Vimos en una sociedad donde la información vuela a la velocidad de la luz. A través de las redes sociales, los medios de comunicación, y hasta nuestras conversaciones diarias, recibimos una avalancha de datos y opiniones. Pero, ¿cómo saber si todo lo que escuchamos es cierto? Aquí es donde entra el pensamiento crítico, una habilidad esencial para navegar por la información que recibimos y evitar ser manipulados. En palabras del psicólogo José Martín del Pliego, “El pensamiento crítico nos protege de la manipulación, ayudándonos a cuestionar lo que escuchamos y evitando que aceptemos información superficial sin reflexionar”. Entonces, ¿cómo podemos desarrollarlo para evitar ser arrastrados por corrientes ideológicas o manipulaciones?
El pensamiento crítico es una capacidad analítica que nos permite evaluar la información que recibimos y formarnos un juicio propio, en lugar de aceptar pasivamente lo que se nos dice. Este proceso nos permite verificar si la información que recibimos es válida y relevante, manteniendo nuestra identidad personal intacta en un mundo que a menudo busca influir en nuestras opiniones.
La importancia de cuestionar nuestras creencias
Nuestras creencias personales son como los cimientos de un edificio: nos sostienen y nos ayudan a vivir y a relacionarnos con los demás y con la vida en general. Pero, ¿qué sucede cuando esas creencias se vuelven demasiado rígidas? Tal como nos adverte el psicólogo, “las creencias estáticas pueden limitar nuestra visión del mundo”. Y es que esta sociedad en la que vivimos cambia a un ritmo vertiginoso, por ello es muy importante cuestionar constantemente nuestras propias ideas y opiniones. Esto no significa que tengamos que renunciar a nuestros principios sino que debemos ser lo suficientemente flexibles como para adaptarlas cuando sea necesario.
Por ejemplo, en el pasado, muchos creían que la tierra era plana. Era una creencia que se aceptaba sin cuestionamientos. Sin embargo, a medida que la humanidad desarrolló un pensamiento más crítico, esa creencia fue cuestionada y reemplazada por el conocimiento de que la Tierra es redonda. Lo mismo ocurre con nuestras creencias personales. A veces, lo que creemos puede no ser del todo cierto, y es importante estar abiertos a la posibilidad de cambiar de opinión cuando nos enfrentamos a nueva información.
Así, desarrollar un pensamiento crítico no solo nos ayuda a adaptarnos mejor a los cambios, sino que también nos permite entender mejor el punto de vista de los demás. “Cuando cuestionamos nuestras creencias, estamos practicando la empatía, porque nos permitimos ver el mundo desde la perspectiva de otra persona”, señala Martín del Pliego. Esta habilidad es fundamental para mejorar nuestras relaciones interpersonales y nuestra capacidad para tomar decisiones informadas.
¿Cómo saber si estamos siendo manipulados?
Uno de los mayores peligros de no desarrollar un pensamiento crítico es que nos volvemos vulnerables a la manipulación. Pero, ¿cómo podemos saber si estamos siendo manipulados? José Martín del Pliego indica que “una de las señales más claras de que estamos siendo manipulados es cuando dejamos de cuestionarnos las cosas”. Cuando aceptamos lo que nos dicen sin más, repetimos las opiniones de los demás sin analizarlas y nos volvemos inflexibles ante otras perspectivas, es un indicio de que hemos perdido la capacidad de reflexionar críticamente.
En los medios de comunicación, por ejemplo, a menudo se nos presentan noticias que parecen tener una sola interpretación. Sin embargo, al practicar el pensamiento crítico, podemos identificar posibles sesgos y buscar otras fuentes de información para obtener una visión más completa. “El manipulador se aprovecha de nuestra pasividad mental, ya sea en los medios o en las relaciones personales”, alerta este especialista.
Al desarrollar un pensamiento crítico, podemos evitar ser arrastrados por corrientes de opinión sin fundamento y tomar decisiones más informadas.
La manipulación en la publicidad y las relaciones personales
La publicidad es otro de los campos donde la manipulación es más evidente. Los anuncios publicitarios están diseñados para hacernos sentir que necesitamos los productos que nos ofrecen, y muchas veces terminamos comprando cosas que no necesitamos. “La publicidad nos bombardea con mensajes que juegan con nuestras emociones, y muchas veces terminamos comprando productos que no necesitamos solo por miedo a quedarnos atrás en nuestro intento de ser competentes socialmente", recuerda. Sin embargo, al desarrollar un pensamiento crítico, podemos identificar estas estrategias y resistir la presión de la publicidad.
En las relaciones personales, la manipulación puede ser más sutil, pero igualmente peligrosa. Un manipulador personal puede hacerte sentir culpable para que cumplas con sus necesidades e intereses. Dramatizar, teatralizar o las medias verdades son parte de sus herramientas manipulativas. “Te hacen sentir que si no cumples con sus demandas, eres una mala persona”, apunta. Así que reconocer estas tácticas de manipulación es el primer paso para liberarse de ellas.
El pensamiento crítico en los jóvenes
Una de las misiones más importantes de los padres es ayudar a que sus hijos desarrollen un pensamiento crítico para que no se dejen manipular. Y es que los jóvenes de hoy en día están más expuestos que nunca a la información a través de las redes sociales. Sin embargo, muchas veces la información que reciben está sesgada o es completamente falsa. Por eso, enseñar a los jóvenes a ser críticos con la información que reciben es más importante que nunca. “Es vital que aprendan a cuestionar lo que ven y leen, y que entiendan que las opiniones de los demás no siempre reflejan la realidad”, sugiere del Pliego.
También es importante que sepan que nos importa lo que piensan, aunque no estemos de acuerdo con ellos, y que nos pueden dar las razones de sus pensamientos. "No se trata de convencerles, si no de enseñarles a pensar y para ello primero tenemos que aprender nosotros", puntualiza el experto.
No hay que olvidar que el adolescente es muy manipulable por distintas corrientes sociales y sus opiniones pueden estar más sesgadas llegando a veces a ser muy radicales, con idearios poco flexibles. Sin embargo, en otros temas pueden ser muy abiertos y comprensibles
Debemos permitir la toma de decisiones informadas, no tienen por qué acertar siempre, pero es importante que se hagan cargo de sus conductas y sus ideas, para ello también debemos potenciar la resolución de problemas, para que puedan cuestionar la información que reciben de forma hábil. Se trata de un entrenamiento en cuestionar nuestro mundo, padres e hijos juntos.
Ejercicios prácticos para desarrollar el pensamiento crítico
El pensamiento crítico se valora mucho en la actualidad. Debemos tratar de tener la mente abierta. Escuchar con atención otros puntos de vista, tratando de entrenar la empatía y la solidaridad. Podemos escuchar las mismas noticias emitidas por diferentes medios de comunicación y generar debates que nos permitan incluso defender la postura con la que nos sentimos menos cómodos.
También es bueno darnos cuenta de si apoyamos una postura porque es la más popular, pero no nos hemos parado a analizar con cuidado que pensamos acerca de ese tema.
Investigar, leer e informarnos sobre los temas de actualidad, antes de formarnos una visión cerrada también puede ayudarnos.
Cuando tenemos y analizamos más información y otros puntos de vista, dispondremos de habilidades que nos permitan sentir y opinar según nuestro estilo de personalidad, manteniendo así una potente identidad personal que nos hace mejores cada día.