Hace unas semanas, nos fijábamos en una publicación en redes sociales de Cristina Pedroche en el que recopilaba esos hábitos que le hacían sentirse bien. Los resumía en 6: entrenar, disfrutar de los efectos positivos del sol, comer bien, meditar, escuchar música y leer. Sin duda, una secuencia de actividades que ayudan a la presentadora a estar mejor. Y es que desde estas páginas te hemos hablado en más de una ocasión de lo importante que es cambiar de hábitos e incorporar a nuestra rutina todos aquellos que pueden hacer que tengamos una vida más plena, más saludable y más feliz.
¿Qué es un hábito saludable?
Tal y como nos explica la farmacéutica Meritxell Martí, un hábito saludable es una acción o un comportamiento que re realiza de manera regular, con un beneficio al bienestar físico, mental y emocional. “Pueden ayudar mejorar la calidad de vida, prevenir enfermedades y mejora el bienestar”, nos cuenta la experta, que nos resume los que considera que deben ser sus características básicas:
- Es una acción constante, regular.
- Nos ayuda a mejorar o mantener un buen estado de salud.
- Se mantiene a largo plazo sin dañar la salud.
- Previene problemas de salud a largo plazo.
Por qué son buenos para tu salud
Los hábitos saludables afectan de manera muy profunda y positiva al buen funcionamiento de todos los sistemas del cuerpo y la mente. “No es solo mejorar a corto plazo, sino que ayudan en la prevención de enfermedades a largo plazo, así como las enfermedades crónicas. Va a contribuir a que tengamos una vida más larga y activa”, nos cuenta Meritxell Martí.
La experta hace mención a la Epigenética. “Es el cambio de la expresión de los genes que no implican alteraciones en la secuencia del ADN, son modificaciones químicas que activan o desactivan algunos genes. Estos cambios están influenciados por factores ambientales, estilos de vida, rutinas como la dieta, ejercicio, el estrés y la exposición a las toxinas. Cuando adoptamos la vida saludable, estos cambios van a afectar a esta expresión genética, y la manera de afectar a nuestra salud a lo largo del tiempo”, nos explica. Así la epigenética demuestra que los hábitos de vida saludables no solo impactan de forma puntual, sino también en la expresión de nuestros genes, lo que afectará a largo plazo a la salud e incluso a posibles futuras generaciones.
¿Cuáles son los 3 hábitos imprescindibles?
En opinión de la farmacéutica, podríamos resumir en tres los más importantes: alimentación, ejercicio y descanso. Ese trío conforma los pilares fundamentales de una vida sana y equilibrada.
- Alimentación: La alimentación sana es básica para una buena salud física y mental. Y la experta cita una frase de Hipócrates: “Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento". Con ello conseguimos un buen funcionamiento del organismo al aportar los nutrientes necesarios y conseguimos que todos los procesos metabólicos estén garantizados. La clave es optar por una dieta rica en frutas, verduras, proteínas, cereales y grasas saludables, evitar alimentos ultra procesados, las grasas saturadas y los azúcares refinados.
- Ejercicio: Ayuda a mantener la salud cardiovascular, muscular y ósea, en el control de peso, el estrés, la prevención de la hipertensión, el colesterol alto y el síndrome metabólico. Lo ideal es el ejercicio moderado o según el entrenamiento de cada persona, y las características individuales, alternar ejercicios de fuerza al menos dos veces a la semana. En este caso, cita a John Pilates: “La buena condición física es el primer requisito para la felicidad”.
- Descanso: Es muy importante descansar, conseguir un sueño profundo y reparador. Durante la noche el organismo se repara, se regulan las hormonas, se reordenan las ideas, se consolidan los conocimientos. Lo ideal es descansar de 7 a 9 horas. Tal y como apunta Matthew Walker, “el sueño es el pilar fundamental sobre el que descansan la mente y el cuerpo”.
Tres hábitos más que deberíamos incorporar
En segundo lugar, Meritxell Martí nos resume los que son, en su opinión, otros tres hábitos que debemos tener presentes: control del estrés, hidratación y mantener relaciones sociales. “Aunque los he mencionado en segundo lugar, son muy importantes en una vida equilibrada, mejorando a largo plazo la calidad de vida a nivel físico, mental y emocional”, nos dice.
- Control del estrés: Está demostrado que el estrés puede afectar negativamente a la salud, tanto física como mentalmente. Influye, por ejemplo, a nivel cardiovascular, puede causar hipertensión, ansiedad, depresión y empeorar la calidad de nuestro sueño. También repercute a nivel cutáneo, en el aspecto físico en general. “Podríamos controlar el estrés con ejercicio físico, así como con la práctica de disciplinas como la meditación, el yoga o el mindfulness”, nos explica, y añade que la lectura o las actividades como los hobbies pueden ayudar a controlar el estrés.
- Hidratación: Es muy importante mantenerse hidratado si queremos que los procesos biológicos del organismo funcionen correctamente. De hecho, es fundamental en la digestión, la regulación de la temperatura corporal o la eliminación de toxinas. “Una persona deshidratada pierde la capacidad de concentración y disminuye su nivel de energía, cansancio y el estado de ánimo. No solo es beber agua, sino que también podemos incorporar líquidos en los alimentos que los contienen”, sugiere la experta.
- Evitar la soledad, vivir con relaciones sociales: Otro hábito que forma parte del bienestar mental y emocional. Se ha demostrado que las personas que viven acompañadas o que tienen una vida social más activa tienen más calidad de vida y viven mejor más años.
“Las relaciones sociales proporcionan apoyo, confianza y una mejora de la autoestima. Para conseguir este hábito es importante la comunicación activa”, detalla.
Tres hábitos también muy recomendables
Por último, hay otros tres hábitos saludables que tal vez nos cuesta más incorporar a nuestra rutina, pero que nos aportan multitud de beneficios.
- Evitar el tabaco y el alcohol, y otros tóxicos. Suprimiéndolos, conseguiremos reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, así como de cáncer y problemas hepáticos. Pero es que además, su consumo acelera el envejecimiento, por lo que si los retiramos, todo serán ventajas.
- Cuidado personal. Debemos prestar atención a determinadas normas de higiene, fundamentales, como son mantener una higiene adecuada, lavarse las manos regularmente va a evitar la aparición de enfermedades infecciosas. También debemos cuidar nuestra piel y no descuidar el cuidado bucal.
- Tiempo de ocio siempre que sea posible al aire libre. Hay que aprovechar momentos al aire libre. Puede ser con excursiones a la naturaleza o incluso disfrutando de los simples paseos por la calle. Y es que el contacto con la luz del sol mejora el estado de ánimo y el estrés. Ayuda a sintetizar la vitamina D, fundamental para la salud ósea y el sistema inmune.
¿Cómo los podemos introducir?
"Algunos hábitos son más difíciles de introducir en nuestra rutina, es importante para que sean efectivos que se mantengan durante tiempo y que se unan a nuestro estilo de vida”, explica Meritxell Martí, que nos resume algunos de los trucos que podemos adoptar:
- Imponerse una meta pequeña a corto plazo: Ponerse una fecha corta en la que sabemos que podemos alcanzarlo fácilmente.
- Ser constante: Imponerse que se debe seguir a diario o con la rutina que se ha marcado, aunque al principio sea difícil, se puede marcar en una agenda o una alarma en el teléfono para no abandonarlo o simplemente olvidarnos.
- Registrarlo: Si cada día anotamos lo que hemos hecho a diario, nos daremos cuenta de si realmente estamos siguiendo estas rutinas.
- No te castigues: Si algún día no lo logras o te saltas esa rutina que querías seguir, tampoco es muy grave si nos damos cuenta y lo recompensamos. Empezar con las rutinas no ha de ser un esfuerzo doloroso, ha de ser natural.
- Alégrate y cuéntalo: Si estas continuando con este reto y lo consigues, una manera divertida es recompensarte o ponerte metas como regalos. Es muy efectivo explicarlo y compartirlo con las personas de tu alrededor, ya que pueden ayudarte a seguir este hábito.
Adquirir buenos hábitos desde la infancia
Es importante adoptar un estilo de vida saludable desde bien temprano, desde la infancia a ser posible. De hecho, muchos de estos hábitos quedan mucho más inculcados en nuestra rutina daría cuando se aprenden en el hogar familiar
“En el caso de que no se haya seguido este tipo de vida de pequeños, cuando antes adoptemos hábitos saludables será más positivo. En la edad madura y en la vejez deberíamos ser mucho más estrictos en los cuidados médicos o farmacéuticos, que tengan la misma importancia que la adopción de las rutinas y los hábitos de vida saludables”, cuenta Meritxell Martí, que termina recordándonos una nueva frase, en este caso de Aristóteles, quien ya abogaba a la adopción de hábitos saludables en la edad temprana: “La excelencia no es un acto, sino un hábito”