma permanente.
- Preservar la independencia personal y el espacio individual.
- Motivos económicos, donde compartir una vivienda no resulta ventajoso.
- Exigencias laborales o estudios que dificultan la convivencia.
- La percepción de que vivir juntos podría conllevar una pérdida de libertad o la necesidad de hacer sacrificios.
“Más allá de estos motivos, en muchos casos puede existir un miedo subyacente a perder la autonomía, asumir compromisos de convivencia o formalizar la relación. Las relaciones LAT reflejan, en parte, una respuesta a la sociedad contemporánea, donde las personas buscan un equilibrio entre el amor y la independencia”, apunta el experto.
¿Por qué surge este tipo de relaciones?
Este tipo de relaciones surgen en gran medida como una respuesta a los cambios en la manera de concebir el amor y las relaciones en la sociedad actual. “La noción tradicional de amor, que se basaba en el concepto de ‘media naranja’ o de encontrar una pareja para completar la vida de uno, ha evolucionado hacia una visión más individualista y flexible. Hoy en día, muchas personas prefieren ver a la pareja no como una fusión, sino como una suma de individuos completos que mantienen su propia identidad y autonomía”, comenta el especialista de Psicopartner.
“Este fenómeno puede explicarse a través de la idea del ‘amor líquido’, en el que actualmente las relaciones amorosas se caracterizan por su fluidez, adaptabilidad y tendencia a ser más temporales y menos rígidas. El ‘amor líquido’ responde a una sociedad en la que las personas buscan experiencias emocionales profundas, pero sin comprometer su independencia o sentir que están atrapados en una estructura permanente”, añade el psicólogo. Siguiendo este patrón, las relaciones LAT son un claro ejemplo del amor líquido, en el que ambos miembros tienen la oportunidad de conectar emocionalmente sin el compromiso de convivencia, que muchas veces puede percibirse como un riesgo a la autonomía.
“Este tipo de relaciones no buscan estabilidad a través de la convivencia, estas parejas encuentran seguridad en la libertad, manteniendo sus propias rutinas y espacios personales sin sentir que deben renunciar a ellos para estar en una relación. En otras palabras, las relaciones LAT surgen como respuesta a una sociedad caracterizada por la velocidad, el cambio constante y una valoración creciente de la independencia personal. En ellas, los individuos pueden construir un vínculo sólido sin perder su autonomía, adaptándose a las necesidades de cada uno y permitiendo que la relación fluya y se transforme con el tiempo”, argumenta Luis Guillén.
En una relación LAT, las parejas eligen vivir de manera independiente, pero mantienen una conexión emocional y compromiso mutuo.
En opinión de Beatriz Romero, el hecho de que surjan este tipo de relaciones puede deberse a una variedad de factores y cambios en la sociedad contemporánea. Algunas posibles razones incluyen:
- Independencia y autonomía: En la actualidad, muchas personas valoran su independencia y autonomía. Optar por una relación LAT les permite mantener su propio espacio y estilo de vida sin comprometer su individualidad.
- Carreras y metas personales: El mundo laboral y las metas personales a menudo requieren movilidad geográfica. Las parejas pueden optar por una relación LAT para poder perseguir sus carreras o metas personales sin tener que sacrificar su relación.
- Experiencias previas: Algunas personas pueden haber tenido experiencias negativas en relaciones cohabitantes anteriores y prefieren evitar los desafíos y conflictos asociados con la convivencia.
- Diversidad de modelos de relación: La sociedad actual está cada vez más abierta a diferentes formas de relación y reconocimiento de que no existe un único modelo válido. Las relaciones LAT son una opción más aceptada y respetada en comparación con el pasado.
- Compatibilidad y necesidades individuales: Algunas parejas pueden encontrar que una relación LAT se adapta mejor a sus necesidades y personalidades. Pueden disfrutar de la compañía y el compromiso emocional, pero también valorar su propio espacio y tiempo.
“Cada pareja tiene su propia dinámica y razones personales para elegir este tipo de relación. Por lo tanto, las razones pueden variar de una pareja a otra, y no todas las relaciones LAT tendrán las mismas motivaciones”, cuenta la experta de Despertares.
Optar por una relación LAT les permite mantener su propio espacio y estilo de vida sin comprometer su individualidad
¿Cuáles son sus principales ventajas?
Le planteamos a los expertos si nos pueden detallar las que consideran que son algunas de las ventajas para las parejas que eligen este estilo de vida. Así, para ellos, algunas de las principales ventajas incluyen:
- Independencia y autonomía: Una de las ventajas más destacadas de las relaciones LAT es que permiten a cada individuo mantener su independencia y autonomía. Cada persona puede tener su propio espacio, tiempo y estilo de vida sin tener que comprometerse completamente con la convivencia. Las relaciones LAT respetan y fomentan la individualidad, lo que contribuye a un sentimiento de realización personal dentro de la relación.
- Flexibilidad y libertad: Al vivir en hogares separados, las parejas tienen la libertad de organizar su tiempo y actividades de acuerdo con sus propias preferencias. Pueden tomar decisiones individuales sobre su hogar, rutinas diarias y tiempo libre sin tener que negociar constantemente con su pareja.
- Menos conflictos y tensiones: Al no vivir juntos, las parejas pueden evitar muchos de los conflictos y tensiones que a menudo surgen en la convivencia. No tienen que lidiar con problemas domésticos, divisiones de tareas o invasiones de espacio personal, lo que puede reducir el estrés y las fricciones en la relación. Y es que la convivencia a menudo trae consigo roces y fricciones por cuestiones cotidianas, como las tareas del hogar, las diferencias en la organización del espacio, o las preferencias de cada uno en cuanto a rutina y hábitos. Al vivir por separado, muchas de estas fuentes de conflicto desaparecen o se reducen, lo cual contribuye a mantener una dinámica más armónica en la relación.
- Mayor apreciación y valoración: Al pasar tiempo separados, las parejas pueden desarrollar una mayor apreciación y valoración mutua. El tiempo que pasan juntos se vuelve más significativo y especial, lo que puede fortalecer la conexión emocional y mantener viva la chispa en la relación.
- Mayor individualidad y crecimiento personal: Las relaciones LAT brindan la oportunidad de centrarse en el crecimiento personal y el desarrollo individual. Cada persona puede perseguir sus propios intereses, metas y pasiones sin sentirse limitada por la relación, aunque esto también puede ser un contrapunto.
- Deseo renovado y calidad en el tiempo compartido: La distancia física puede hacer que los encuentros se sientan más especiales, permitiendo que cada momento compartido sea valorado y vivido con mayor intensidad. Esto puede generar una especie de "renovación" en la atracción y el deseo mutuos, ya que no existe una constante familiaridad que, en algunas relaciones tradicionales, puede llevar a la rutina o al desgaste emocional.
- Menor presión para formalizar la relación en términos tradicionales: Para algunas personas, la convivencia y el matrimonio pueden ser percibidos como pasos definitivos y restrictivos en una relación. Una relación LAT permite disfrutar de los beneficios de estar en pareja sin la presión de cumplir con expectativas tradicionales.
Sin embargo, cabe destacar que lo que funciona para una pareja puede no funcionar para otra, por lo que es fundamental que ambas partes estén de acuerdo y se sientan satisfechas con el arreglo de la relación LAT.
Posibles inconvenientes de estas relaciones
Hemos resumido las ventajas, pero lo cierto es que las relaciones LAT también pueden presentar desafíos y problemas. Para la experta de Despertares, algunos de los posibles problemas asociados con las relaciones LAT incluyen:
- Falta de intimidad física: Al vivir en hogares separados, puede haber una menor frecuencia de encuentros íntimos y físicos. Esto puede generar frustración o insatisfacción en algunas parejas que desean una mayor intimidad física.
- Dificultades en la comunicación y coordinación: La falta de convivencia puede dificultar la comunicación y la coordinación de las actividades diarias. La necesidad de planificar y coordinar encuentros puede generar estrés y desafíos logísticos.
- Sentimientos de soledad o aislamiento: La separación física puede llevar a que uno o ambos miembros de la pareja se sientan solos o aislados en momentos en los que necesitan apoyo o compañía.
- Dificultades para establecer una rutina compartida: Al vivir en hogares separados, puede ser más difícil establecer una rutina compartida y sincronizar las actividades diarias. Esto puede generar desafíos en términos de manejo del tiempo y la organización.
- Presión social y estigma: Al ser una forma de relación menos convencional, las parejas LAT pueden enfrentar presión social o estigma por parte de familiares, amigos o la sociedad en general, ya que se aleja de “lo esperado”, es decir, compromiso, boda y niños. Esto puede generar tensiones adicionales en la relación.
- Falta de un proyecto común como pareja: Haciendo mención al punto anterior, al no haber realmente un proyecto de vida y pareja en común, se pueden producir una desilusión por parte de alguno de los componentes de la pareja. En una relación LAT es muy difícil por ejemplo hacer planes para formar una familia, o emprender algún proyecto juntos. Esto, obviamente puede suponer una gran fuente de conflicto, y desgastar la relación.
- Percepción de falta de compromiso: En las relaciones LAT, es común que surja la percepción de que uno o ambos miembros no están completamente comprometidos. Al no haber una convivencia formal, es posible que algunas personas interpreten esta situación como una señal de falta de interés en construir algo sólido y duradero. Esto puede llevar a sentimientos de inseguridad y duda sobre el futuro, erosionando la confianza y estabilidad en la relación.
- Celos y desconfianza: En una relación LAT, la falta de compromiso en términos de convivencia puede ser interpretada por algunos como una falta de compromiso con la relación en sí. Al no ver acciones tangibles como compartir un hogar o planificar una vida en común, uno o ambos miembros pueden llegar a cuestionar el nivel de implicación del otro. Esto, a su vez, puede intensificar los celos, ya que la distancia física a menudo hace que surjan dudas sobre lo que el otro está haciendo, con quién pasa tiempo, o cuáles son sus prioridades reales.
- Desconexión emocional: La convivencia facilita el desarrollo de una intimidad profunda, y en una relación LAT, la falta de tiempo compartido diario puede hacer que ciertos aspectos de la vida del otro se sientan lejanos o desconocidos. Esta desconexión puede llevar a una falta de compenetración emocional, ya que no se viven juntos los pequeños detalles de la vida cotidiana que suelen fortalecer los vínculos. Con el tiempo, esta distancia emocional puede hacer que cada miembro se sienta solo dentro de la relación.
- Falta de consenso en el proyecto a largo plazo: la convivencia es un paso natural y esperado en la consolidación de una relación. Sin embargo, en una relación LAT, uno de los miembros puede desear eventualmente avanzar hacia una vida compartida, mientras que el otro prefiera mantener la estructura independiente. Esta falta de acuerdo sobre el futuro puede generar frustración y tensión, especialmente si ambos tienen expectativas diferentes respecto a la posibilidad de vivir juntos o formalizar el compromiso. En este tipo de situaciones, la relación puede volverse inestable.
- Limitaciones en el crecimiento conjunto: Aunque las relaciones LAT permiten a cada miembro desarrollarse de forma individual, también es cierto que la convivencia es una experiencia que fortalece el vínculo y permite un crecimiento en pareja. Al vivir por separado, los miembros pueden no experimentar los mismos desafíos y aprendizajes que trae la convivencia, lo cual puede llevar a una relación menos sólida y con menos tolerancia a las dificultades. Este "crecimiento conjunto" se ve limitado en una relación LAT, y para algunas parejas, esto puede representar una pérdida importante en el desarrollo de la relación.
Al vivir por separado, los miembros pueden no experimentar los mismos desafíos y aprendizajes que trae la convivencia,
“Si bien las relaciones LAT ofrecen la libertad y flexibilidad que muchos valoran en la sociedad actual, es fundamental reconocer que ciertos elementos, como el compromiso, el consenso a largo plazo, o la intimidad entre otros, son pilares esenciales en la mayoría de las relaciones de pareja. La falta de estos componentes puede hacer que una relación LAT pierda profundidad y estabilidad, ya que estos factores contribuyen a construir un vínculo sólido y resistente frente a los desafíos. Sin estos elementos vitales, la relación puede quedarse en un nivel superficial, generando inseguridades, desconfianza y, en última instancia, poniendo en peligro su durabilidad”, comenta el psicólogo.
Para la experta de Despertares, es importante destacar que estos problemas no son inevitables y pueden ser abordados mediante una comunicación abierta y honesta entre las parejas. “Cada pareja debe evaluar si los beneficios de una relación LAT superan los desafíos potenciales y trabajar juntos para encontrar soluciones y compromisos que satisfagan las necesidades de ambas partes”, recomienda.
¿Qué es necesario para que funcionen?
Vistos todos los pros y los contras de este tipo de relaciones, lo que parece quedar claro es que hay que partir de un acuerdo bastante estable y claro para que funcionen. “Es fundamental que las parejas establezcan acuerdos claros y sólidos desde el principio. Estos acuerdos deben abordar aspectos importantes de la relación, como la comunicación, el compromiso, la frecuencia de los encuentros, las expectativas y los límites”, nos comenta Beatriz Romero. La comunicación debe de ser abierta y honesta, y es esencial que las parejas se comuniquen de manera sincera sobre sus necesidades, deseos y expectativas en la relación.
Para ello, sería recomendable fijar una frecuencia de los encuentros, las formas de mantener la conexión emocional y cualquier preocupación o inquietud que puedan surgir. Ambas partes deben tener una comprensión clara de las expectativas y compromisos mutuos en la relación. Esto puede incluir acordar la exclusividad emocional, o física, la disponibilidad para apoyarse mutuamente y cualquier otro aspecto importante para la pareja.
“Dado que las parejas LAT tienen hogares separados, es importante establecer una planificación y coordinación adecuadas para asegurarse de que ambos miembros de la pareja estén comprometidos y satisfechos. Esto puede incluir planificar actividades compartidas y encontrar formas de mantenerse conectados entre encuentros. También cabría establecer estrategias para resolver conflictos y desacuerdos que puedan surgir en la relación, y que surgirán, sin duda. Acordar formas saludables de comunicarse, establecer límites y buscar ayuda profesional si es necesario”, nos detalla la experta. Así, al partir de un acuerdo claro, las parejas pueden establecer una base sólida para su relación LAT y minimizar los posibles conflictos y problemas que puedan surgir. Sin embargo, es importante recordar que los acuerdos pueden evolucionar con el tiempo y es fundamental que las parejas estén abiertas a revisar y ajustar sus acuerdos a medida que la relación avanza.
“Las relaciones LAT, al no seguir el modelo tradicional de convivencia, requieren de una comunicación transparente y una negociación detallada sobre las expectativas de cada miembro. Este acuerdo debe abordar aspectos clave como el nivel de compromiso, la exclusividad, la frecuencia de los encuentros, la comunicación diaria, y los planes a largo plazo. El motivo de realizar dicho acuerdo es que este reemplaza, en cierto sentido, la seguridad que podría proporcionar la convivencia en una relación tradicional, y es esencial para mantener un equilibrio saludable entre independencia y compromiso en este tipo de vínculo”, concluye por su parte Luis Guillén Plaza.