mujer preocupada en la oficina, mirando su ordenador portátil© Getty Images

Estrés laboral: hablamos con los expertos sobre uno de los males de nuestro tiempo

El entorno laboral se ha vuelto un foco importante de estrés y ansiedad, y las consultas en terapia por estos motivos han crecido considerablemente


29 de octubre de 2024 - 8:10 CET

Los expertos lo tienen claro: las consultas por estrés vinculado al entorno laboral no paran de aumentar. “Cada día llegan más pacientes con este motivo de consulta, refiriendo síntomas que no saben identificar, cuyo origen no comprenden, o con el problema claramente detectado”, nos confirma María Sánchez Beamonte, psicóloga del Instituto de Neurociencias Vithas en el Hospital Universitario Vithas Madrid Aravaca y en el Centro Médico Vithas Majadahonda. Y es que es una conversación que seguro que has tenido en tu entorno: estoy estresado, no puedo más, el ritmo es inasumible, no llego a todo... 

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Coincide Pilar Guerra Escudero, psicóloga clínica y coach ejecutivo, quien explica que este fenómeno ha ido en aumento en los últimos años, sobre todo después de la pandemia, cuando muchas personas se enfrentaron a nuevas formas de trabajo como el teletrabajo, la sobrecarga de tareas, la falta de desconexión y el miedo a perder el empleo. También hace mención a que la falta de conciliación vida-trabajo y la creciente demanda de productividad han contribuido a este escenario. “El entorno laboral se ha vuelto un foco importante de estrés y ansiedad, y las consultas en terapia por estos motivos han crecido considerablemente”, indica.

Los expertos lo viven a diario en sus consultas y los informes no hacen sino constatar esta realidad. Así, el Informe de Salud Laboral 2024 publicado por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) destaca que los trabajadores se ven significativamente afectados por el burnout y otros problemas de salud mental. En particular, señala que un 33% de los empleados atribuye su estrés laboral a un ambiente de trabajo tóxico, lo cual impacta directamente en la dinámica de los equipos, generando un clima poco colaborativo y una bajada notable del rendimiento colectivo.

¿Qué señales nos indican que padecemos un cuadro de estrés laboral?

Como anticipábamos, hay personas que tienen muy claro cuáles son las señales que pueden indicar que están padeciendo este tipo de estrés, pero no siempre es sencillo. Por eso, les hemos planteado a las expertas cuáles consideran que son esos signos que nos pueden alertar de que estamos ante un caso de estrés laboral. 

“Las señales que indican que alguien podría estar sufriendo de estrés laboral pueden variar, pero pueden ser tanto físicas como emocionales y conductuales”, indica Pilar Guerra Escudero, que añade que los síntomas más comunes incluyen el agotamiento constante, la dificultad para concentrarse, irritabilidad o cambios de humor frecuentes, dolores físicos como de cabeza o espalda, trastornos del sueño (ya sea dificultad para dormir o despertarse varias veces en la noche), y una sensación de desmotivación o desinterés por el trabajo. Además, algunas personas pueden empezar a evitar ir al trabajo o sentir ansiedad con solo pensar en sus responsabilidades laborales.

La experta de Vithas no duda en hacer una enumeración que parece no tener fin: “Fatiga, insatisfacción en el trabajo, peor desempeño laboral, falta de concentración en las tareas, sensación de no estar haciendo tu trabajo correctamente, irritabilidad, abulia, apatía, alteración en el patrón de sueño, cambios en el apetito, sentirte inseguro en el entorno de trabajo, incapacidad o mayor dificultad para tomar decisiones…”. Bajo su perspectiva, estas son algunas de las señales que pueden indicar estrés laboral.

© Getty Images

Agotamiento laboral que afecta a los equipos

Desde la startup española Qaizzen, una plataforma online que ofrece psicólogos colegiados a empresas para sus empleados, han identificado cinco señales que advierten del agotamiento laboral en los equipos:

  1. Cambios en la actitud y el comportamiento. Una de esas señales es que algunos empleados, que antes irradiaban optimismo y colaboración pueden volverse cínicos y distantes. Sin duda, esta transformación siembra una atmósfera de desconfianza y desinterés en el resto de los compañeros, que ven como el agotamiento ha conseguido desmotivar a la persona que había sido un ejemplo para todos.
  2. Caída de la productividad. El trabajo se resiente y es que el agotamiento laboral se manifiesta de varias formas, siendo el rendimiento la más visible.  La combinación de cargas excesivas y recursos insuficientes puede provocar el incumplimiento de objetivos por parte de los empleados, lo que se traduce en una bajada del desempeño global de la organización.
  3. Aislamiento social. Aquellos atrapados en la espiral del burnout tienden a rehuir las interacciones sociales, eligiendo el aislamiento como su refugio. Ir solo a comer, dejar de hacer el descanso del café, huir del afterwork o evitar las llamadas internas no solo debilita los lazos entre compañeros, sino que también crea un vacío en la dinámica diaria del equipo.
  4. Comunicación deficiente y rumorología. Cuando aparece el rumor... el problema está bien cercano. La falta de un diálogo abierto y constructivo es una señal alarmante de un entorno tóxico. Cuando la comunicación se vuelve escasa o los empleados empiezan a hablar a las espaldas de otros compañeros, se generan malentendidos que alimentan la frustración y merman la moral del grupo.
  5. Absentismo por agotamiento físico y mental. Sin duda, se llega también a este punto, el resultado clínico de todas las señales anteriores. Los empleados, instalados en el agotamiento, comienzan a faltar con mayor frecuencia al trabajo, lo que a menudo se traduce en un aumento de las bajas laborales y mayor número de ausencias por atención médica. Esta situación genera un ciclo de ineficacia que impacta negativamente al equipo en particular, y al rendimiento de la organización en general.

¿De qué forma puede llegar a afectar a nuestra vida diaria?

De lo que no hay duda es de que las consecuencias pueden llegar a ser realmente perjudiciales para nuestro día a día y para nuestra vida personal. “Además de los síntomas ya mencionados, si estás estresado en el trabajo, no te sorprenderá tener más discusiones en casa o no disfrutar tanto como antes de una cena con amigos”, indica María Sánchez Beamonte.

Par Pilar Guerra, el estrés laboral puede afectar prácticamente todos los aspectos de nuestra vida y puede ser devastador. “En general, el estrés crónico mina la calidad de vida. No solo afecta el rendimiento en el trabajo, sino que también interfiere en la vida personal y las relaciones. Las personas estresadas suelen tener menos paciencia y energía para compartir con sus seres queridos, lo que puede generar conflictos o distanciamiento. También puede afectar la salud física, provocando desde problemas digestivos hasta enfermedades más serias como hipertensión. Puede afectar nuestra salud mental y generar problemas de ansiedad o depresión”, nos explica.

Uno de los grandes estresores del momento

Lo que parece innegable es que en estos años que vivimos, los problemas en el entorno laboral se han ganado el dudoso mérito de ser un gran estresor. “La incertidumbre respecto a un mercado laboral cada vez más volátil, la elevada carga de trabajo, la falta de apoyo emocional, el aumento del teletrabajo que trae consigo nuevos desafíos como la soledad y la dificultad para desconectar al terminar la jornada de trabajo, son factores que afectan indudablemente a la salud mental de los trabajadores”, coincide Sánchez Beamonte.

Sin duda influye un entorno laboral caracterizado por la incertidumbre, la competitividad y las altas exigencias, que se convierte, como decíamos, en una fuente importante de estrés para muchas personas. “Las exigencias de productividad, las largas jornadas, la incertidumbre económica y la dificultad para equilibrar la vida personal con la profesional son factores que generan altos niveles de estrés. A esto se suma el uso constante de la tecnología, que a menudo impide una verdadera desconexión fuera del horario laboral”, apunta Pilar Guerra.

¿Es difícil detectar que tenemos un problema de estrés laboral?

Es importante reconocer esas señales a las que hacíamos referencia antes y que nos pueden indicar que padecemos este problema de estrés laboral. “Detectar el estrés laboral no siempre es sencillo, y muchas veces cuesta reconocer que se está padeciendo, entre otras cosas, porque lo normalizamos. Puede ser difícil distinguir entre el estrés "normal" del trabajo y un problema más serio. Además, muchas personas sienten vergüenza o culpa por no poder manejar la situación y evitan buscar ayuda”, apunta Pilar Guerra.

“La verdad es que la desconexión de uno mismo, la inmediatez en la que vivimos y el ‘piloto automático’ son factores presentes en la vida de casi todos nosotros. Vivimos gran parte de nuestro tiempo híperconectados al medio exterior y alejados de nuestro mundo interior, lo que puede complicar la toma de conciencia sobre la verdadera fuente de estrés y sobre lo que realmente necesitamos”, apunta la especialista de Vithas.

Pilar Guerra insiste en que al estar inmersos en la rutina diaria, es fácil pensar que el cansancio o el malestar son "normales" o que se trata simplemente de un mal momento. Además, existe cierta resistencia a admitir que algo anda mal por miedo a parecer débiles o incapaces de lidiar con las demandas del trabajo. “Por eso, a menudo el estrés laboral se detecta cuando ya ha avanzado y está causando consecuencias serias”, advierte.

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¿Cómo solucionar los problemas de estrés laboral?

Cuando por fin detectamos que el problema está ahí, que realmente tenemos que buscar una solución, ¿qué estrategias tenemos a nuestro alcance para tratar de solucionar este problema, un mal de nuestro tiempo? Siguiendo las recomendaciones de Pilar Guerra, para abordar el estrés laboral, es clave actuar desde diferentes frentes. 

  • En primer lugar, buscar apoyo profesional es una gran ayuda. La terapia puede ayudar a identificar las causas del estrés y ofrecer herramientas para gestionarlo mejor. También es fundamental aprender a poner límites en el trabajo, tanto en el número de horas que se dedican como en la disponibilidad fuera del horario laboral. 
  • Practicar técnicas de relajación, como la meditación o la respiración consciente, y dedicar tiempo a actividades que generen bienestar fuera del entorno laboral también son estrategias efectivas.
  • Por otro lado, es fundamental cuidar de nuestra salud: dormir lo suficiente, hacer ejercicio regularmente y mantener una dieta saludable, así como buscar apoyo social: conectar con otras personas, hablar con amigos y familiares sobre lo que estamos pasando.
  • Otra opción, si un cambio laboral no es viable, es buscar soluciones en nuestro entorno de trabajo, como negociar un cambio de horario o de tareas.

“La solución no es simple, pero con el enfoque adecuado, es posible reducir significativamente su impacto y mejorar la calidad de vida”, indica.

María Sánchez Beamonte propone, por su parte, implementar estrategias y pautas de autocuidado en nuestra vida son alternativas al alcance de todos:

  • Una buena alimentación, ejercicio físico regular y hábitos de sueño saludables pueden ayudar a reducir el estrés.
  • Un entorno de trabajo atractivo también puede ser beneficioso. Intenta organizarlo a tu manera y hacerlo lo más agradable posible.
  • Trabaja por un ambiente laboral saludable, donde la comunicación con tus superiores o compañeros sea transparente.
  • Establece límites entre tu trabajo y tu vida personal.

“Si crees que lo has intentado todo, pide ayuda a un profesional. Es normal no poder con todo siempre; compartirlo con alguien puede ayudarte a entender lo que está pasando y a aumentar tus propios recursos personales”, recomienda.