La carne vegetal, poco a poco, va ganándose un hueco en las neveras de muchas personas, y no solo de aquellas que llevan una alimentación vegana o vegetariana. Un estudio impulsado por la foodtech Heura Foods confirma que el 85% de los españoles consumiría, de hecho, más carne vegetal si conociera sus beneficios en salud, sostenibilidad y sabor. Y es que nos surgen varias preguntas sobre estos productos plant-based: ¿sabemos realmente qué son estos productos? ¿Conocemos sus propiedades nutricionales? ¿Sus beneficios? Nos hemos planteado algunas de esas dudas y hemos querido contar con la opinión de expertas en nutrición para tratar de resolver esas cuestiones que nos pueden surgir sobre su consumo.
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Las carnes vegetales ¿son solo para vegetarianos y veganos?
Como anticipábamos, al contrario de lo que se suele creer, no son sólo los vegetarianos ni los veganos quienes más suelen consumir alimentos plant-based. Según el estudio elaborado por Heura, 6 de cada 10 españoles han consumido alguna hamburguesa vegetal u otro producto de carne vegetal durante los últimos 6 meses, y un 10% de quienes no la han probado todavía, se está planteando consumirla en breve. Además, diversos estudios publicados confirman que cada vez son más las personas que no son que no son vegetarianas ni veganas, pero que están reduciendo el consumo de carne animal en favor de la vegetal.
Para Sara Martínez, dietista-nutricionista, “la inclusión de proteínas vegetales en la dieta es una estrategia nutricional beneficiosa para todos. Integrar fuentes de proteínas vegetales puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas, mejorar la gestión del peso y sostener la salud cardiovascular. Estudios recientes, incluyendo uno de la Universidad de Tufts han demostrado que las dietas ricas en proteínas vegetales están asociadas con una mejor salud cardiovascular y menor incidencia de obesidad. La diversificación de fuentes de proteínas enriquece nuestra dieta, haciéndola más sostenible y nutricionalmente equilibrada, siempre que esté bien planificada, como en todas las dietas".
Un alimento procesado
Tal vez estamos ante uno de los aspectos que puede generar mayor controversia: el hecho de que se trate de un producto procesado, algo sobre lo que reflexiona Salena Sainz, nutricionista de Naturae Nutrición. “A pesar de que están hechas de ingredientes aparentemente saludables como la soja, la proteína de guisante, levadura seca, etc. ¿Qué otros aditivos contienen? Ahí está la clave, por tanto, en mi opinión nunca serían de elección a la hora de preparar nuestra lista de la compra”, nos detalla. “Los alimentos ultraprocesados son alimentos que se han combinado con una cantidad significativa de ingredientes manufacturados como sabores y colores artificiales, conservantes para estabilidad en almacenamiento e ingredientes para la textura. Por tanto, no solamente debemos tener en cuenta su principal componente sino todo aquello que lo acompaña y tendrá su efecto sobre nuestro organismo. La evidencia científica advierte de que además de los ingredientes nutricionales beneficiosos en los alimentos vegetales ultraprocesados, también pueden ser una fuente de compuestos no saludables como el sodio y las grasas”, añade.
En relación a este aspecto, Sara Martínez considera que es importante matizar que no todos los alimentos que llevan algún proceso se convierten en una opción poco saludable. “Es importante destacar que no todos los productos procesados son iguales. En el caso de las alternativas vegetales, si están bien formuladas, ofrecen un perfil nutricional adecuado, rico en proteínas, fibra y micronutrientes esenciales. La clave es prestar atención a la calidad de los ingredientes y cómo se integran dentro de tu dieta”, indica. Y añade: “Por tanto, existen productos que, aunque son procesados, son opciones saludables”.
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Análisis desde el punto de vista nutricional
Una de las mayores preocupaciones surge en relación con las propiedades nutricionales de estos alimentos. “Son una fuente de proteína, fibra dietética y minerales esenciales. En Europa el consumo de fibra dietética y minerales como el hierro y el potasio es inferior en general a las recomendaciones diarias por tanto con este fin nos puede ayudar. Pero no podemos frenar ahí la valoración sino ser conscientes de que incluyen otro tipo de aditivos que pueden llevarnos a un desequilibrio en nuestra alimentación”, comenta Salena Sainz.
“En mi opinión debemos aumentar el consumo de proteína vegetal pero preferiblemente sin procesar y añadir aditivos. Consumiendo combinaciones con frutas y verduras de temporada añadiendo legumbre y cereales complejos de calidad, donde la verdadera proteína vegetal esté libre de otros nutrientes menos positivos”, añade la experta.
Diferencias entre la proteína animal y la vegetal
“A grandes rasgos, la principal diferencia entre la proteína animal y vegetal es su calidad nutricional. La primera contiene todos los aminoácidos esenciales que nuestro organismo no es capaz de crear por sí mismo, y por ello, es considerada de alto valor biológico”, comenta Salena Sainz, que añade que por el contrario, la vegetal no posee en general esta cualidad. ”Y para lograr todos los aminoácidos esenciales, al consumirlas hay que mezclar diferentes alimentos. Por ejemplo: legumbres (pobres en metionina y cistina) y cereales (pobres en lisina), frutos secos (pobres en lisina y metionina) y lácteos o vegetales (pobres en cistina, metionina e isoleucina) y huevo”, nos cuenta. Y hace mención, eso sí, a una ventaja importante de su consumo: “Al ser de origen vegetal, no aporta colesterol, como lo hacen la mayoría de las proteínas animales, por lo que su consumo ayuda a bajar los niveles en sangre, pero cuidado con que no estén añadidas grasas trans o azúcares en la preparación”, nos comenta.
"Como especialista, puedo asegurar que muchas alternativas vegetales bien formuladas son fuentes de proteína completa. Productos como el tofu, las legumbres o los preparados a base de soja ofrecen un perfil proteico de alta calidad, incluyendo todos los aminoácidos esenciales, lo que asegura un aporte proteico y nutricional completo", matiza por su parte Sara Martínez.
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¿Es una opción más sostenible que la carne animal?
De lo que no parece haber ninguna duda es de que cada vez son más las personas con mayor conciencia del impacto que tienen lo que consumen en el medioambiente. Sin embargo, aún hay mucha desinformación sobre el impacto de ciertos alimentos como en la carne vegetal. ¿Qué es más sostenible reciclar o sustituir la carne animal por la vegetal? Según el informe What a Waste 2.0 del Banco Mundial, el reciclaje tiene un impacto promedio del 5-9% en la reducción de emisiones mientras que el informe Livestock's Long Shadow, asegura que la reducción de la huella de carbono de una dieta plant-based oscila entre un 75-90%.
"Optar por proteínas de origen vegetal suele requerir menos recursos naturales, como agua y suelo, y genera menos emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con la producción de carne animal. Al integrar opciones más sostenibles en nuestra dieta, podemos contribuir a la conservación del planeta, al mismo tiempo que promovemos un modelo alimentario equilibrado y responsable”, apunta Sara Martínez.
“Es cierto que la excesiva producción de carne a nivel mundial, así como el tipo de crianza intensiva y el bienestar animal, ha lanzado cuestiones importantes sobre cuánto contamina y si es responsable este consumo. Por consiguiente, podemos orientar el futuro a una forma de crianza animal más respetuosa y sostenible dando prioridad al consumo de proteína vegetal pero, en mi opinión, de forma no ultraprocesada, sino combinada con otros nutrientes con el fin de obtener todos los aminoácidos necesarios”, considera por su parte Salena Sainz.
Un alimento cada vez más presente
Lo que nadie duda es de que la carne vegetal va encontrando su hueco entre un amplio grupo de consumidores. "Como nutricionista, veo cada vez más en consulta que no se trata solo de una moda entre las nuevas generaciones, sino de una tendencia creciente en todas las edades hacia una mayor concienciación sobre la salud. Muchas personas están optando por alternativas vegetales no solo por razones éticas o ambientales, sino porque buscan productos que ofrezcan beneficios nutricionales y en el bienestar general. Este cambio muestra cómo las personas están buscando una alimentación más equilibrada y saludable en su día a día", indica Sara Martínez.
En opinión de la nutricionista de Naturae, la conciencia social sobre la sostenibilidad y bienestar animal es una premisa cada vez con más calado, sobre todo en las nuevas generaciones. “Esta necesidad está siendo estudiada por la industria con el fin de abrir un nuevo nicho de mercado. En el sector vegetariano, además cubren esa necesidad emocional de buscar sustitutivos a los productos más clásicos de nuestra alimentación y arraigo gastronómico”, indica.
En su opinión, serán el tiempo y la experiencia quién ponga cada alimento en su sitio. “Al igual que después de décadas se han abandonado el consumo de los productos azucarados, los light y ahora estamos descubriendo los perjuicios de los edulcorantes artificiales. Próximamente podremos obtener nuevas conclusiones, pero en mi opinión un mayor consumo de proteína vegetal con frutas verduras de temporada, acompañada de un menor consumo de proteína animal de crianza extensiva y sostenible que asegure el bienestar animal, sería el camino más razonable para una alimentación más saludable y responsable”, concluye.