Mujer disfrutando de su comida© Getty Images

Entrevista

Este es el truco para acabar con una mala relación con la comida

La psicóloga Teresa Terol nos explica cómo entrenar nuestra mente para cambiar los malos hábitos relacionados con la alimentación y evitar el hambre emocional. 


13 de noviembre de 2024 - 19:30 CET

Los seres humanos podemos percibir cinco sabores básicos: dulce, salado, ácido, amargo y umami. Este último es el menos conocido, y por eso muchos no se dan cuenta de que lo experimentan en ciertos alimentos, como el tomate, el queso o el jamón. Pero más allá de la gastronomía, el concepto “umami” nos puede servir como metáfora para entender una mentalidad resiliente y equilibrada. Así nace el concepto de "mente umami", una forma de ver el mundo que nos ayuda a mejorar nuestra relación con la comida y, al mismo tiempo, cuidar nuestro bienestar emocional. Esto es lo que ha llevado a Teresa Terol (terol_psicologa) a escribir el libro Mente Umami. Potencia una relación sana con la comida, (Alienta Editorial). Hemos hablado con ella para que nos explique cómo considera que podemos mejorar nuestra relación con la comida y acabar con la ansiedad por comer y el hambre emocional

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¿Por qué una mente umami?

Para comprender por qué una mente umami es tan poderosa, es útil repasar algunas propiedades del sabor umami:

  1. Amplitud: el umami se percibe en toda la lengua, a diferencia de otros sabores que tienen zonas específicas. Del mismo modo, una mente umami es una mentalidad completa y amplia, que nos da recursos para enfrentar diversas situaciones. No se centra en una sola habilidad, sino en una serie de competencias que nos ayudan en cualquier propósito.
  2. Persistencia: el umami se mantiene en la boca más tiempo que el sabor dulce o el ácido. Así, una mente umami genera cambios duraderos y resilientes. Nos ayuda a transformar problemas en oportunidades, sosteniendo los cambios y asegurando que nuestras decisiones sean coherentes en el tiempo.
  3. Potenciador: el umami estimula la salivación, realzando el sabor de otros alimentos. Igualmente, una mente umami nos impulsa a encontrar soluciones frente a los desafíos de la vida, dejando una sensación de calma, bienestar y satisfacción.

La idea central de la mente umami es simple: para cambiar de manera significativa y duradera nuestra relación con la comida, necesitamos una mentalidad fuerte y flexible. La mente umami nos brinda esa solidez para sostener en el tiempo una relación saludable y feliz con la alimentación.

Tres enemigos que nos alejan de una relación saludable con la comida

Para mejorar la relación con la comida, primero debemos identificar los factores que la complican. Sorprendentemente, estos enemigos no suelen estar en la comida misma, sino en nuestra mente y en el entorno.

1. Sistema de recompensa cerebral

Comer es una necesidad para sobrevivir, y para asegurarse de que lo hagamos, el cerebro ha desarrollado un sistema de recompensa. Comer ciertos alimentos libera dopamina, una hormona de placer. La mala noticia es que los alimentos con alto contenido calórico, azúcar y grasa —esos que solemos considerar “deliciosos”— son los que más estimulan este sistema.

Por eso, cuando pensamos en esos alimentos, el cerebro nos hace salivar y los anhelamos, incluso si no estamos realmente hambrientos. Es un impulso que nuestra biología ha desarrollado, pero que en el contexto actual, donde los alimentos hipercalóricos están disponibles por doquier, puede llevarnos a hábitos poco saludables.

2. Sistema de aprendizaje

Nuestra relación con la comida también se ve afectada por nuestro entorno y nuestras experiencias. A menudo, aprendemos desde pequeños a relacionar la comida con las emociones: una galleta como premio, o un dulce para calmar el llanto. Este tipo de aprendizaje se conoce como "hambre emocional" y ocurre cuando comemos no para nutrirnos, sino para gestionar nuestras emociones.

A lo largo de la vida, vamos adquiriendo creencias limitantes que dificultan una relación saludable con la comida. Pensamientos como "no soy capaz" o "por un día no pasa nada" pueden hacernos caer en patrones de alimentación impulsiva o poco consciente.

3. Entorno obesogénico

Vivimos rodeados de publicidad de alimentos ultraprocesados, disponibles a toda hora y en cualquier lugar. Estos productos están diseñados para ser irresistibles y activar nuestro sistema de recompensa. Esta constante exposición a alimentos poco saludables es lo que conocemos como un entorno obesogénico.

Además del marketing, nuestro entorno social también influye. Si nuestras actividades sociales giran alrededor de la comida o el alcohol, es mucho más difícil mantener hábitos alimenticios saludables.

© Getty Images

¿Cómo cultivar una mente umami para vencer estos obstáculos?

El concepto de mente umami se basa en tres pilares fundamentales que nos ayudarán a superar estas barreras y mejorar nuestra relación con la comida.

1. Autoestima: eres tus hábitos

Una autoestima fuerte es clave para construir una relación sana con la comida. Y para fortalecerla, es esencial cultivar buenos hábitos. Los hábitos saludables no solo mejoran nuestro bienestar, sino que también transforman nuestra percepción de nosotros mismos, ayudándonos a ser más amables y menos críticos con nuestras elecciones alimentarias.

Para construir una autoestima fuerte, es importante trabajar en los siguientes hábitos:

  • Alimentación consciente
  • Descanso adecuado
  • Movimiento y actividad física
  • Ayuno mediático: desconectar de la tecnología para conectar contigo mismo.
  • Conexión con la naturaleza: reconectar con el entorno natural.
  • Minimalismo: reducir el consumo excesivo y enfocarse en lo esencial.

El cambio en la alimentación no debe ser una imposición, sino una consecuencia del amor propio.

2. Disciplina: una filosofía de vida estoica

La disciplina es esencial para vencer el segundo enemigo: el sistema de aprendizaje. Muchas veces, nos fallamos a nosotros mismos y abandonamos nuestros objetivos. Es aquí donde la disciplina entra en juego. Cultivar la disciplina es un acto de amor propio que nos permite resistir la tentación y mantener el rumbo, ayudándonos a tomar decisiones que beneficien nuestro bienestar físico y emocional.

La disciplina no es un castigo, sino una aliada que nos empodera para avanzar en el camino del autocuidado.

3. Gestión del entorno: habilidades sociales y asertividad

Fortalecer la asertividad y las habilidades sociales nos ayuda a enfrentarnos al entorno obesogénico. Ser asertivos significa protegernos de las influencias negativas de nuestro entorno, establecer límites claros y rodearnos de personas que compartan valores y objetivos de bienestar similares.

Construir una red de apoyo es fundamental para mantener un estilo de vida saludable. Al relacionarnos con personas que tienen metas parecidas, fortalecemos nuestro compromiso y podemos resistir con más facilidad las tentaciones.

© Adobe Stock

¿Se puede pasar de una mala relación con la comida a una buena relación? 

No lo creo, lo sé. No soy una teórica, trabajo en consulta con valientes que quieren cambiar su relación con la comida. En realidad, lo difícil sería que nada cambie si te esfuerzas en cambiar. La terapia no es magia, supone tiempo y esfuerzo, no son pacientes, son valientes, porque hace falta serlo para atrevernos a cambiar aquello que nos da miedo, pero merece la pena. 

En consulta me encuentro constantemente a personas valientes cuyo problema principal en relación con la comida no radicaba en su relación con la comida, sino en carencias umami: si los huevos no son frescos (si tus hábitos son tóxi­cos, tu autoestima está por los suelos, tu disciplina te condu­ce al fracaso, tu entorno es un lastre y eres incapaz de mar­car límites o de construir relaciones más sanas), la mayonesa (tu relación con la comida) saldrá cortada.

¿Y si no has resuelto tu mala relación con la comida a pesar de entrenar una mente umami? Es posible que te falten conocimien­tos y herramientas específicas para poder gestionar esta re­lación y eso es una buena noticia: sólo necesitas seguir pro­fundizando para resolver el problema. En este caso, en mi libro Mente Umami dispondrás de un apartado completo en el que aprender conocimientos y estrategias específicas para alcanzar este objetivo a través de la psiconutrición. Romperemos los principales mitos que nos conducen a una mala relación con la comida y adquirirás herra­mientas especiales, algo así como 'utensilios de cocina' para la mente umami, que nos ayuden a manejar el ham­bre emocional y a recuperar el control. 

¿Cómo evitar recaídas?

Como dijo Nelson Mandela, “la mayor gloria no es nunca caer, sino levantarse siempre”. Las recaídas son oportunidades de aprendizaje. Analiza qué sucedió, qué podrías hacer diferente y qué necesitas aprender de cada situación para levantarte y continuar. Cada experiencia te acerca más a la verdadera libertad emocional y física.

En definitiva, la mente umami es una herramienta muy útil que todos podemos cultivar. Nos ayuda a desarrollar una relación equilibrada con la comida, superar obstáculos y vivir con mayor bienestar emocional. Mereces ser feliz de verdad, con una felicidad profunda y duradera, como el sabor del umami. Con una mente umami, nada puede frenarte; ni siquiera tú mismo.