Skip to main contentSkip to footer
Chica cansada en el gimnasio© Getty Images

Psicología

¿Pereza o intimidación? El 'gymtimidation' o por qué sentimos ansiedad al entrenar delante de otros

Un alto porcentaje de la población no acude al gimnasio porque siente vergüenza y angustia al sentirse observados. Analizamos las consecuencias que este fenómeno tiene en la salud mental al que la generación Z ya ha puesto nombre en redes sociales.


9 de agosto de 2024 - 13:46 CEST

Imagina la siguiente situación: te inscribes en un gimnasio con la intención de mejorar tu salud física y mental, sin embargo, a pesar de tus buenas intenciones, una fuerza invisible te retiene. Te parece pereza (y puede que haya una parte de ella), por lo que haces un esfuerzo por tratar de dejarla a un lado y te decides a ir a tu entrenamiento. Acudes, sintiendo cierta ansiedad al pensarlo, y una vez estás dentro te sientes intimidada y solo deseas que llegue el momento de irte. Si sientes familiaridad con esta situación, puede que padezcas gymtimidation, uno de los últimos términos que los usuarios de Internet han escogido para definir dar nombre a una sensación mucho más común de lo que cualquiera pueda imaginar.

El término gymtimidation nace de la combinación de las palabras en inglés gym (gimnasio) e intimidation (intimidación), y, como su nombre indica, describe esa sensación de ansiedad o intimidación que muchas personas – sobre todo mujeres – sentimos al pensar en ir al gimnasio.

A veces, la gymtimidation puede ser tan intensa que muchos terminan pagando membresías que rara vez usan, atrapados en un ciclo en el que la aprobación social marca su ritmo, y llega a desempeñar un papel significativo sobre su salud mental.

Chica estirando en el gimnasio© Getty Images

Teniendo en cuenta que en los gimnasios la apariencia física y el rendimiento son constantemente visibles y evaluados, entender que este fenómeno suceda no resulta extraño. Esta constante exposición puede amplificar la necesidad de aprobación social y el temor a la desaprobación, aumentando nuestra vulnerabilidad y la ansiedad por sentirnos juzgados, ya sea por nuestra falta de experiencia sobre la esterilla, por nuestro desconocimiento del uso de los equipos, o por las inseguridades personales que sentimos al mostrar nuestro cuerpo en un entorno público y al compararlo con otros.

Está claro que no saber cómo usar el equipo o cómo realizar los ejercicios correctamente puede hacer que uno se sienta fuera de lugar.

Tener vergüenza a ser observado y juzgado por otros nos paraliza al igual que practicar ejercicios de musculación frente a miradas indiscretas aumenta nuestro pudor y ganas de entrenar solos.

Si además, no nos sentimos seguros con nuestra apariencia física y estamos incómodos con la misma, es muy probable que al ver otros cuerpos musculados o tonificados en el gimnasio nos sintamos incluso peor y con ansiedad.

Todas estas causas y consecuencias de gymtimidation son comunes, y si no nos han pasado a nosotros mismos, seguro que alguna vez hemos escuchado a alguien que las ha sufrido.

Chica haciendo yoga© Getty Images

Cómo la 'gymtimidación' afecta a la salud mental

La gymtimidation, más allá de actuar como una barrera para realizar ejercicio físico; supone una barrera para la salud mental. La ansiedad y el estrés asociado a la misma pueden disminuir nuestra autoestima, así como aumentar la percepción negativa que tenemos sobre nuestro propio cuerpo. En casos extremos, aunque menos comunes, si no se le hace frente, esta impotencia ante querer hacer ejercicio físico y no ser capaz de realizarlo (ya sea porque queremos despejar la mente, bajar de peso, fortalecer o mantenernos) puede llevarnos a caer en depresión o generarnos ansiedad crónica. Un hecho que, aunque a primera vista puede parecer algo que carece de importancia, más vale prevenir o radicar antes de que derive en problemas mayores.

Chica entrenando en el gimnasio© Getty Images

¿Es posible superar la sensación de intimidación?

Para comenzar a hacer frente a la gymtimidation, hay varias pautas que podemos seguir. La más aconsejable es recurrir a un entrenador personal que nos enseña a usar cada una de las máquinas del gimnasio. Si sabemos cómo emplear cada una de ellas, no solo lograremos nuestro objetivo físico, sino que nos sentiremos mucho más seguros a la hora de realizar los ejercicios. Eso sí, es fundamental que nuestro foco de atención esté en lo que estamos haciendo, en lugar de estar pendientes de lo que hacen otros (piensa en el caso contrario y no seas tú la persona que pueda estar intimidando).  

Otro aspecto fundamental es encontrar el gimnasio adecuado a tus preferencias. Si por el motivo personal que atesores, la mirada masculina te pone nerviosa, puedes recurrir a un gimnasio que sea solo femenino. Si ese no es el caso, visita varios y encuentra uno cuya disposición se adapte casi en su totalidad a tu gusto. Es decir, las personas vergonzosas se encontrarán mejor en un espacio que reserve hueco para los ejercicios sobre esterilla, en lugar de aquellos en los que parece que hay que hacer tetris para practicar ejercicio sin máquinas. 

Entrenar acompañado siempre es buena opción cuando se sufre gymtimidation. Acudir con un amigo, pareja o familiar puede ayudarte a perder ese miedo.

Sentirás apoyo en todo momento, y ambos podéis enseñaros el uno a otro cómo se realiza cada ejercicio o crear una rutina personalizada que os venga bien y se adapte a vuestros deseos. 

Chica estirando en el gimnasio con su entrenador

A pesar de que consejos a seguir para superar esa sensación de intimidación hay infinitos, solo uno es el que garantiza al 100% el éxito. Lo dicen varios usuarios de TikTok.

El truco para comenzar a sentirse bien practicando ejercicio en el gimnasio consiste, básicamente, en no darse tanto protagonismo a uno mismo

Es decir, en no pensar que somos el centro de atención de todas las miradas: “Sé que el gimnasio parece muy intimidante, pero escúchame. Si tienes un gimnasio con gente realmente increíble, te prometo que nadie está prestando atención a lo que haces. A nadie le importa si tu técnica es mala, a nadie le importa cuánto peso estás levantando. Nadie te está juzgando, y si alguien te está juzgando, están reflejando sus propias inseguridades en ti. Mereces estar en el gimnasio tanto como la persona que ha estado allí durante 6 años”,  afirma Danica D Fit (@danicadfit)..

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.