La ameba Naegleria fowleri, conocida comúnmente como la "ameba comecerebros", es un organismo microscópico que puede causar una infección mortal en el cerebro humano. Aunque su nombre suena aterrador, es importante recordar que esta infección es extremadamente rara. Sin embargo, cuando ocurre, la mayoría de los casos son fatales. Para entender mejor esta peligrosa infección, recurrimos al Dr. John Fredy Rojas Lievano, facultativo de Enfermedades Infecciosas del Hospital Sanitas CIMA, quien nos proporciona una explicación detallada de cómo opera esta ameba y qué podemos hacer para protegernos.
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¿Qué es la 'Naegleria fowleri'?
La Naegleria fowleri es una ameba de vida libre, lo que significa que no necesita de un huésped para sobrevivir. Vive en cuerpos de agua dulce, como lagos y ríos, y prospera en aguas cálidas, específicamente en temperaturas superiores a los 30 grados centígrados. Según el Dr. Rojas, esta ameba "tolera hasta temperaturas de 45 grados", lo que explica por qué se encuentra con más frecuencia en climas cálidos y durante los meses de verano.
El Dr. Rojas explica que este organismo es peligroso porque puede causar una rara pero mortal infección cerebral llamada meningoencefalitis amebiana primaria (MAP).
¿Dónde se encuentra esta ameba?
La Naegleria fowleri se encuentra principalmente en cuerpos de agua dulce templada o caliente. Esto incluye lagos, ríos y aguas termales, así como piscinas que no han sido tratadas adecuadamente con cloro. "No sobrevive en agua salada", aclara el Dr. Rojas, por lo que no es un riesgo en los océanos.
Un aspecto importante es que la ameba prospera en aguas estancadas o con poca corriente, lo que la hace más peligrosa en lugares donde la circulación del agua es limitada. Esto explica por qué las actividades recreativas en lagos y ríos durante los meses de verano son las principales situaciones de riesgo.
¿Cómo ocurre la infección?
Para que una persona se infecte con la Naegleria fowleri, el agua contaminada debe entrar en contacto con la nariz. "Las personas se infectan al nadar o sumergirse en cuerpos de agua dulce cálida, ya que la ameba ingresa al cuerpo a través de la cavidad nasal", comenta el Dr. Rojas. Una vez dentro del cuerpo, la ameba viaja por los nervios olfativos hasta el cerebro, donde comienza a destruir el tejido cerebral.
Es importante mencionar que la infección no ocurre por beber agua contaminada. El Dr. Rojas aclara que la vía nasal es la única forma de contagio, lo que significa que actividades como nadar, bucear o sumergirse en agua contaminada son las principales formas de exposición.
Síntomas de la infección
Los primeros síntomas de la infección suelen aparecer entre 1 y 12 días después del contacto con la ameba, aunque el promedio es de 5 días. "Los síntomas iniciales incluyen dolores de cabeza severos, fiebre, náuseas y vómitos", explica el Dr. Rojas. A medida que la enfermedad avanza, los síntomas se vuelven más graves e incluyen rigidez en el cuello, confusión, pérdida del equilibrio, convulsiones e incluso alucinaciones.
Lo más alarmante es la rapidez con la que progresa la infección. "Sin tratamiento inmediato, la infección generalmente resulta fatal en pocos días", advierte el Dr. Rojas.
La enfermedad avanza de manera tan rápida que la mayoría de los pacientes fallecen entre 3 y 7 días después de que comienzan los síntomas.
Una de las razones por las que la Naegleria fowleri es tan mortal es porque los síntomas iniciales son similares a los de otras afecciones, como la meningitis bacteriana. Esto puede retrasar el diagnóstico, lo que reduce aún más las posibilidades de supervivencia. "Es fundamental acudir a Urgencias lo antes posible si se presentan estos síntomas tras haber estado en contacto con agua dulce cálida", recomienda el Dr. Rojas.
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¿Quiénes tienen más riesgo?
Las personas más propensas a contraer esta infección son aquellas que participan en actividades recreativas en zonas de agua dulce durante los meses de verano. Esto incluye a niños y jóvenes, quienes tienden a ser más activos en estos ambientes. "Los niños y jóvenes están más expuestos debido a su participación frecuente en actividades acuáticas", explica el Dr. Rojas.
Además, las personas que se sumergen en aguas mal tratadas, como piscinas sin cloración adecuada o fuentes termales, también están en mayor riesgo. En estos casos, el riesgo se debe a la proliferación de la ameba en condiciones de agua cálida y mal mantenida.
¿Es común la infección?
A pesar de su letalidad, la infección por Naegleria fowleri es extremadamente rara. Según el Dr. Rojas, "los casos de infección reportados son muy pocos en comparación con la cantidad de personas que entran en contacto con agua dulce y cálida". De hecho, la mayoría de las personas que están expuestas a esta ameba no se infectan.
Es importante destacar que la infección es rara. No obstante, e necesario tener precaución en áreas de alto riesgo, especialmente durante los meses de verano.
¿Existe un tratamiento?
El Dr. Rojas confirma que existe un tratamiento para la infección por Naegleria fowleri, pero su efectividad es limitada debido a la rápida progresión de la enfermedad. "El tratamiento incluye medicamentos como anfotericina B, azoles, azitromicina y rifampicina", comenta el Dr. Rojas. Estos medicamentos han mostrado algunos resultados positivos, pero solo cuando se administran en las primeras etapas de la infección.
Además de los medicamentos, se emplean medidas de soporte intensivo, como el control de la presión intracraneal, para tratar los efectos de la infección en el cerebro. Sin embargo, pesar de estos esfuerzos, la mayoría de los casos resultan fatales incluso con tratamiento.
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¿Cómo prevenirla?
Dado que la infección es casi siempre mortal, la prevención es la mejor estrategia. "Es importante evitar que el agua contaminada entre en la nariz al nadar o realizar actividades acuáticas en lagos, ríos o piscinas mal mantenidas", aconseja el Dr. Rojas. Usar tapones nasales o evitar sumergirse en estas aguas puede reducir el riesgo de exposición.
Además, es esencial asegurarse de que las piscinas estén adecuadamente cloradas y evitar el uso de aguas termales o piscinas mal tratadas. Estas medidas simples resultan indispensables en la prevención de esta mortal infección.