La alimentación es uno de los pilares fundamentales a la hora de tratar de lidiar con un problema de salud como es la diabetes, cuyo Día Mundial se conmemora hoy, 14 de noviembre. Los expertos indican que establecer un patrón alimentario de calidad se ha consolidado como un factor fundamental en la gestión y prevención de la diabetes tipo 2, la más frecuente, que suele desarrollarse en la edad adulta y está vinculada a la presencia de diversos factores de riesgo, entre los que destacan el envejecimiento, antecedentes familiares, ciertas condiciones de salud y aspectos de estilo de vida como el patrón alimentario o la inactividad física. Así lo demuestran distintos estudios, como el publicado en Diabetes Care, que respaldan el impacto positivo de la dieta mediterránea en distintos aspectos, como pueden ser la mejora de la sensibilidad a la insulina o en la regulación de los niveles de glucosa en sangre. Además, un análisis publicado recientemente en The American Journal of Clinical Nutrition refuerza esta idea, recalcando que una nutrición en equilibrio es esencial para el control glucémico y la calidad de vida de quienes conviven con esta patología.
La dieta, buena aliada en el control de la diabetes
El papel de la dieta es tan importante que algunas personas con diabetes tipo 2 pueden controlar la enfermedad exclusivamente con cambios en la dieta y el ejercicio, lo que les permite posponer la necesidad de medicación. “La alimentación es una de las herramientas más potentes en la prevención y manejo de la diabetes tipo 2”, destaca Isabel Martorell, Doctora en Biomedicina y responsable del equipo de Nutrición de Nootric. “Es fundamental seguir un patrón de alimentación que responda a las necesidades específicas de cada persona, adaptado a su situación de salud y siempre bajo la supervisión de un profesional”, comenta la experta. Eso sí, es importante destacar que, con el tiempo, la mayoría de personas con diabetes tipo 2 requerirá medicación para mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de un rango saludable. La combinación de una alimentación adecuada, ejercicio regular y una pauta médica personalizada es fundamental para un manejo efectivo y a largo plazo de la enfermedad.
Establecer un patrón alimentario de calidad se ha consolidado como un factor fundamental en la gestión y prevención de la diabetes tipo 2
Consejos nutricionales para controlar la diabetes tipo 2
Teniendo esto en cuenta, desde el equipo de Nutrición de Nootric nos resumen 10 claves para mejorar la sintomatología de las personas que padecen diabetes tipo 2.
- Prioriza los carbohidratos de absorción lenta. Elegir los carbohidratos complejos, como los granos integrales o legumbres, es clave para evitar picos rápidos de glucosa. Estos alimentos se absorben de forma más gradual y contribuyen a la estabilidad de los niveles de azúcar en sangre.
- Mantén una ingesta equilibrada en cada comida. Una distribución adecuada de carbohidratos, proteínas y grasas saludables es fundamental. Se recomienda que el 50% de cada comida esté compuesta por vegetales, el 25% por proteínas y el 25% por carbohidratos complejos.
- Es importante incorporar fibra en tu dieta diaria. La fibra dietética ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre al ralentizar la absorción de glucosa. Las frutas frescas, verduras, cereales integrales y frutos secos son fuentes ricas en fibra, y se recomienda un consumo de 25 a 30 gramos de fibra al día en adultos.
- Opta por las grasas saludables. Hay que tratar de elegir alimentos como el aceite de oliva, aguacates, frutos secos y pescados azules. Este tipo de grasas son beneficiosas para la salud cardiovascular, algo especialmente importante en pacientes con diabetes.
- Limita los azúcares añadidos. Reducir el consumo de azúcares añadidos es fundamental para controlar la diabetes. En concreto, se recomienda sustituir los alimentos procesados y azucarados por productos frescos y naturales para evitar fluctuaciones en los niveles de glucosa.
- Modera y si es posible evita el consumo de alcohol. Si se consume alcohol, debe hacerse con moderación y siempre acompañado de alimentos. Y es que aunque esté normalizado, el alcohol puede interferir con los niveles de azúcar en sangre, especialmente cuando se está tomando medicación para la diabetes.
- Ojo con el consumo de sal. Revisar el consumo de sal en las comidas es clave para prevenir la hipertensión, otro factor de riesgo frecuente en personas con diabetes tipo 2. Si quieres dar sabor a tus platos, es una excelente alternativa optar por especias y hierbas para sazonar los alimentos.
- Distribuye las comidas a lo largo del día. Es importante comer de forma regular, distribuyendo las comidas a lo largo del día para mantener niveles estables de glucosa. Comer entre tres y cinco veces por día es lo más recomendado.
- ¿Y los edulcorantes? Su consumo no es inocuo. Es importante comprender las propiedades de cada tipo de edulcorante y cómo pueden impactar los niveles de glucosa en sangre. Algunos edulcorantes, aunque sean opciones populares para sustituir el azúcar, no están exentos de efectos secundarios. Por eso, se recomienda consultar con profesionales para determinar cuáles y en qué cantidad pueden ser seguros y adecuados en función de la situación de cada persona.
- Consulta regularmente con profesionales de la salud. El apoyo de médicos y nutricionistas es esencial para personalizar el tratamiento nutricional y adaptarlo a las necesidades individuales de cada paciente. La educación y seguimiento constante por parte de profesionales especializados son claves para el control a largo plazo de la diabetes.
Es un hecho que la prevención y el control de la diabetes tipo 2 están relacionados con un patrón alimentario adecuado, basado en la ciencia nutricional y las necesidades individuales de cada paciente. La adopción de hábitos alimentarios saludables no solo contribuye al control de los niveles de glucosa en sangre, sino que mejora la calidad de vida de quienes viven con esta enfermedad. “La nutrición es una herramienta poderosa que, cuando se combina con la atención médica adecuada, puede marcar una diferencia significativa en la salud de las personas”, concluye la Dra. Martorell.