El síndrome genitourinario de la menopausia (SGUM) es una realidad que afecta a millones de mujeres en todo el mundo, pero de la que se habla muy poco. Este trastorno, íntimamente relacionado con la disminución de los estrógenos que ocurre durante la menopausia, provoca una serie de cambios en los tejidos de la vagina y el sistema urinario que repercuten en la calidad de vida de las mujeres. A pesar de la alta prevalencia, muchas de ellas sufren en silencio, sin saber que existen tratamientos que pueden aliviar los síntomas y mejorar su bienestar.
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¿Qué es el síndrome genitourinario de la menopausia?
El SGUM o síndrome genitourinario en la menopausia engloba una serie de síntomas que afectan tanto a la zona vaginal como al sistema urinario. El Dr. Pedro Beltrán Calero, ginecólogo del Centro Médico Sanitas La Buhaira, explica que el síndrome es "un conjunto de síntomas relacionados con la disminución de estrógenos durante la menopausia, que afecta tanto el tracto genital como urinario". Entre las manifestaciones más comunes se encuentran "sequedad vaginal, dolor durante las relaciones sexuales, picor y/o ardor sin infección asociada, urgencia urinaria y un aumento en la frecuencia de infecciones urinarias".
Como explica el Dr. Santiago Palacios, director de la Clínica Palacios en Madrid, "a medida que los niveles de estrógenos disminuyen, los tejidos de la vagina y del sistema urinario comienzan a perder elasticidad y humedad". Esto es lo que genera el síndrome genitourinario.
Por su parte, la Dra. María Fernanda Peraza Godoy, especialista en Urología y Andrología en la Clínica Corachan, y miembro de TopDoctors subraya que "estos síntomas no suelen resolverse de manera espontánea y tienden a ser progresivos, afectando a cerca del 80% de las mujeres en diferentes etapas de la menopausia".
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Impacto en la calidad de vida
El SGUM no solo afecta físicamente a las mujeres, sino que también tiene un impacto emocional y psicológico importante. La Dra. Peraza señala que "el malestar causado por síntomas como la sequedad vaginal, el ardor y el dolor durante las relaciones sexuales puede generar ansiedad en las mujeres y afectar sus relaciones íntimas. Además, la incomodidad en las actividades diarias debido a la urgencia urinaria o las infecciones recurrentes limita su calidad de vida".
Por su parte, el Dr. Beltrán añade que "estos síntomas generan una sensación de frustración, ya que no solo afectan la vida sexual de las mujeres, sino que también interfieren con sus actividades cotidianas, lo que puede causar una disminución general en su bienestar emocional".
Tratamientos disponibles
Afortunadamente, existen diversas opciones de tratamiento que pueden ayudar a las mujeres a aliviar los síntomas del SGUM. El Dr. Beltrán subraya que "la forma de tratar el síndrome depende de la gravedad de los síntomas y las necesidades individuales de cada mujer. Las terapias hormonales, como los estrógenos locales en forma de cremas, son una opción común. También existen tratamientos no hormonales, como lubricantes y humectantes vaginales". Para aquellas mujeres que no pueden usar hormonas, como las que han tenido cáncer de mama, los SERMs (moduladores selectivos de los receptores estrogénicos) y los hidratantes vaginales son alternativas viables", agrega el Dr. Palacios.
Con relación a la terapia hormonal, la Dra. Peraza destaca que "ha demostrado ser segura y eficaz en numerosos estudios, y es recomendada por varias sociedades médicas. Sin embargo, aún existen estigmas y miedos alrededor de este tratamiento debido a advertencias desactualizadas que deberían ser revisadas", sostiene.
Tratamiento con láser: una opción innovadora
En los últimos años, el tratamiento con láser ha ganado popularidad como una alternativa innovadora y no hormonal para tratar el SGUM. "Este sistema utiliza energía para estimular la producción de colágeno en los tejidos vaginales, mejorando su elasticidad y lubricación natural. Esto puede aliviar síntomas como la sequedad y el dolor durante las relaciones sexuales", señala la Dra. Peraza.
Además, "es una opción especialmente atractiva para las mujeres que no pueden o no quieren usar hormonas. Es un procedimiento mínimamente invasivo, que no requiere anestesia y que tiene una recuperación prácticamente nula", añade Palacios.
Por otro lado, también puede combinarse con otros cuidados, "como el uso de hidratantes y lubricantes vaginales, para optimizar los resultados y mantener el tejido vaginal en buen estado entre sesiones", indica el director de la Clínica Palacios.
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¿Cómo se siente la mujer tras el tratamiento con láser?
Aunque a priori pueda dar un poco de miedo, lo cierto es que generalmente es bien tolerado por la mayoría de las mujeres. "Es posible sentir una leve sensación de calor o incomodidad, pero no lo describen como doloroso", asegura el Dr. Palacios.
Asimismo, en la mayoría de los casos, se pueden retomar las actividades diarias el mismo día. No obstante, se recomienda evitar las relaciones sexuales durante unos días para permitir que los tejidos vaginales se regeneren por completo.
Efectos secundarios y riesgos
Aunque el tratamiento con láser es generalmente seguro, pueden surgir algunos efectos secundarios leves. "Los más comunes incluyen enrojecimiento, hinchazón o una sensación de ardor temporal en el área tratada. En casos muy raros, podrían presentarse infecciones o cicatrización anormal", indica el Dr. Beltrán de Sanitas.
Por ello, es tan importante que la técnica se realice por un profesional capacitado para minimizar cualquier riesgo. Aunque las complicaciones graves son raras, es fundamental acudir a un especialista experimentado", recuerda la Dra Peraza, miembro de TopDoctors.
Complementos al tratamiento
Para mejorar el síndrome genitourinario, también hay que adoptar un estilo de vida saludable, una dieta equilibrada rica en frutas y verduras, junto con una adecuada hidratación, puede mejorar la salud de los tejidos vaginales". Además, "los ejercicios del suelo pélvico, como los Kegel, pueden ser un complemento muy beneficioso para mejorar los síntomas urinarios".
La Dra. Peraza añade que "la fisioterapia del suelo pélvico es otra opción complementaria que puede ayudar a mejorar la función urinaria y aliviar algunos de los síntomas del SGUM".
La importancia de hablar del síndrome genitourinario en la menopausia
Uno de los mayores retos del SGUM es la falta de información y la vergüenza que muchas mujeres sienten al hablar de sus síntomas. "Muchas mujeres no buscan ayuda porque creen que es algo con lo que deben convivir", comenta el Dr. Palacios. "Es fundamental que normalicemos esta conversación para que más mujeres sepan que hay soluciones". También que sientan que no están solas, recalca el Dr. Beltrán, "y que existen tratamientos que pueden ayudarlas".