La obsesión por la juventud es ya un fenómeno global muy muy preocupante. Y es que muchas mujeres jóvenes acuden a centros de estética a hacerse retoques para parecer más jóvenes aún. Se 'castigan' las arrugas y el envejecimiento porque el hecho de cumplir años puede cerrar la puerta a determinados puestos de trabajo. Esta obsesión por la eterna juventud, denominado midorexia, se alimenta de los medios, la industria del cine, la publicidad, pero, sobre todo, las redes sociales. Filtros, retoques y avatares digitales han distorsionado las expectativas de belleza hasta el punto de que aparentar la edad real se percibe casi como un defecto. Y las imágenes de rostros sin arrugas y cuerpos perfectos se convierten en estándares inalcanzables. Estamos viviendo, como dicen los expertos, en una pandemia de midorexia.
La película protagonizada por Demi Moore retrata la midorexia que lleva a las personas a extremos peligrosos para evitar los signos del tiempo
La nueva película The Substance, protagonizada por Demi Moore, retrata, precisamente, esto. Narra la vida de una actriz que, tras ser rechazada en la industria por haber cumplido 50 años, recurre a una sustancia misteriosa para recuperar su juventud. Este thriller pone de manifiesto el impacto devastador de la obsesión por la apariencia y el miedo a envejecer, y crea un retrato perfecto de que es midorexia, que lleva a las personas a extremos peligrosos para evitar los signos del paso del tiempo. La historia plantea una crítica a la presión social por mantener una imagen joven y el precio emocional de perseguir una juventud eterna.
Y de la midorexia vamos a hablar. De cuáles son sus manifestaciones, de su impacto emocional, de su riesgo y, sobre todo, de lo que podemos hacer para no caer en esta obsesión y, si ya la sufrimos, cuál es el tratamiento más adecuado para superarlo.
¿Qué es la midorexia?
La midorexia es un trastorno de la imagen corporal en el que las personas experimentan un miedo irracional y extremo al envejecimiento físico. Según el psicoanalista del Centro de Estudios y Aplicación del Psicoanálisis (CEAP), Juan Martínez-Mena, estamos ante un fenómeno con una prevalencia del 2,4% en la población general, y que alcanza el 53% entre quienes recurren a la cirugía estética. Este trastorno se relaciona con el Trastorno Dismórfico Corporal y es una manifestación de la obsesión social actual por mantener una apariencia joven.
La Dra. Remedios Gutiérrez, psiquiatra y miembro del CEAP, lo explica de esta manera: “La midorexia podría considerarse como un subtipo de trastorno de la personalidad con rasgos predominantes de egocentrismo. Su principal síntoma, el pavor a envejecer, surge de un miedo profundo a la muerte, traducido en un terror irracional a los cambios físicos provocados por el paso del tiempo”.
Síntomas de la midorexia
Las personas que padecen midorexia suelen presentar los siguientes síntomas:
- Miedo extremo a envejecer. Ansiedad desmedida ante la aparición de signos de envejecimiento como arrugas, flacidez o canas.
- Comportamiento obsesivo respecto a la apariencia. Búsqueda de tratamientos estéticos, cirugía plástica y uso excesivo de productos antiedad.
- Distorsión de la realidad sobre la edad. Los afectados se sienten más jóvenes de lo que son y buscan proyectar esa percepción en su aspecto físico y forma de actuar.
- Ejercicio y dieta extremos. Se someten a rutinas intensas de ejercicio y dietas estrictas para mantener un cuerpo juvenil.
- Problemas en relaciones personales. Pueden surgir conflictos con la pareja o los hijos, quienes suelen sentir incomodidad al ver a su familiar comportándose como alguien mucho más joven.
- Dependencia emocional de la validación externa. Sienten una necesidad constante de recibir elogios o comentarios sobre su apariencia juvenil, lo que refuerza su dependencia hacia la validación externa.
La midorexia podría considerarse como un subtipo de trastorno de la personalidad con rasgos predominantes de egocentrismo
¿Por qué aparece la midorexia?
Tal como nos explican los expertos, el desarrollo de la midorexia está influido por diversos factores sociales y psicológicos, muchos de ellos derivados de la presión por mantener una imagen joven. Nos destacan 4 razones por las que se produce la midorexia
- Presión social y mercantilización de la juventud. Según el CEAP, nunca ha sido tan fuerte la creencia de que el éxito personal y profesional está ligado a una apariencia joven. Hoy en día, el mercado ofrece un sinfín de productos y servicios antiedad, desde tratamientos estéticos hasta aplicaciones digitales para retocar fotografías. Esta constante exposición a la 'juventud ideal' genera una presión inmensa sobre las personas de mediana edad.
- El ‘Pretty Privilege’ o privilegio de la belleza. Este concepto, que se refiere a las ventajas que obtienen las personas jóvenes y atractivas, tiene un rol clave en el desarrollo de la midorexia. Martínez-Mena señala que “la asociación entre juventud, belleza y éxito está en la base de este problema de salud mental. Las personas quieren pertenecer al grupo de los privilegiados, y cuando sienten que empiezan a ‘perder’ ese acceso, surge una ansiedad muy profunda”.
- Cambio en la percepción de la edad. La esperanza de vida ha aumentado, y con ello la percepción de juventud. Hoy en día, una persona de 40 o 50 años sigue siendo muy productiva, lo que genera una disonancia entre la edad biológica y la percepción de juventud que la sociedad refuerza. Esto provoca que muchas personas busquen medios extremos para parecer más jóvenes de lo que son.
- Miedo a la muerte. La midorexia no solo es un miedo a envejecer, sino también un temor profundo a la mortalidad. La Dra. Gutiérrez explica que este miedo lleva a algunas personas a obsesionarse con la apariencia y negar los cambios físicos que reflejan el paso del tiempo.
El impacto psicológico y social de la midorexia
El miedo a envejecer no solo afecta la imagen corporal, sino que tiene repercusiones emocionales y sociales importantes. Las personas con midorexia tienden a experimentar conflictos en sus relaciones personales, especialmente con la pareja y los hijos. “Un midoréxico quiere que su entorno mantenga también su apariencia juvenil”, explica la Dra. Gutiérrez, lo que lleva a fricciones y malestar en la familia.
Además, el comportamiento obsesivo y la necesidad constante de elogios pueden deteriorar la autoestima, generando dependencia emocional hacia la validación externa. Esta dependencia, sumada a los ideales de juventud inalcanzables, puede llevar a problemas como ansiedad y, en casos graves, depresión.
Cómo prevenir y tratar la midorexia
La midorexia es un trastorno de salud mental que requiere atención especializada. La Dra. Gutiérrez sugiere que, para evitar caer en esta obsesión, es fundamental aceptar el envejecimiento como una parte natural de la vida. “Por muy bien que nos retoquen externamente, la única solución pasa por aprender a aceptar la huella del tiempo sin ansiedad”, afirma.
Para tratar la midorexia, el CEAP recomienda un enfoque multidisciplinario en el que participen tanto profesionales de la salud estética como especialistas en salud mental. Esta colaboración es esencial para asegurar que el bienestar mental del paciente sea prioritario. La Dra. Gutiérrez destaca que “es complejo darse cuenta de este trastorno por uno mismo, incluso cuando personas cercanas lo señalan. La ayuda de profesionales de la psicología y la psiquiatría es crucial para gestionar la distorsión de la imagen corporal”.