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mujer madura pensativa mirando por la ventana con un café© Getty Images

Liquen escleroso vulvar: una enfermedad crónica de la que muchas mujeres no hablan

Afecta principalmente a la zona genital femenina y puede causar síntomas muy molestos para quienes la padecen, especialmente en la menopausia


14 de octubre de 2024 - 12:43 CEST

Las molestias en la piel de la zona íntima pueden convertirse en un auténtico quebradero de cabeza para las mujeres que lo padecen. Es el caso del liquen escleroso vulvar, una enfermedad crónica de la piel que afecta principalmente a la zona genital femenina, tal y como nos explica la Dra. Marta Sánchez-Dehesa, jefa del equipo de ginecología en HM IMI Toledo. No estamos ante un problema menor, pues la especialista nos indica que lo padece un número de mujeres mucho más alto de los que pensamos.

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Cuáles son sus síntomas

La doctora nos explica que se caracteriza por un adelgazamiento de la piel y cambios en la misma, como áreas blancas, brillantes y con zonas eritematosas (rojas)  por rascado. “Estos cambios pueden causar síntomas molestos, como picor intenso, ardor, dolor y molestias durante las relaciones sexuales o al orinar”, nos indica. Tal y como explican los expertos de Intimina, uno de los factores que debemos tener en cuenta es que el impacto de esta afección va más allá de lo físico, ya que a menudo afecta al bienestar emocional y mental.

Según los expertos, lo padece un número de mujeres mucho más alto de los que pensamos

¿Cuáles pueden ser sus posibles causas?

Desde Intimina apuntan como posibles causas de esta enfermedad a los trastornos autoinmunitarios, la predisposición genética, los desequilibrios hormonales e incluso los traumatismos. Sin embargo, la causa exacta sigue siendo desconocida.

Así lo confirma la doctora Sánchez-Dehesa, pero nos indica los factores que pueden contribuir a su aparición:

  • Factores inmunitarios: la mayoría de los estudios sugieren que el liquen escleroso y el liquen plano son enfermedades autoinmunes, donde el sistema inmunológico ataca por error las células de la piel y la mucosa vulvar.
  • Predisposición genética, ya que es común que las personas con liquen tengan antecedentes familiares de enfermedades autoinmunes.
  • Desequilibrio hormonal: aunque no es la causa directa, especialmente la disminución de estrógenos durante y después de la menopausia puede contribuir al desarrollo de esta patología.
  • Irritantes o traumatismos locales: El uso de productos irritantes para la piel (jabones, detergentes, ropa ajustada) o traumatismos locales repetidos podrían agravar o desencadenar la inflamación en personas predispuestas.
  • Infecciones por virus. En algunos casos, se ha asociado con la presencia del  virus del papiloma humano (VPH) o el de la hepatitis C, aunque esta relación no es concluyente.
mujer joven y pensativa sentada en la cama© Getty Images

 ¿Cómo se diagnostica?

Tal y como explica la ginecóloga, prestar atención a la aparición de los síntomas es lo que más nos puede hacer sospechar que podemos padecer esta patología. Los principales son, como comentaba la doctora anteriormente, picor intenso, más frecuente por la noche, que no permite que durmamos, dolor y molestias importantes en las relaciones sexuales, piel de color blanquecino y rojizo, que puede ser fina, y adherencia de labios menores con desaparición de ambos.

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Por qué hay que tener especial cuidado tras la menopausia

Las mujeres que estén en una fase compleja como es la menopausia o la postmenopausia y  padezcan esta patología tienen que aumentar la precaución, cuidando su zona íntima para que no se agraven los síntomas. Una vez más, las culpables con las hormonas, pues al disminuir los niveles de estrógeno, el equilibrio del sistema íntimo puede verse alterado.

“Hay varias razones por las puede empeorar o aparecer en esta etapa de la vida, como la disminución de los niveles de estrógenos, ya que disminuyen significativamente produciendo esos cambios en el tejido vulvar. También el envejecimiento, pues la piel de la vulva se vuelve más frágil. La piel adelgazada es más propensa a desgarros, heridas, cicatrices…”, nos comenta la doctora, que añade que puede aumentar el malestar y puede dificultar las actividades cotidianas, como caminar o sentarse, y afectar a la calidad de vida, incluida la vida sexual. “Por último aumenta el riesgo de cáncer de vulva, por lo que es importante un diagnóstico temprano”, alerta la experta.

En general, las mujeres son reservadas a la hora de hablar de problemas que ocurren, sobre todo, cuando llegan a la menopausia

¿Un problema infradiagnosticado?

Lo cierto es que estamos ante un problema sobre el que muchas mujeres no hablan, ni consultan a su ginecóloga al respecto. “En general, las mujeres se reservan a la hora de hablar de problemas que ocurren sobre todo cuando llegan a la menopausia. Es frecuente que mis pacientes cuando llegan a consultar por esta patología u otra sintomatología y se les explica que es bastante frecuente, digan que sus amigas no sienten eso… que se encuentran fenomenal. Es un problema bastante poco conocido y la paciente no suele contar lo que le ocurre fuera de la consulta”, nos dice la doctora.

La importancia de diagnosticarlo a tiempo

De lo que no hay duda es de que el diagnóstico precoz y su intervención son cruciales para tratar el liquen escleroso. “Como ya hemos comentado, aquellas pacientes con antecedentes familiares pueden desarrollarlo con más frecuencia y también la menopausia aumenta el riesgo de padecer la enfermedad. Por eso, la prevención y el tratamiento de esta patología de forma precoz puede mejorar que no aparezcan los síntomas”, añade por su parte la doctora Sánchez-Dehesa.

Hay varias razones por las puede empeorar o aparecer en esta etapa de la vida, como la disminución de los niveles de estrógenos

Cómo se trata el liquen escleroso vulvar

Aunque no tiene cura, existen varias opciones de tratamiento para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Pueden incluir medicamentos tópicos, como corticosteroides, o inhibidores de la calcineurina, para reducir la inflamación y el picor. La fototerapia, que consiste en exponer la piel afectada a la luz ultravioleta, también puede ser beneficiosa en algunos casos.

Lo que no podemos olvidar es que estamos ante una enfermedad crónica que puede requerir un tratamiento continuo. Sin embargo, con el tratamiento y los cuidados adecuados, muchas personas pueden controlar eficazmente sus síntomas y llevar una vida satisfactoria.

La doctora recomienda el cuidado temprano de la zona con cremas adecuadas y lubricantes adecuados en las relaciones sexuales. Su uso puede retrasar su aparición. También hace mención al uso de hormonas especificas en la zona o a nivel sistémico, y en el caso de que la patología este ya presente, corticoides, inmunomoduladores, etc. “También los tratamientos de medicina regenerativa (laser, plasma etc) pueden mejorar eta patología”, concluye.