¿Sabías que la picadura de un insecto es la primera causa de reacción alérgica grave (anafilaxia) en Europa? Si bien el problema es mayor en los meses más calurosos, lo cierto es que no hay que bajar la guardia, y tenemos que tener en cuenta una serie de consideraciones también por si viajamos a zonas cálidas en estos meses. Los insectos más frecuentemente relacionados con estas reacciones son los himenópteros: la abeja de la miel (Apis mellifera), avispas (avispa papelera (Polistes), la avispa común (Vespula)) y avispones (Vespa velutina).
Una picadura puede ser mortal
Es importante tener en cuenta que estamos ante un problema que no es menor, pues en personas alérgicas, una simple picadura de abeja o avispa puede desencadenar desde un cuadro general que puede afectar exclusivamente a la piel, en forma de urticaria, hasta una reacción alérgica generalizada, llamada anafilaxia, de mayor o menor gravedad, que en algunas ocasiones puede ser mortal.
“Que un insecto pique y haya una reacción en la zona de picadura es normal. Hay insectos que muerden, y a la hora de morder tienen sustancias tóxicas que me van a producir una reacción local. Otros lo que hacen es inocular veneno, pican e inoculan veneno que, lógicamente, es tóxico, y me puede producir una reacción local. Es decir, que haya reacción en la zona de picadura es inevitable. Lo que luego puede cambiar es el tamaño de la picadura o que además de una reacción cutánea puedan pasarme más cosas. Ese es el matiz”, nos cuenta el doctor David González de Olano, presidente del Comité de Alergia a los Himenópteros de la SEAIC.
¿En qué casos debemos preocuparnos?
¿Cuándo empezamos a no considerar normal la reacción ante una picadura? El experto nos cuenta que hay que preocuparse si en la zona de picadura el diámetro se extiende por encima de los diez centímetros, o bien si ya no tengo una reacción local, sino que tengo una reacción a distancia, lo que se califica como sistémica, porque afecta a diferentes órganos o sistemas. “Es decir, que a mí me pica un insecto en el antebrazo, pero empiezo a manifestar clínica respiratoria, náuseas, vómitos... Lo que me está indicando esa reacción a distancia o sistémica es que hay un rechazo o una sensibilización por parte de mi cuerpo, que está reconociendo eso que me está inoculando o con lo que me está mordiendo el insecto. Esto es lo que me debería preocupar: reacciones locales extensas, mayores de diez centímetros, o reacciones sistémicas. No son preocupantes las reacciones locales”, cuenta el doctor.
Hay que preocuparse si en la zona de picadura el diámetro se extiende por encima de los diez centímetros, o bien si se produce una reacción a distancia, lo que se califica como sistémica
¿Cuáles son los insectos cuyas picaduras más alergias provocan?
“Todos los insectos pican, todas las picaduras de insecto dan reacción. ¿Y cuáles son los que más pican? Pues esto va en función de la prevalencia. Los más frecuentes son los mosquitos, las pulgas, las arañas y esos son los que más van a picar. El matiz que añadiría a esta pregunta es que frente a los que nosotros tenemos tratamiento son únicamente los himenópteros, y dentro de ellos están las abejas y las avispas”, apunta. Últimamente también se han producido plagas de chinches, causantes de picaduras muy molestas.
Distintos grados de gravedad en las picaduras
El especialista nos cuenta que hay escalas de gravedad para medir las picaduras. “Las clasificamos inicialmente en reacciones locales y sistémicas. Las locales pueden estar limitadas a la zona de picadura o pueden ser locales extensas cuando son más de diez centímetros. Mientras, las sistémicas son las que afectan a todo el cuerpo”, nos cuenta el doctor, que añade que dentro de las reacciones sistémicas, también hay subclasificaciones en grados, del 1 al 4, que van de menos a más severidad.
¿En qué casos conviene estudiar una alergia a una picadura?
En opinión del doctor, conviene estudiar los casos de los pacientes en los que se produce una reacción local extensa o sistémica. En esos casos, “hay una sospecha de que mi cuerpo no solo ha presentado una reacción al propio veneno, sino que mi sistema inmune ya está creando un rechazo y por eso tengo una reacción mucho más grande de la que se le atribuiría a la zona en la que está el veneno, que en eso consiste la alergia, en crear un rechazo frente a algo que no debería crear”.
“A estos pacientes con reacciones locales extensas, grandes, o con reacciones sistémicas, se les estudia porque si se evidencia que hay alergia, se les puede vacunar, frente al veneno de abejas y avispas. La vacuna es lo que nosotros denominamos inmunoterapia, que consiste en ir administrando dosis progresivas o crecientes de una parte del veneno que induce al sistema inmune a crear protección. Conforme me voy vacunando, voy creando protección a ese veneno para que, si recibo una picadura en el futuro, la reacción sea menor o llegue a ser local, es decir, como sucede en la gente que no es alérgica”, nos detalla el doctor de la SEAIC.
Además, se recomienda que los pacientes que hayan sufrido una anafilaxia tras una picadura sean instruidos en el uso de un auto inyector de adrenalina para poder administrarse el fármaco en caso de una nueva reacción grave, además sean derivados a un alergólogo, ya que el tratamiento con inmunoterapia de veneno protege de reacciones ante nuevas picaduras hasta en el 98% de los casos.
¿Qué podemos hacer para evitar las picaduras?
Para evitar las picaduras, la principal medida es evitar el contacto con ese insecto. En el caso de las abejas y las avispas, dos de los insectos que provocan reacciones más grandes, hay que saber que las picaduras son más frecuentes en las épocas cálidas y en las zonas rurales, lógicamente, o en aquellos lugares en los que hay agua, como suelen ser los estanques o las piscinas. Los himenópteros son insectos que pican para defender su comida o sus crías, y su agresividad aumenta al sentirse amenazados por lo que se deberán evitar aquellas circunstancias que puedan hacer que se sientan en peligro. Son más agresivos los días de mucho calor y si hay alimentos cercanos.
Es importante que los pacientes alérgicos conozcan todos los datos relativos al insecto causante de su alergia, que sepan reconocerlo y tengan en cuenta algunas sencillas precauciones que pueden ayudarles a reducir el riesgo.
El tratamiento con inmunoterapia de veneno protege de reacciones ante nuevas picaduras hasta en el 98% de los casos.
¿Qué es la mastocitosis relacionada con las picaduras?
El doctor comienza explicándonos lo que es el mastocito. “Es la célula responsable de la alergia. Cuando una persona es alérgica bien a una abeja, una avispa o a un melocotón o a un tipo de polen, el mastocito se activa, libera sustancias que tiene dentro, y esas sustancias lo que me provocan es los síntomas típicos de picor, estornudos o en el caso de las picaduras, enrojecimiento, hinchazón de la zona donde se recibe la picadura...”, explica.
¿Qué es lo que ocurre en la gente con mastocitosis? La mastocitosis consiste en un grupo de enfermedades caracterizadas por la activación anormal de los mastocitos, las células principales responsables en las reacciones alérgicas. Los pacientes con mastocitosis presentan un riesgo elevado de sufrir anafilaxia tras la picadura de insectos, y sus reacciones suelen ser de mayor gravedad que en la población general. ¿Y por qué se relaciona la alergia a abejas y avispas con mastocitosis? “Se ha visto que hay una relación muy estrecha. De hecho, hasta cerca de un 20% de los pacientes con alergia a abejas y avispas se cree que hay una mastocitosis por abajo y la reacción exagerada después de sufrir la picadura es la que nos lleva a sospechar por haber sido tan intensa que puede haber algo más”, aclara.
Por último, los expertos no dudan en alertar de la importancia de que se comience a considerar cómo el cambio climático y el aumento de las temperaturas están incrementando la prevalencia de los casos de picaduras de himenópteros, al prolongar el periodo de vida de estos insectos y favorecer la llegada de nuevas especies a determinadas zonas.