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Cuando hablamos de cáncer, no siempre pensamos en un tipo de tumores menos frecuentes, pero que existen y condicionan la calidad de vida de quien los padece. Uno de ellos es el cáncer de la cavidad oral, también conocido como cáncer de boca, que constituye alrededor de entre el 5-8% de todos los cánceres del organismo. Sobre este tipo de tumores hemos querido saber más, para lo que contamos con la ayuda de la doctora Pilar López Criado, oncóloga médica y jefa de la Sección de Tumores de Pulmón, Cabeza y cuello y Melanoma de MD Anderson Cancer Center Madrid.
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¿Qué es el cáncer oral?
El cáncer oral más habitual es un carcinoma epidermoide que afectaría a la parte anterior de la boca (lo que tradicionalmente entendemos por boca), es decir, a nivel técnico entendemos por boca la zona que va desde la parte de atrás de los labios hasta las amígdalas, lo que incluye las encías, el suelo de boca, el paladar duro y la lengua.
¿Cuáles son las causas que lo provocan?
Desde hace unos años tenemos cada vez más tumores relacionados con el virus del papiloma humano, especialmente en personas no fumadoras, en torno a la franja de edad de los 50 años. Pero se mantienen, además, los factores de riesgo clásicos de tumores de cabeza y cuello, como son el consumo de alcohol y tabaco, así como los problemas de dentición o de higiene, que favorecen este cáncer. Y no se pueden olvidar las lesiones predisponentes al mismo como es, por ejemplo, el liquen plano.
¿Es un tipo de cáncer poco habitual?
En principio sí es un cáncer poco habitual. Es menos frecuente que el carcinoma de orofaringe, que está justo por detrás, es decir, afecta desde las amígdalas a la base de lengua que tiene amígdalas, a paladar blando o faringe. Ese tumor es más común que el de cavidad oral, pero no deja de ser un tumor conocido y que reconocen bien los profesionales.
¿Puede afectar a distintas localizaciones?
Realmente la cavidad oral es un espacio que nosotros llamamos amplio, es decir, afecta a encías, puede afectar a suelo de boca, la lengua, el paladar... En este sentido, sí que tiene distintas localizaciones en esta región.
Es un tipo de tumor que puede afectar a las encías, el suelo de la boca, la lengua, el paladar duro...
¿Hay personas con un mayor riesgo de padecerlo?
A nivel clásico, desde luego, tienen mayor riesgo los grandes fumadores y bebedores, personas que tienen estos hábitos en exceso, y también aquellas con escasa higiene en la boca tienen tendencia a hacer este cáncer de forma más habitual. Pero ahora mismo estamos viendo este otro grupo de población, en una franja de edad diez años más joven, donde se relaciona este tipo de cáncer con este virus del papiloma humano. Lo cierto es que suelen ser personas que consultan pronto, porque notan la alteración. Es una zona donde las personas notan una herida o notan una lesión que molesta.
¿Cuáles son los síntomas que pueden alertarnos de la presencia de este tipo de patología?
Por la zona que es, es relativamente fácil que se noten molestias, como puede ser una heridita que no cura, algún sangrado, una úlcera, molestias al tragar, como cuando tenemos amigdalitis, pero persistente. Es decir, hay que consultar cuando detectemos estas lesiones. No hay por qué tener heridas o lesiones en la boca, en los dientes o en la lengua. Suelen ser zonas que molestan y hay que ser insistente en la consulta si no somos capaces de resolverlo.
¿Es complejo llegar a confirmar el diagnóstico?
En principio no tendría por qué serlo, porque es una zona accesible para tomar una muestra que nos ayude a confirmar si es cáncer o no lo es. Pueden surgir a veces problemas en relación a la pericia del profesional que se enfrenta al principio estas lesiones, pues se instaura un tratamiento pensando en que se trata de lesiones benignas y, sin embargo, estas persisten durante tiempo. Es decir, a veces, si se tratase de una infección debería mejorar con el tratamiento que se pone en pocos días. Si algo no va bien, no se resuelve en pocos días, hay que volver a insistir, porque hay que tomar una muestra, un procedimiento que es muy fácil. No son muestras complejas de obtener. Se toman con una pequeña biopsia. No es agradable, pero no son biopsias tremendamente dolorosas ni complejas. Si esto es así, el profesional, habitualmente otorrino o maxilofacial, la va a realizar en quirófano.
No hay por qué tener heridas o lesiones en la boca, en los dientes o en la lengua. Suelen ser zonas que molestan y hay que ser insistente en la consulta si no somos capaces de resolverlo
Una vez que se confirma, ¿cuál es el protocolo que se debe seguir y qué tratamientos se deben realizar?
Una vez que hemos diagnosticado un cáncer en cualquier región, y en este caso en la boca en particular, hay que hacer un estudio de extensión. Es decir, ver hasta dónde existe este cáncer, si se ha extendido a los ganglios o a otra parte del cuerpo. Habitualmente esto se hace con un TAC o con una resonancia, con ambos, o incluso un PET. Y una vez conocida su extensión, si no está extendido, que no debería, lo habitual es operar estos tumores en la boca. En la boca la cirugía es la más recomendable antes que radioterapia u otras técnicas con menos garantía y más toxicidad.
¿Cuál es el pronóstico de este tipo de cáncer?
El pronóstico va a depender del estadio. No es lo mismo un estadio 1 que un estadio 4, por supuesto. Y dentro de este estadio, es importante la actuación profesional, es decir, a veces se opta curar el tumor en una aproximación inicial, evitar cirugías insuficientes, intentar compensar con radioterapia... Es verdad que es una zona que puede suponer problemas, no es fácil operar un cáncer en la lengua, pero muchas veces, una vez operado, bien operado, la recuperación se produce. Si no hacemos una buena cirugía inicial, es difícil que este tumor no se reproduzca y que no lleve a graves consecuencias.
¿Es un tipo de cáncer que se puede prevenir?
La prevención debería estar basada en términos de evitar alcohol y tabaco, hacer revisiones habituales con nuestros odontólogos, que muchas veces detectan si aparece algún cambio, y mantener los programas de vacunación frente al virus del papiloma humano, no solo en niñas, también en niños. En ese punto creo que todos los profesionales que nos dedicamos a esto insistimos mucho.