Las enfermedades reumáticas constituyen una realidad con la que conviven muchas personas. Tanto es así que en España se estima que 1 de cada 4 personas mayores de 20 años padecen alguna de las más de 200 enfermedades reumáticas, que también pueden aparecer en la infancia y la adolescencia. Son un grupo de patologías muy variadas, que van desde el lupus a la vasculitis, y tienen manifestaciones muy variadas. Algunas afectan, por ejemplo, al estado de salud de nuestra piel.
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Tal y como explican los expertos, dentro de las patologías reumáticas, las enfermedades inmunomediadas (IMIDs) son, en su mayoría, enfermedades sistémicas que llevan asociadas manifestaciones cutáneas de forma muy frecuentes a lo largo de la evolución de la enfermedad, pudiendo ser muy variadas y afectando, tal y como explica la doctora Susana Romero Yuste, presidenta electa de la Sociedad Española de Reumatología y jefa del Servicio de Reumatología del Complejo Hospitalario Universitario (CHU) de Pontevedra, sobre todo a las personas con artritis psoriásica, lupus eritematoso sistémico, esclerodermia, dermatomiositis y vasculitis, entre otras.
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Afectan más a mujeres
Hay otro factor que también hay que tener en cuenta, y es el del género. Y es que no podemos perder de vista que las mujeres se ven más afectadas por estas patologías. “Conviene recordar que estas enfermedades tienen mayor prevalencia en mujeres y la mayoría debutan en edad joven, entre los 25 y los 35 años, coincidiendo con un periodo vital en el que se plantean numerosos retos personales y profesionales”, añadía la especialista en el marco de la celebración del Taller de Cuidado de la Piel, organizado por la Fundación Española de Reumatología (FER), con la colaboración de Clarins.
Cuáles son las manifestaciones cutáneas más frecuentes
Hay que tener en cuenta cuáles son esas manifestaciones en la piel que pueden dejar estas enfermedades en los pacientes. La especialista en Reumatología nos explica que son muy variadas y nos las resume en las siguientes:
- ‘Rash’ cutáneos no pruriginosos.
- Lesiones urticariformes.
- Lesiones fotosensibles (eritema en alas de mariposa).
- Placas descamativas (psoriasis).
- Nódulos subcutáneos (eritema nodoso o nódulos reumatoides).
- Lesiones eritematosas puntiformes (petequias).
- Pérdida de cabello (alopecia).
- Picor en la piel (prurito).
- Piel seca (xerosis).
- Endurecimiento de la piel de los dedos (esclerodactilia).
- Cambio de coloración de las manos con el frío (Raynaud).
- Úlceras en cavidad oral o genitales (aftas), entre otras.
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El lupus y la piel
Una de las patologías reumáticas que pueden afectar a la piel es el lupus eritematoso sistémico (LES). Los pacientes de esta patología pueden presentar manifestaciones cutáneas, entre las que destacan erupciones, lesiones escamosas o ampollas que llegan a provocar la pérdida de cabello, úlceras en las mucosas -sobre todo dentro de la boca, de la nariz y de la vagina- y calcinosis. Pero es que, además, estas llagas también pueden provocar la aparición de cicatrices, cambios en el color de la piel o erupciones en forma de mariposa en las mejillas, la nariz o las extremidades con aspecto de quemadura solar.
Por otra parte, también nos detallan que aquellos pacientes con problemas en los vasos sanguíneos pueden encontrarse con cambios en la tonalidad de la piel en ciertas partes de su cuerpo, desde pequeñas petequias que aparecen en la parte inferior de las piernas hasta un eritema palmar que enrojece las palmas de las manos, pasando por el entumecimiento de los dedos de las manos y los pies.
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Impacto psicológico en las pacientes
No hay que considerarlas un problema menor, pues muchas de ellas pueden condicionar la calidad de vida de quien las padece, como ocurre en el caso del picor. Pero es que también puede afectar desde el punto de vista psicológico. Por eso es importante que los pacientes sean conscientes de la importancia de la higiene, la hidratación y la protección de la piel ante los rayos del sol, fomentando el autocuidado y reforzando la autoestima sobre todo de las mujeres con enfermedades reumáticas que pueden sufrir manifestaciones en la piel. “Pueden producir un impacto psicológico en las personas que las sufren, llegando a disminuir su calidad de vida, de ahí que este taller resulte tan importante para ellas y tenga tan buena acogida. También porque se trata de un entorno distendido que se sale de lo convencional y de la clínica, en el que pueden hacer preguntas abiertamente y compartir experiencias con otras pacientes”, insiste la Dra. Romero.
“Creemos que la mejor forma de llevar la enfermedad es siendo un paciente informado. Uno de los disparadores del lupus es el sol del que tenemos que protegernos todos los días del año”, explica Isabel Arceo, de AGAL (Asociación Gallega de Lupus).
Tal y como concluye la Dra. Romero, “la calidad de vida va más allá del tratamiento farmacológico o de la remisión del dolor. Es muy importante que los pacientes puedan tener una vida personal plena y esto incluye el cuidado del aspecto físico, así como de las relaciones sociales y familiares”.