Los avances en el mundo de la medicina no paran de sucederse, y un campo en concreto en el que se han dado pasos de gigante es en el de la cirugía. En concreto, hoy queremos citar el caso de la cirugía plástica reconstructiva, una rama de la cirugía plástica que se enfoca en restaurar tanto la función como la apariencia física de una parte del cuerpo que ha sido afectada por un trauma, una enfermedad o una malformación congénita. “Su propósito principal no es solo mejorar la apariencia, sino también devolver la funcionalidad perdida para que los pacientes puedan llevar una vida normal”, nos adelanta el doctor César Padilla, especialista en cirugía plástica, reconstructiva y estética.
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El doctor nos cuenta parte de su propia experiencia para tratar de acercarnos a esta rama de la cirugía. “He tratado a muchos pacientes que han sufrido daños físicos graves, ya sea por accidentes, enfermedades como el cáncer o por malformaciones de nacimiento. En la práctica empleo técnicas avanzadas que combinan precisión quirúrgica y un profundo conocimiento de la anatomía para lograr resultados óptimos tanto en términos funcionales como estéticos”, nos comenta.
En cuanto a las intervenciones, el especialista nos detalla que la cirugía reconstructiva abarca un amplio espectro. Algunas de las más comunes incluyen la reconstrucción mamaria tras una mastectomía, la reparación de heridas graves, y la corrección de malformaciones congénitas. “Este tipo de cirugía también es fundamental para pacientes que han sufrido quemaduras severas o extirpaciones tumorales porque se les ayuda a recuperar una apariencia más natural y mejorar su calidad de vida. En nuestro caso, cada procedimiento se adapta a las necesidades individuales del paciente, asegurando un enfoque integral y personalizado en cada caso”, nos dice.
¿En qué casos está recomendada esta técnica?
Tal y como nos detalla el doctor, la cirugía plástica reconstructiva está indicada en una variedad de situaciones clínicas, donde su objetivo principal es reparar y restaurar tanto la forma como la función de una parte del cuerpo dañada. Está especialmente recomendada en casos donde el paciente ha sufrido:
- Traumatismos severos: accidentes de tráfico, caídas, quemaduras o heridas provocadas por otros tipos de traumatismos físicos que puedan dañar severamente la piel, los músculos o los huesos. En estos casos, la cirugía reconstructiva no solo ayuda a restaurar la apariencia de la zona afectada, sino que también trabaja para recuperar la función, permitiendo que el paciente vuelva a tener movilidad o sensación en la zona afectada.
- Cirugías oncológicas: después de extirpar tumores en zonas visibles del cuerpo, como el rostro o los senos es esencial reconstruir el área para restaurar tanto la estética como la función. Un ejemplo clave es la reconstrucción mamaria tras una mastectomía en la que se utiliza tejido del propio cuerpo del paciente o en otros casos prótesis para recrear el seno extirpado.
- Secuelas de enfermedades: enfermedades como el cáncer, que requieren la extirpación de tejido o incluso de órganos, pueden dejar cicatrices físicas y emocionales. En estos casos, la cirugía reconstructiva ayuda a los pacientes a superar las secuelas físicas y recuperar la confianza en sí mismos.
¿Cuáles son sus principales objetivos y beneficios?
Para el doctor Padilla, el principal objetivo de la cirugía plástica reconstructiva es restablecer la funcionalidad y, en muchos casos, mejorar la apariencia física de una parte del cuerpo que ha sufrido daños significativos. Pero los beneficios de esta cirugía van mucho más allá de lo puramente físico.
“Uno de los mayores beneficios de la cirugía reconstructiva es su capacidad para restaurar la autoestima y la calidad de vida de los pacientes. Sufrir un trauma o una enfermedad que afecte a la apariencia física puede tener un impacto devastador en la salud emocional y psicológica del paciente, de hecho es algo que he visto mucho en consulta”, nos indica el doctor, que añade que la cirugía reconstructiva ofrece la posibilidad de que los pacientes vuelvan a sentirse bien consigo mismos, restaurando su confianza y permitiéndoles reintegrarse plenamente en su vida diaria.
“En términos funcionales, tiene el objetivo de recuperar la movilidad o funcionalidad perdida. Por ejemplo, en pacientes que han sufrido quemaduras o traumatismos severos en las extremidades, la cirugía puede ayudar a devolver la capacidad de movimiento o la sensación en la zona afectada, permitiéndoles realizar actividades cotidianas que antes no podían”, nos comenta.
Además, añade que también es crucial para aquellos que han pasado por procedimientos médicos agresivos, como la extirpación de tumores. “En estos casos, no solo se trabaja para cerrar el defecto dejado por la cirugía, sino también para restaurar la forma y función del área afectada. Un ejemplo claro es la reconstrucción facial después de una extirpación tumoral en la cara donde el objetivo es devolver una apariencia lo más natural posible, además de por supuesto garantizar que el paciente pueda hablar, masticar o respirar adecuadamente”, concluye.