Siempre que los expertos nos recomiendan diferentes tipos de ejercicio físico para la salud física y mental, nos hablan de varias actividades como caminar, hacer bici, nadar, correr, ejercicios de fuerza... Pero esta vez la reconocida neurocientífica Nazareth Castellanos ha sido más precisa y nos ha recomendado el que ella considera que es el mejor. O, al menos, el que piensa que más puede beneficiar a la salud del cerebro.
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El ejercicio del que habla esta experta en neurociencia es la danza. ¿Y por qué es tan buena? Según esta experta en neurociencia, "se ha demostrado que la danza fortalece la corteza somatosensorial, el área del cerebro que da cuenta de lo que está pasando fuera de nuestro cuerpo. Las sensaciones, la postura, el movimiento, la temperatura, etc. Si fortalecemos esta área, se incorporan más neuronas y se potencian sus conexiones, lo que supone una gran ventaja de cara a afrontar la pérdida de neuronas que se produce con la edad”, apunta Castellanos.
Esta afirmación la comparte Gisela Schwartz, bailarina, profesora de danza y creadora del movimiento Danzar y conectar, una iniciativa que busca demostrar los importantes beneficios del baile en las personas, independientemente de la edad o condición física. De este modo, la bailarina lleva impartiendo desde 2023 sesiones de aproximadamente hora y media en las que trabaja el ritmo, la expresión, la fuerza, la coordinación, así como el mindfulness. Con ella hemos hablado para que nos explique con detalle por qué es tan beneficiosa la danza y que nos explique si este ejercicio es apto para mujeres de más de 50 años y, en concreto, qué tipo de baile es el mejor. Empezamos con una pregunta sencilla ¿cuál es el principal beneficio de la danza a nivel cerebral y emocional?
Los beneficios de la danza
Para Gisela Schwarzt, no hay dudas: el mayor beneficio de la danza es la alegría. “En un mundo como el que hoy vivimos, poder practicar una actividad que te produzca alegría no tiene precio”, asegura. Pero la danza no se queda ahí. Bailar activa el cuerpo, la mente y el corazón.
Cuando bailamos, mejora nuestra coordinación, flexibilidad y fuerza, incluso sin darnos cuenta. “Porque al bailar trabajas diferentes partes de tu cuerpo, muchas de ellas sin darte cuenta”. A todo esto se suma el poder de la música, que puede despertar recuerdos, emociones y una conexión única con el momento presente.
¿Y lo mejor? No necesitas ser un bailarín profesional. Basta con moverte al ritmo de la música para sentir los beneficios físicos y emocionales. Hablando de emociones, ¿cómo nos ayuda la danza a gestionarlas?
Movimientos espontáneos: una de las claves de la danza
¿Has intentado alguna vez moverte libremente sin preocuparte por hacerlo bien o mal? Según la bailarina, los movimientos espontáneos son una buenísima herramienta para conectar con nuestras emociones. “A veces las palabras no son suficientes para describir lo que sentimos, y los movimientos espontáneos permiten que el cuerpo se exprese por sí mismo”.
Este tipo de movimientos no solo nos libera de tensiones, sino que también nos conecta con nuestra autenticidad. Gisela lo resume de forma sencilla: “Cuando no hay juicio, cuando no importa si eres experto o no, es cuando sucede la verdadera expresión”. Así, bailar se convierte en un espacio seguro para liberar emociones, soltar cargas y reconectar con nuestra esencia.
Bailar en grupo: una experiencia única de conexión
¿Sabías que bailar en grupo puede sincronizar nuestros corazones? Esto no es solo poesía, sino algo que la ciencia también respalda. Gisela lo explica desde su experiencia: “Cuando se tiene que sincronizar con otros, automáticamente se sincronizan los corazones. Se crea una experiencia colectiva que genera un sentimiento de pertenencia al grupo”.
En su programa Danzar y Conectar, las sesiones no solo son espacios para moverse, sino para crear vínculos emocionales con los demás. “Nuestro objetivo es crear un clima en el que no importa cómo vengas ni la mochila personal que traigas. Durante la hora y media que dura el encuentro, la mayoría de las participantes terminan experimentando una alegría total”.
Además, superar retos como seguir el ritmo o sincronizar movimientos con otras personas genera una gran satisfacción personal. Gisela lo describe así: “Cuando las participantes logran seguir el ritmo de la música, generan una emoción de superación personal y de confianza en sí mismas que no es fácil de alcanzar”.
Los beneficios físicos de la danza: más allá del ejercicio
¿Qué hace que la danza sea ideal para mayores de 50 años? A diferencia de otros ejercicios, bailar no solo fortalece el cuerpo, sino que también es un ejercicio para el alma. “La danza mejora todo: la coordinación, la flexibilidad, el equilibrio y la salud cardiovascular”, señala Gisela.
Además, bailar es una forma divertida de mantenerse activo y socializar, algo fundamental en esta etapa de la vida. “Cuando llegas a cierta edad, después de haber dedicado tu vida a la familia o al trabajo, necesitas practicar una actividad que te haga feliz. En mi caso es la danza, y eso es lo que también percibo de las mujeres que vienen a Danzar y Conectar”.
¿Quién puede bailar? ¡Todos podemos!
Si alguna vez has pensado que bailar no es para ti, Gisela tiene un mensaje claro: “Todos podemos bailar. Independientemente de la edad o el cuerpo, nadie se debe quedar con las ganas de disfrutar de la música”.
No necesitas un escenario ni una coreografía complicada. Según la bailarina, puedes empezar en casa, en la cocina mientras preparas la cena o siguiendo el ritmo con el pie mientras escuchas música en el coche. “A veces tenemos que salir de nuestra zona de confort para experimentar las bondades inimaginables que trae el bailar”.
Gisela sabe de lo que habla. Ella misma retomó la danza después de los 50 años, y asegura que fue una de las mejores decisiones de su vida. “Me siento la mujer más afortunada del mundo por haberme animado a dar ese paso”.
Bailar después de los 50: una invitación a la felicidad
La danza no solo es un ejercicio físico, sino también un viaje emocional que transforma vidas. Gisela Schwarzt lo describe de forma apasionada: “Bailar es mucho más que moverse; es sentir, expresar y vivir el presente con plenitud”.
Así que, si tienes más de 50 años y buscas una actividad que te devuelva la energía, la conexión y la alegría, no lo dudes más. Sal a bailar, deja que la música te guíe y descubre todo lo que la danza puede hacer por ti. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.