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mujer con cáncer, con un pañuelo cubriendo su cabeza© Getty Images

Cáncer de mama: ¿Cómo es la vida después del tratamiento?

El miedo a la recidiva, los controles médicos, la vuelta a la normalidad... Abordamos con una experta las principales dudas que se plantean las mujeres que han padecido la enfermedad


18 de octubre de 2024 - 8:23 CEST

Miles de mujeres son diagnosticadas cada año de cáncer de mama. Cuando el médico lo confirma, cuando la mala noticia se verbaliza, comienza un largo camino para las pacientes. Meses de tratamientos, intervenciones quirúrgicas, dolor, de parón en la rutina diaria... Hasta que finalmente, en un elevado porcentaje de casos, se consigue que el tumor remite y el futuro parece tornarse más esperanzador. Sin embargo, tras esos momentos, sin duda, duros, llega una etapa nueva para la mujer afectada, a la que le surgen multitud de dudas. La principal es qué pasa después del cáncer.

Comienza para ellas una etapa en la que hay que abordar las posibles secuelas, tanto físicas como psíquicas, continuar con los controles, controlar los miedos a sufrir una posible recidiva, retomar la vida laboral... Demasiados desafíos para unas pacientes que acaban de vivir un terremoto en sus vidas. Sobre todo ello hemos hablado con la doctora Noelia Martínez, especialista en Oncología Médica del Hospital Ramón y Cajal, especialista en cáncer de mama desde hace 20 años y colaboradora de la Fundación Intheos.

¿Cuál es la pregunta que más se repite en consulta en las pacientes que acaban de superar un cáncer de mama?

La pregunta más repetida en las pacientes que acaban de superar un cáncer de mama suele ser: "¿Voy a volver a tener cáncer?". Esta pregunta refleja el temor a la recurrencia, que es una de las principales preocupaciones tras el tratamiento. Las pacientes a menudo quieren saber cómo minimizar el riesgo de que el cáncer regrese, cuáles son los signos tempranos de una posible recaída y qué seguimiento deberán realizar a largo plazo. También suelen preguntar: "¿Qué puedo hacer para prevenir que vuelva?" (en cuanto a cambios en el estilo de vida o tratamientos adicionales). "¿Cómo será el seguimiento médico?" (frecuencia de los controles y pruebas). "¿Cuáles son las señales de alerta que debo observar?" (síntomas que podrían indicar una recurrencia).

Tras superar un cáncer de mama, los controles de seguimiento son fundamentales para detectar posibles recurrencias o efectos secundarios a largo plazo

Imaginamos que cada caso es único y que debe atenderse de forma personalizada, pero en general, ¿cuáles son los controles que debe seguir una mujer tras haber padecido un cáncer de mama?

Tras superar un cáncer de mama, los controles de seguimiento son fundamentales para detectar posibles recurrencias o efectos secundarios a largo plazo. Aunque cada caso es único y el seguimiento varía según el tipo de cáncer, el tratamiento recibido y las características individuales de la paciente, en general, los controles incluyen:

  • Consultas médicas periódicas: Generalmente, las visitas al médico oncológico son más frecuentes en los primeros años tras el tratamiento (cada 3 a 6 meses). Después de 5 años sin recurrencias, se pueden espaciar a una vez al año; cuyo objetivo es revisar el estado general de salud, realizar exámenes físicos (en particular del área del pecho, ganglios linfáticos y cicatrices quirúrgicas) y preguntar por síntomas que podrían indicar una recaída o efectos secundarios de los tratamientos.
  • También incluyen pruebas de imagen como mamografías, para detectar cualquier signo de cáncer en la mama tratada (si se conservó) o en la otra mama. Y análisis de sangre en los que se pudieran incluir marcadores tumores. El resto de las posibles pruebas radiológicas, se individualizan según síntomas, riesgo e historia familiar.
  • Por último  y no menos importante, se debe evaluar continuamente a las pacientes por posibles efectos a largo plazo de la cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapia hormonal. Esto incluye la detección de problemas cardíacos, linfedema (hinchazón en los brazos debido a la extirpación de ganglios linfáticos), dolor crónico o alteraciones metabólicas, así como un asesoramiento sobre el estilo de vida con hábitos saludables para reducir el riesgo de recurrencia, como mantener un peso adecuado, hacer ejercicio regularmente, tener una dieta balanceada, limitar el consumo de alcohol y dejar de fumar si es necesario.
mujer madura realizándose una mamografía© Adobe Stock

 ¿Cuáles son las principales secuelas físicas que puede padecer una paciente con este tipo de tumor? ¿Y a nivel psicológico?

  • Las principales secuelas físicas del cáncer de mama incluyen linfedema (hinchazón del brazo), cicatrices y cambios en la apariencia del pecho, dolor crónico, fatiga persistente y pérdida de movilidad en el brazo afectado.
  • A nivel psicológico, es común que las pacientes experimenten ansiedad, miedo a la recurrencia, depresión, cambios en la autoestima debido a la imagen corporal y dificultades para adaptarse a la "nueva normalidad" tras el tratamiento.

¿Uno de los problemas, sobre todo en el caso del cáncer de mama, puede ser la inseguridad con nuestra propia imagen?

Sí, uno de los problemas más comunes tras el cáncer de mama es la inseguridad con la propia imagen corporal. Las cirugías (como la mastectomía o cirugía conservadora, a la que va añadida a la radioterapia local), junto con los efectos de tratamientos como la quimioterapia (pérdida de cabello) y radioterapia, pueden afectar profundamente cómo una mujer se siente respecto a su cuerpo. La pérdida parcial o total del pecho, cicatrices, cambios en la forma o textura de la piel, y otros efectos físicos pueden generar sentimientos de baja autoestima, inseguridad y dificultades en la aceptación de la nueva imagen corporal. Esto también puede afectar la intimidad y la vida sexual, añadiendo un componente emocional significativo al proceso de recuperación.

¿Se puede hablar verdaderamente de una vuelta a la normalidad tras haber padecido y superado un cáncer de pecho?

Hablar de una "vuelta a la normalidad" tras superar un cáncer de mama puede ser complejo, ya que muchas pacientes experimentan una nueva normalidad en lugar de regresar a su vida anterior. Físicamente, algunas secuelas como el linfedema, cicatrices, o fatiga pueden perdurar, y psicológicamente, el miedo a la recurrencia o la inseguridad sobre la imagen corporal pueden modificar la manera en que se vive el día a día. Sin embargo, muchas mujeres logran adaptarse y reconstruir una vida plena, incorporando nuevos hábitos, prioridades y formas de autocuidado. La recuperación no siempre implica volver a lo que era antes, sino encontrar un equilibrio en las nuevas circunstancias.

Psicológicamente, el miedo a la recurrencia o la inseguridad sobre la imagen corporal pueden modificar la manera en que se vive el día a día

mujer con un pañuelo rosa con los brazos abiertos, mirando al horizonte© Getty Images

Parece que una vez que el cáncer ha desaparecido, ya se ha llegado a la línea de meta, y no es así. ¿Se está trabajando para tratar de dar solución a esos problemas, como el linfedema, el llamado 'chemobrain', los síntomas de la menopausia precoz...?

Sí, se está trabajando activamente para abordar las secuelas que persisten tras el tratamiento del cáncer de mama. Para el linfedema, se están desarrollando técnicas quirúrgicas y terapias de drenaje más eficaces. En cuanto al chemobrain, se investiga la rehabilitación cognitiva y tratamientos para mejorar la memoria y concentración. Los síntomas de la menopausia precoz se están abordando con alternativas hormonales y no hormonales que no aumenten el riesgo de recurrencia. Además, se promueven enfoques integrales de rehabilitación oncológica para mejorar la calidad de vida de las supervivientes, tanto a nivel físico como emocional.

El objetivo debería ser conseguir una buena calidad de vida de la paciente tras esa etapa dura que es la del tratamiento, ¿no es así?

Sí, el objetivo debe ser asegurar una buena calidad de vida para las pacientes con cáncer de mama tras el tratamiento. Esto incluye abordar las secuelas físicas y emocionales, ofrecer apoyo psicológico y fomentar hábitos saludables. Al centrarse en la recuperación integral, se ayuda a las pacientes a adaptarse a su nueva normalidad y e intentar que tengan una vida lo más plena posible.

El miedo a la recidiva está ahí siempre. ¿Cómo se gestiona ese sentimiento?

El miedo a la recidiva del cáncer de mama es un sentimiento común que se puede gestionar mediante varias estrategias.

  • La educación sobre el seguimiento y los signos de alerta ayuda a empoderar a la paciente y reducir la ansiedad.
  • Terapia psicológica y grupos de apoyo ofrecen un espacio seguro para compartir experiencias y procesar miedos.
  • Además, técnicas de mindfulness y relajación como la meditación o el yoga pueden ser efectivas para calmar la mente.
  • Mantener una rutina de autocuidado que incluya ejercicio y una alimentación saludable también contribuye a aumentar la sensación de control.
  • Por último, mantener una comunicación abierta con el equipo médico y en especial con su oncólogo  puede proporcionar tranquilidad y apoyo emocional.
mujer con cáncer haciendo yoga en casa© Getty Images

¿Qué recomendaciones daría a una paciente para que la adaptación, de nuevo, al día a día fuera más fácil tras pasar por este proceso oncológico?

Se sugiere que las pacientes establezcan una rutina diaria que incorpore actividades de autocuidado y ejercicio, lo cual puede mejorar el bienestar físico y emocional. La búsqueda de apoyo psicológico a través de terapia o grupos de apoyo es crucial para abordar el estrés y la ansiedad asociados con la experiencia oncológica. Además, mantener una comunicación continua y abierta con el equipo médico facilita el manejo de preocupaciones y promueve una sensación de seguridad durante el proceso de adaptación

¿Es importante el apoyo psicológico y del entorno de la paciente no solo durante el tratamiento, sino también tras haber superado el cáncer?

El apoyo psicológico y social es vital para una recuperación integral y la mejora de la calidad de vida después del cáncer de mama. La experiencia oncológica puede tener un impacto significativo en la salud mental y emocional de la paciente, y el apoyo continuo ayuda a manejar el miedo a la recidiva; ayudar a la adaptación de los cambios físicos y mentales-emocionales que han sufrido durante el proceso agudo; y sobre todo, fomentar la resiliencia, con una mentalidad positiva y resiliente, qua ayuden a esta pacientes a enfrentase a los desafíos de la vida diaria.

Muchas pacientes experimentan “bloqueos” que les impiden trasmitir sus preocupaciones

Entendemos que la información es fundamental. Es importante la buena comunicación con su oncólogo y que ninguna mujer con cáncer de mama se quede con dudas tras el tratamiento, que pregunte por todo aquello que le preocupa, ¿no es así? ¿Siente que hay mujeres que se bloquean, que no transmiten todas sus inquietudes?

La información es crucial para las pacientes con cáncer de mama, ya que una buena comunicación y la confianza con el oncólogo no solo mejora la comprensión del tratamiento, sino que también reduce la ansiedad y el miedo. Es vital que las mujeres se sientan empoderadas para expresar todas sus inquietudes y dudas, que son muchas. Debemos promover activamente que no se queden con incertidumbres y propiciar un ambiente de confianza donde expresen sus intranquilidades  

Sin embargo, muchas pacientes experimentan “bloqueos” que les impiden trasmitir sus preocupaciones. Este silencio, en general, lo sabemos interpretar los oncólogos y debemos tener una actitud de respeto y saber interpretarlos a que son debidos: no preguntan, porque realmente no están preparadas para la respuesta que le podamos dar, o simplemente, se han “quedado en blanco” y no saben qué decir. Si es este caso, nos debemos adelantar a las posibles respuestas, dando una información clara y llana;  y avivar un ambiente de confianza que propicie a las pacientes, preguntas espontáneas,  en las siguientes consultas.