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Los clubes de running, ligas deportivas y gimnasios se han convertido en lugares populares para que las personas se conozcan, ya que facilitan interacciones naturales en un entorno compartido. Es un fenómeno apoyado en datos: la práctica de un deporte en común crea un terreno fértil para que las relaciones florezcan. Cuando hablamos de relaciones sentimentales esto sucede incluso más, pues cada vez existen más personas que así lo afirman, y aplicaciones como Strava o N’joy lo demuestran.
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Strava actúa como una red social. Cualquier usuario que cree una cuenta puede compartir su entrenamiento diario, fotografías, y comentar o recibir comentarios y mensajes de otros usuarios que alaben su contenido. La aplicación, más allá de proponer retos a sus fieles, se ha hecho popular en TikTok porque también les permite contactar con ellos para practicarlo juntos o conocerse a través de mensajes privados. N’joy, por su parte, también conecta deportistas con intereses similares. Ya sea acroyoga, karting, surf, gimnasio, baile de salón o paracaidismo; funciona similar a Tinder. Hace falta escoger los deportes que se practiquen, añadir los lugares dónde suele realizarse el entrenamiento, escribir una biografía, seleccionar cuántos idiomas se hablan con fluidez, y, hasta elegir el motivo por el que se usa la aplicación: para tener citas (“dentro y fuera de la cama”, escriben sus profesionales), conocer compañeros para hacer deporte, o, tener compañeros para entrenar.
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Más allá del mundo online, muchos clubs como el americano Lunge Run Club también facilitan estos cruces, y acotan todavía más sus miembros definiéndose como clubs para runners solteros. Sin embargo, ni falta hacer inscribirse en ellos, pues en muchos de uso común son cuna de citas. De hecho, siempre lo han sido, pero en los últimos años muchas personas buscan en clubs o gimnasios al uso mantenerse en forma o practicar su deporte preferido, y al mismo tiempo, encontrar en ellos una alternativa a las aplicaciones de citas. ¿Las razones? La fatiga y la frustración con la superficialidad y la falta de conexiones auténticas que creen que existe en otras plataformas. Mejor que comprobar después de un primer acercamiento en pantalla si los intereses que describe la otra persona son reales, conocerle directamente sin ese paso previo demostrándolo parece una opción mucho mejor. Algo así como conocer a alguien en una discoteca, pero con la baza de saber que al menos, de primeras, ya pueden compartir el interés por un mismo deporte.
Planes post-entrenamiento
Muchas relaciones que comienzan en un contexto deportivo tienden a avanzar durante las actividades sociales posteriores, como tomar una bebida después del entrenamiento o evento. Otras nacen justo ahí, pues estas actividades ayudan a los participantes a relajarse y conocerse mejor fuera de ese contexto. Antonio Brunete, fundador y CEO en TRC| The Run Club, nos habla de esa sintonía que se produce posterior a los entrenamientos: “Es habitual que después, nuestros miembros queden a desayunar por la mañana, o a tomar una caña por la tarde. Nosotros a veces nos unimos, pero preferimos mantenernos más a parte en los post-entrenos”, comenta.
Los beneficios del deporte son inmensos, y todos los conocemos. The Run Club cuenta con cuatro sedes en Madrid (Madrid Río, Retiro, Juan Carlos I o Móstoles), con grupos para todos los niveles de iniciación, y con diferentes categorías de entrenamientos. Como su fundador cuenta, es habitual que surjan conexiones entre todos los que se unen a TRC. A veces, y como sucede en multitud de clubs y gimnasios, sus propios responsables son los que fomentan estas tomas de contacto: “Tenemos una nueva sección denominada Anti-running running club donde fomentamos actividades sociales más allá de correr; como cenas, torneos de pádel, catas de vino, o excursiones, entre otras. Este mes, por ejemplo, acudimos a ver la final de la Vuelta a España en Madrid”.
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Necesidad de contacto humano
En un contexto en el que hacer amigos o buscar relaciones sentimentales o citas parece fácil de manera online, parece ser que cada vez hay más interés en volver atrás, rebobinar, y hacerlo de manera tradicional comenzando por el “tú a tú”. Desde otra perspectiva, la que nos comenta Antonio Brunete, tiene sentido: “El hecho de estar trabajando todo el día y con pocas interacciones sociales, como pueda ser en el teletrabajo, hace que se pierdan las relaciones sociales diarias. El saber que al terminar la jornada o antes, te vas a juntar con un grupo de personas con aficiones y gustos afines a ti y compartir momentos juntos supone una gran liberación mental”. Además, a ello se añade otro beneficio: “También a nivel salud, al quedar con otras personas adquieres un compromiso para entrenar, algo que te ayuda a conservar una rutina y no perder la motivación para hacerlo”.
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Por qué los gimnasios favorecen las citas
Los eventos, clubs y los gimnasios se están convirtiendo en puntos de encuentro populares. Estos eventos están diseñados para facilitar la socialización y pueden incluir dinámicas que rompen el hielo, lo que aumenta las posibilidades de formar nuevas conexiones, potenciales relaciones que pueden progresar tras las jornadas de entrenamiento, ya que, no hay duda, participar en un deporte o actividad física en grupo o en un mismo espacio que otras personas asegura que quiénes estén allí compartan, al menos, un interés común desde el principio, algo que, en el caso de ir más allá, ambas personas puedan disfrutar juntas. Además, hay una parte psicológica fundamental a tener en cuenta, aunque no sea una norma estricta o general, ayuda a delimitar ciertos aspectos: los deportes y el ejercicio pueden sacar a relucir diferentes aspectos de la personalidad de una persona, como la competitividad, la cooperación y la capacidad para manejar el estrés o la derrota. Sí, parece ser que los gimnasios y los clubes deportivos ofrecen un entorno propicio para conocer a alguien de manera natural, con intereses compartidos, en un ambiente que fomenta la interacción y, a veces, la conexión.
