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mujer cansada con problemas en la vista frente al ordenador, comiendo en la oficina

Descubre cuál es la causa que está detrás de los temblores en los ojos y la visión borrosa

Cuando el estrés se cronifica, puede afectar también a tu vista. Te contamos cómo con la ayuda de un experto


30 de septiembre de 2024 - 13:38 CEST

Son muchas las consecuencias que el estrés puede tener en nuestra salud, sobre todo cuando se cronifica. Fatiga, palpitaciones, problemas de sueño… son solo algunos ejemplos. Pero tal vez no habías pensado en que también puede ser el origen de algunos de tus problemas de visión. Entre las manifestaciones más comunes del estrés en la salud visual se encuentran, por ejemplo, los temblores en el párpado, conocidos como temblores palpebrales, tics, así como la inflamación ocular, el aura visual o visión borrosa. 

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Temblores en los ojos, una de las consecuencias más visibles

Como decíamos, los temblores en los ojos suelen ser los síntomas más comunes de estrés que afectan a la visión. “Los tics faciales, como el temblor en el ojo, son espasmos repetitivos que aparecen en un pequeño músculo, que es uno de los que sirve para elevar el párpado, el músculo de Müller, por lo que no afecta al movimiento el ojo en sí. Su funcionamiento está controlado por el sistema nervioso simpático, actúa de forma involuntaria y se puede activar en situaciones de estrés en las que liberamos mucha adrenalina. Las situaciones de cansancio extremo, por la falta de horas de sueño, o el exceso de trabajo y uso de pantallas, también pueden desencadenarlos”, explica el doctor Fernando Llovet, oftalmólogo cofundador de Clínica Baviera. ¿Cómo deben tratarse? El doctor aclara que al ser temporales, no requieren de tratamiento específico.

Visión borrosa, otra posible consecuencia del estrés

Pero es que, además, el estrés también puede ocasionar problemas de visión borrosa por inflamación ocular, llamada maculopatía serosa central, un problema que incluso puede derivar en pérdida de visión repentina. “En estos casos sí es necesario acudir a un oftalmólogo para que pueda determinar el mejor tratamiento a seguir, sobre todo si se sufre una pérdida repentina de la visión que puede ser síntoma de otras afecciones, como un desprendimiento de retina”, sostiene el doctor Llovet. 

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mujer revisando su vista en el oftalmólogo© Adobe Stock

Otras alteraciones visuales por estrés

Al margen de estos dos problemas, los más habituales, puede ser común también la aparición de algunas alteraciones visuales como haces de luz en forma de zigzag, puntos ciegos, destellos, sensibilidad a la luz, entre otros, conocidos como episodios de aura visual por estrés. “Por lo general, duran pocos minutos, pero derivan en dolor de cabeza o migraña que puede durar desde varias horas a varios días y en este caso si necesitamos que sea controlado”, afirma el doctor Llovet.

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Como prevenir las consecuencias del estrés en la visión

Cuando el estrés comienza a dejarnos huella a nivel físico, sin duda es fundamental ponerse manos a la obra e intentar atajar esas consecuencias, sobre todo si son prolongadas en el tiempo. En el caso concreto de la vista, existen una serie de medidas generales que pueden tenerse en cuenta para tratar de prevenir estos problemas a los que nos hemos referido con anterioridad. Así, los oftalmólogos de Clínica Baviera, conscientes de que cualquier persona puede sufrir en cualquier momento afecciones en los ojos derivadas del estrés, recopilan los siguientes consejos para prevenirlas:

  •  Tratar de evitar el consumo de sustancias excitantes (cafeína, tabaco, alcohol, etc.). 
  • Hacer deporte, pasear, escuchar música y cualquier actividad que nos pueda resultar relajante y placentera.
  • Es fundamental realizar un buen descanso, durmiendo entre 7 y 8 horas al día.
  • Evitar el exceso de trabajo, aprendiendo a delegar, y las situaciones de agotamiento físico o mental.
  •  También, como decíamos, hay que identificar la causa del estrés e intentar evitarla. 
  • Es útil practicar técnicas de relajación, ejercicios de respiración y meditación.
  • Y, por supuesto, hay que acudir a un oftalmólogo en caso de que los síntomas sean más duraderos.