¿Te sientes presionada para ser feliz durante el verano? ¿Te preguntas si tu vida es menos interesante porque no has publicado la típica foto en la playa con una sonrisa de oreja a oreja? Los meses de verano, esos que todos esperamos todos con ansias, prometen ser los más felices del año. Sin embargo, paradójicamente, pueden ser también los más agobiantes.
Esas semanas en las que se supone que debemos desconectar y relajarnos, a menudo se convierten en una especie de carrera para que las vacaciones se conviertan en una temporada perfecta. En lugar de disfrutar de la tranquilidad, acabamos sintiendo una enorme presión por alcanzar esa 'felicidad obligatoria'. Un grave error, sobre todo, si pretendemos que nuestras vacaciones sean como las de los perfiles que seguimos.
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Y es que vivimos en la era de las redes sociales, donde la vida de los demás parece estar envuelta en un filtro de perfección continua. Instagram, TikTok, Facebook... Se llenan de imágenes de playas paradisíacas, cuerpos bronceados, fiestas bajo las estrellas y aventuras que parecen sacadas de una película. Y, aunque sepamos que esas imágenes son solo una versión cuidadosamente editada de la vida de los demás, es fácil caer en la trampa de la comparación. Nos miramos al espejo, revisamos nuestras propias experiencias y, de repente, sentimos que nos estamos quedando atrás.
Pero, ¿por qué nos afecta tanto? Sobre todo, sabiendo que 'esa vida' no es real... La psicóloga clínica Alba Valle nos explica que esta 'happymania', esa obsesión por mostrar una felicidad constante, en realidad nos está haciendo más infelices. Y es que, aunque parezca irónico, esa presión por ser felices todo el tiempo puede llevarnos a experimentar justo lo contrario: ansiedad, frustración y una sensación constante de insatisfacción. ¿Te has detenido a pensar en esto alguna vez?
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Por más que nos repitamos que lo que vemos en redes sociales no es más que una ilusión, una versión seleccionada y editada de la realidad, es difícil evitar que comparemos nuestras experiencias con las de los demás. Es un proceso automático: comparamos nuestra realidad, con sus altibajos y sus momentos de simple normalidad, con las expectativas que esas imágenes perfectas crean en nuestra mente. Y casi siempre, sentimos que perdemos. Algo que no es justo para nosotros. ¿No deberíamos estar disfrutando de nuestro verano sin esas autoexigencias, sin ese peso que nos imponemos de ser felices a toda costa?, nos pregunta Alba Valle.
Las nos ofrece una perspectiva interesante: la presión de la 'happymania' no solo nos afecta emocionalmente, sino que también puede interferir con nuestra capacidad para disfrutar del momento presente. Nos pasamos tanto tiempo preocupados por si estamos viviendo el verano 'correctamente', que olvidamos simplemente vivirlo. Es como si nos hubiéramos desconectado de lo que realmente importa y nos hubiéramos perdido en un mar de expectativas imposibles de cumplir.
Entonces, ¿cómo podemos liberarnos de esta presión y disfrutar de un verano más pleno y auténtico? O, al menos, lo que queda de nuestras vacaciones. La psicóloga, que además está especializada en mindfulness, nos ofrece seis claves que nos ayudarán a gestionar mejor nuestras emociones durante la temporada estival y alejarnos de esa presión que tanto nos afecta.
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1. La motivación es una consecuencia, no una causa
Una de las primeras ideas que Alba nos sugiere es cambiar nuestra percepción sobre la motivación. A menudo, nos obsesionamos con buscarla, creyendo que si no estamos motivados, algo va mal. Pero, en realidad, la motivación no es algo que deba buscarse desesperadamente; es una consecuencia de estar involucrados en actividades que realmente nos apasionan y nos aportan satisfacción. En lugar de presionarnos para sentirnos motivados, debemos centrarnos en encontrar esas actividades que disfrutamos de verdad. Deja que la motivación surja de forma natural, sin forzarla.
2. Entrena la mente para vivir el presente
Otro gran obstáculo para la felicidad es nuestra tendencia a preocuparnos por el futuro o lamentarnos por el pasado. ¿Te pasa a menudo? Para contrarrestarlo, Alba nos invita a practicar la atención plena o mindfulness. Se trata de entrenar la mente para centrarse en el aquí y el ahora, disfrutando de cada momento sin dejarnos arrastrar por pensamientos sobre lo que 'debería' ser.
Actividades como el yoga, la meditación o simplemente dar un paseo por la naturaleza pueden ayudarnos a reconectar con el presente y a disfrutar más de lo que tenemos delante.
3. Haz limpieza mental
Otra recomendación clave es hacer una 'limpieza mental'. ¿Qué significa esto? Básicamente, eliminar de nuestras vidas aquello que nos genera pensamientos negativos y comparaciones innecesarias. Esto incluye, en muchos casos, reducir el tiempo que pasamos en redes sociales o alejarnos de aquellas cuentas que nos hacen sentir insuficientes. Puede que también implique limitar el uso del móvil o del ordenador para centrarnos en actividades más enriquecedoras y menos estresantes. Es momento de limpiar cualquier foco generador de negatividad.
4. Aprovechar el tiempo para nuevas experiencias
El verano es un momento excelente para hacer cosas que normalmente no podemos hacer debido a las obligaciones diarias. Ya sea emprender un nuevo hobby, dedicarnos a un proyecto personal o simplemente disfrutar de entretenimientos que nos hagan felices, aprovechar este tiempo para explorar nuevas actividades puede ser muy gratificante. La experta nos recuerda que el verano nos ofrece una oportunidad única para salir de la rutina y descubrir nuevas pasiones que pueden aportarnos una profunda satisfacción.
5. Intenta conocerte más y mejor
Conocerse a uno mismo es fundamental para entender qué nos hace realmente felices. Durante el verano, podemos aprovechar para dedicar tiempo a la auto-reflexión, el autoconocimiento y la meditación.
Podemos llevar un diario, escribir sobre nuestras experiencias, reflexionar sobre lo que hemos vivido en lo que va del año y meditar sobre lo que realmente queremos para nuestra vida. Es un ejercicio muy recomendable.
6. Céntrate en los demás
Finalmente, Alba nos recuerda la importancia de centrarnos en los demás. Pasar tiempo de calidad con la familia, los amigos y los seres queridos puede ser una fuente inmensa de felicidad. En lugar de enfocarnos en nuestras propias experiencias y compararlas con las de los demás, podemos centrarnos en conectar y disfrutar de las personas que nos rodean. El verano, con sus días largos y sus vacaciones, nos regala la oportunidad de fortalecer los vínculos que a menudo se debilitan por la rutina diaria. Estas conexiones humanas son, en definitiva, una de las fuentes más importantes de satisfacción y bienestar.
Al final del día, lo que realmente importa no es cómo se ve nuestro verano en las redes sociales, sino cómo lo vivimos y lo sentimos en nuestra propia piel. No se trata de mostrar la mejor versión de nuestras vidas, sino de disfrutarla a nuestro ritmo, sin presiones externas, y con quienes realmente nos hacen felices. Así que, ¿por qué no soltar un poco esa presión y permitirnos un verano auténtico y pleno, tal como somos y con lo que tenemos?