mujer aplicándose un colirio en el ojo© Adobe Stock

Tensión ocular alta: el enemigo silencioso de tu visión

Especialmente en sus primeros estadios, no suele presentar directamente síntomas asociados, por lo que una persona puede tener la tensión ocular alta sin ser consciente de ello


24 de septiembre de 2024 - 13:22 CEST

La tensión ocular o tensión intraocular es la presión que ejercen los líquidos del interior del ojo sobre las paredes del mismo y sobre las estructuras oculares firmes (córnea, iris, cristalino, etc.). Así nos lo explica el doctor David Peña, oftalmólogo de Clínica Baviera Vitoria, quien nos cuenta que su función es conseguir que el ojo mantenga su forma esférica. “Puede variar dependiendo de distintos factores como la edad, la genética, las enfermedades oculares o el uso de ciertos medicamentos. Se considera que la tensión ocular normal es la que oscila desde los 12 hasta los 22 mm Hg, aunque esta cifra puede variar de una persona a otra. Por encima de los 22 mmHg se considera alta. Si aumenta más de lo normal puede ser dañino para el propio ojo, ya que puede llegar a dañar el nervio óptico produciéndose lo que se conoce como glaucoma”, nos detalla.

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David Peña añade que el elemento principal que determina la presión intraocular es el balance entre la producción y la reabsorción o drenaje del humor acuoso del interior del ojo y, en aquellos casos en los que no es correcto, es importante controlarlo mediante la aplicación de medicamentos o mediante cirugía para prevenir la posible aparición del glaucoma. “Por lo general, el desequilibrio entre estos dos valores se produce porque existe algún daño en las vías de salida del humor acuoso. La principal causa de este mal funcionamiento del sistema de drenaje del humor acuoso parece ser el estrés oxidativo provocado por el envejecimiento, según afirman la mayoría de expertos. Es por eso que la edad es uno de los principales factores de riesgo de la tensión ocular alta junto con el tabaco, la contaminación, los antecedentes familiares, el estrés o una alimentación inadecuada”, indica.

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Un problema asintomático

Tal y como nos explican los expertos de General Óptica, la hipertensión ocular, especialmente en sus primeros estadios, no suele presentar directamente síntomas asociados, por lo que una persona puede tener la tensión ocular alta sin ser consciente de ello. Por esta razón es necesario acudir nuestro óptico de confianza periódicamente y al menos una vez al año para las personas mayores de 45. La medición regular de la presión intraocular durante los exámenes oculares de rutina es esencial para detectar y abordar a tiempo cualquier aumento significativo.

“Uno de los problemas de la tensión ocular alta es que no da síntomas hasta que está en fases avanzadas, lo que puede provocar daños irreversibles en el nervio óptico. Por ello, es indispensable diagnosticarla con antelación en una revisión rutinaria en el oftalmólogo”, coincide el doctor Peña. 

Uno de los problemas de la tensión ocular alta es que no da síntomas hasta que está en fases avanzadas, lo que puede provocar daños irreversibles en el nervio óptico

Doctor David Peña

¿Cuáles son las complicaciones que pueden derivarse de tener la tensión ocular alta?

Tal y como explica el doctor Peña, la principal consecuencia de la tensión ocular alta es el glaucoma por lo que se recomienda vigilarla de forma periódica. “Hay que tener en cuenta que la tensión ocular alta no da síntomas hasta fases muy avanzadas cuando la afectación del nervio óptico puede ser ya considerable y el paciente empieza a notar una pérdida progresiva de la visión, que puede afectar a uno o a los dos ojos. Esta pérdida de la visión se produce, sobre todo, en la parte más externa del campo visual, llevando a lo que se conoce como “visión de túnel o visión de cañón”, comenta.

¿Es un problema de salud frecuente?

El doctor Peña nos cuenta que el glaucoma, el principal problema derivado de la tensión ocular alta, es la primera causa de ceguera irreversible y unas de las principales causas de discapacidad visual moderada y grave. Esto ocurre porque la mitad de los pacientes con glaucoma no saben que lo padecen.

 Actualmente en todo el mundo, cerca de 76 millones de personas de entre 40 y 80 años viven con glaucoma. Se prevé que para 2040 este padecimiento afecte a más de 111 millones de personas a nivel global.

“Si bien existen formas congénitas y juveniles, la enfermedad es más frecuente a partir de los 40 años y su prevalencia aumenta con la edad. Se estima que la posibilidad de tener glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA) aumenta un 73% por cada década de vida, independientemente de otros factores. Tanto la prevalencia de glaucoma como la incidencia aumentan con la edad. La edad es un factor de riesgo para la conversión de la hipertensión ocular a glaucoma. Se calcula que el riesgo de conversión aumenta un 26% por cada década de vid”, detalla.

Aunque la tendencia es hacia la disminución en la frecuencia de discapacidad visual y ceguera por glaucoma, el número absoluto se encuentra en aumento, esto es debido al efecto que tiene el envejecimiento de la población sobre la evolución de la enfermedad.

© Adobe Stock

Cómo se mide la tensión ocular

Para medir la tensión ocular se utiliza un dispositivo llamado tonómetro. Este apartado permite conocer con exactitud la presión ejercida por los líquidos internos del globo ocular sobre sus estructuras. Para medir la presión ocular el óptico realiza una tonometría o, lo que es lo mismo, un examen del globo ocular para calcular la presión intraocular (PIO), que se puede realizar a través de diferentes técnicas, en función del tonómetro que se utilice. 

Se trata de un proceso que dura pocos minutos. Si se utiliza la técnica que produce contacto con la córnea, se aplicarán unas gotas para anestesiar el ojo y evitar molestias. Este sistema sólo es aplicable por oftalmólogos. El sistema sin contacto utiliza un soplo de aire con el que se logra aplanar la córnea, sin que sea necesario utilizar anestesia, y es el utilizado por los ópticos. 

¿Es complicado llegar a su diagnóstico?

“Por lo general, la tensión ocular es algo que la mayoría de las personas no pueden controlar por sí mismas. De hecho, es necesario que sea el propio oftalmólogo quien explore al paciente para poder determinar así su nivel de tensión ocular y que, en caso de que sea necesario, se administre un tratamiento adecuado en cada situación. Debido a esto, es fundamental que los pacientes sanos (sobre todo a partir de los 45 años) lleven a cabo visitas al médico para que les realice una exploración rutinaria. En el caso de pacientes con problemas de visión, se realizarán exploraciones adecuadas a cada caso para controlar la evolución de los posibles problemas visuales relacionados con la hipertensión ocular”, cuenta el experto de Clínica Baviera.

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Cuáles son los valores normales

Desde General Óptica explican que el tonómetro mide la cantidad de resistencia que presenta la córnea a ser aplanada. Esta resistencia se traduce en una lectura de la presión intraocular. La medida se expresa en milímetros de mercurio (mm Hg). Como decíamos al comienzo, los valores normales de la presión intraocular pueden variar ligeramente según el individuo, la edad y otros factores, pero en general, se considera que la presión intraocular normal oscila entre 12 y 22 mm Hg. 

Durante el examen de rutina, el óptico evaluará la presión intraocular teniendo en cuenta diversos factores para determinar si los valores se encuentran dentro de los límites normales para la persona en cuestión. 

Cabe destacar que la tensión intraocular no tiene que ver con la presión arterial y, además, varía a lo largo del día. Por esta razón, si se detectan unos valores elevados, conviene repetir la prueba a diferentes horas en distintos días, aunque será el óptico de confianza el que determinará el procedimiento a seguir y se lo explicará al interesado con detalle. 

Los fármacos, principalmente en forma de colirio, ayudan a reducir la tensión ocular y que esta retorne a valores normales

Doctor David Peña

Una vez que se confirma el diagnóstico, ¿qué debemos hacer?

Será preciso seguir unas revisiones rutinarias para controlar su aumento. “Además, hay dos formas de controlarla. Por un lado, con fármacos, principalmente en forma de colirio, que ayudan a reducir la tensión ocular y que esta retorne a valores normales. Por otro lado, en los casos más graves y normalmente cuando el uso de fármacos no es suficiente para corregir el problema, se puede recurrir también a la cirugía para restablecer el normal funcionamiento del sistema de drenaje del globo ocular, lo que permite reducir la presión intraocular en pacientes con un problema severo”, añade el doctor Peña.

Consejos para bajar la tensión ocular

Lo que está claro es que reducir la tensión ocular, si se tiene alta, es fundamental para mantener la salud ocular. Elena Barberán, óptica-optometrista a cargo de Servicios de Salud Visual de General Óptica, nos resume una serie de consejos para bajar la presión ocular de manera natural, sin tener que recurrir a medicamentos:

  • Realizar pausas visuales: quien pase mucho tiempo frente a una pantalla de un ordenador, tableta, teléfono o televisión deber realizar pausas cortas cada 20-30 minutos. La regla del "20-20-20" es muy útil. Se trata de, cada 20 minutos, mirar algo a 20 pies de distancia (unos 6 metros) durante al menos 20 segundos para descansar los ojos.
  • Mantener una buena iluminación: hay que asegurarse de que la iluminación ambiental de la estancia es la adecuada para evitar la fatiga ocular. Conviene optar por la iluminación con luz natural y evitar resplandores y luces demasiado brillantes.
  • Llevar una vida sana: es necesario adoptar hábitos de vida saludables, como una dieta equilibrada y ejercicio regular, además de acudir a las revisiones periódicas con nuestro.
  • Practicar técnicas de relajación: el estrés puede contribuir a elevar la tensión ocular. Para ello, se recomienda practicar técnicas de relajación, como la meditación, la respiración profunda o el yoga con el fin de reducir el estrés.
  • Evitar el tabaquismo: dejar de fumar tiene beneficios significativos tanto para la salud ocular como para la general.
  • Mantener un peso saludable: lograr un peso adecuado a través de una dieta equilibrada, reduciendo las grasas y la sal, y realizar ejercicio regularmente, ayuda a mantener la tensión ocular en los límites recomendados.
  • Limitar el consumo de cafeína: hay que controlar el consumo diario de café, té y otras bebidas con cafeína.
  • Descansar adecuadamente: la falta de sueño puede afectar negativamente la salud ocular. Un adulto debe dormir entre 7 y 8 horas diarias y levantarse descansado.

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Alimentos que ayudan a bajar la tensión ocular

Tenemos que tener en cuenta que si bien la dieta sola no puede reemplazar el tratamiento para la tensión ocular alta, algunos alimentos pueden ayudar a mantener la presión intraocular en niveles adecuados. Los expertos de General Óptica recomiendan incluir estos alimentos en la dieta:

  •  Pescado rico en ácidos grasos omega-3. El salmón, la trucha, las sardinas y otros pescados son ricos en Omega-3 y se asocian a beneficios para la salud ocular.
  • Verduras de hojas verdes. Espinacas, acelgas y otras verduras de hojas verdes contienen antioxidantes, nutrientes y vitamina E que ayudan a proteger los ojos.
  • Alimentos ricos en vitamina C. Las frutas cítricas, especialmente las naranjas y los limones, así como las fresas y kiwis son ejemplos de alimentos ricos en vitamina C, con beneficios para la salud ocular.
  • Zanahorias. Son conocidas por ser una buena fuente de betacarotenos, que el cuerpo convierte en vitamina A.
  • Frutos secos y semillas. Almendras, nueces y semillas de chía y de lino son fuentes de vitamina E y ácidos grasos Omega-3.
  • Huevos. Los huevos son ricos en carotenoides y por tanto beneficiosos para la salud ocular.
  • Lácteos. Los derivados de la leche aportan abundante vitamina A, que puede ayudar a reducir la tensión ocular.