Mujer tomando un yogur en el sofá de su casa© Getty Images

La verdad sobre el yogur para cuidar tu microbiota

Entrevistamos a una de las personas que más saben sobre esas colonias de bacterias amigas que habitan en nuestro intestino y que nos influyen en la salud global de nuestro organismo. 


Actualizado 30 de julio de 2024 - 23:59 CEST

En los últimos años, los probióticos han cobrado gran relevancia en el ámbito de la salud y la nutrición. Se habla mucho de ellos y, de hecho, se ha apuntado al yogur como uno de los mejores para cuidar la microbiota, esas colonias de microorganismo que ayudan a mantener una buena salud digestiva, además de mejorar nuestras defensas. ¿Qué hay de verdad en estas afirmaciones? Pero, exactamente, ¿qué son realmente los probióticos y por qué son tan importantes para nuestro bienestar? En este artículo, abordaremos estas cuestiones a través de una entrevista con el Dr. Francisco Guarner, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Microbiota, Probióticos y Prebióticos (SEMIPyP), quien nos ayudará a entender qué es la microbiota, cómo influyen los probióticos y qué más podemos hacer para cuidar de nuestra salud digestiva. 

¿Qué es la microbiota intestinal?

La microbiota intestinal es un ecosistema complejo y variado compuesto por miles de especies de microorganismos que viven en nuestro intestino. Según el Dr. Guarner, "la microbiota intestinal es todo un ecosistema. Un ecosistema quiere decir que es un conjunto de organismos independientes, pero que viven en sociedad y que tienen sus propias leyes". Nos explica, además, que cada uno de estos microorganismos aporta algo al conjunto y se complementa metabólicamente con otros.

En la microbiota se han descrito varios miles de especies, aunque las dominantes en cada persona son aproximadamente unas 150

Sin embargo, estudios más detallados han encontrado hasta 800 o incluso 900,000 especies distintas en una sola persona. Este ecosistema, que pesa entre 300 y 400 gramos, se encuentra principalmente en la parte final del intestino, conocida como el colon.

La relación entre microbiota y salud

"El concepto inicial que había del colon es que era como un almacén de residuos para ir expulsando en momentos convenientes", comenta Guarner. Sin embargo, investigaciones recientes han revelado que el colon desempeña un papel muy importante en la formación del sistema inmunitario. "La pared del colon tiene 30,000 folículos linfoides, que son como ganglios linfáticos donde el sistema inmune recoge información sobre lo que hay en la luz intestinal", explica.

Estos folículos permiten al sistema inmune interactuar con las bacterias del colon, lo que es esencial para su desarrollo. "De hecho, los estudios en ratones han mostrado que aquellos que carecen de microbiota también carecen de anticuerpos y tienen un sistema inmunitario muy deficiente", asevera el doctor. Por ello, es indispensable gozar de una microbiota sana y en equilibrio. Sin embargo, hay factores que la alteran. 

Factores que alteran la microbiota

En las últimas décadas, diversos factores han contribuido a alterar el equilibrio de nuestra microbiota intestinal. Uno de los principales factores ha sido el cambio en los patrones de alimentación. Desde la década de 1950, la dieta occidental ha visto una disminución significativa en el consumo de vegetales y un aumento del consumo de alimentos de origen animal. 

Los cambios en la alimentación ha hecho que bacterias que degradan vegetales se hayan ido extinguiendo, atrofiando nuestra capacidad de digerir estos alimentos, alterando el sistema inmune e incrementando las enfermedades inflamatorias

Dr. Francisco Guarner

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Otro factor crítico ha sido la exposición a antibióticos. "Los antibióticos tienen un impacto significativo en la microbiota, y hoy en día es raro encontrar a un niño que no haya tomado antibióticos antes de los cinco años", comenta. Este uso generalizado de antibióticos ha ido en paralelo con un aumento en la incidencia de alergias, autismo y otras enfermedades inflamatorias. . 

Microbiota y trastornos neurológicos

Una de las áreas de la investigación actual es la relación entre la microbiota y los trastornos neurológicos, como el autismo. Aunque aún se está investigando, estudios en animales han mostrado que la ausencia de microbiota puede afectar la maduración del sistema nervioso central, llevando a comportamientos hiperactivos y una menor expresión afectiva en el grupo. Otro dato es que, "el uso de antibióticos en los primeros seis meses de vida se ha relacionado con una mayor incidencia de alteraciones neurológicas", nos cuenta Guarner.

El autismo es multifactorial, pero en un 3% o 10% puede influir la microbiota. En Suecia se están publicando estudios que sugieren esta vinculación, aunque es un aspecto que sigue en estudio.

Dr. Francisco Guarner

Lo que sí nos preguntamos es si la microbiota puede influir tanto en nuestro organismo, ¿qué podemos hacer para mejorarla? Y, ¿es posible saber de antemano si está alterada a través de test o análisis de heces para poner remedio?

Diagnóstico de la microbiota

A pesar de los avances en la investigación, diagnosticar una microbiota alterada sigue siendo un difícil. A diferencia de un análisis de sangre, donde se pueden medir niveles específicos de componentes como la creatinina o el colesterol, la microbiota es un ecosistema complejo y variado más complicado de analizar. "No existe un rango claro que indique si una microbiota está 'bien' o 'mal'", explica Guarner.

Actualmente, algunos análisis de microbiota están disponibles para el público, pero no están recomendados por los médicos debido a la falta de validación de marcadores específicos.

"Los análisis de microbiota pueden identificar la presencia de ciertos patógenos, como la salmonella, pero no pueden proporcionar una imagen completa de la salud de la microbiota 

Tampoco podemos conocer los síntomas de una microbiota alterada. Es decir, ¿puede manifestarse con diarreas, estreñimiento, más alergias? El especialista nos comenta que lo sabemos al revés. Es decir, se ha relacionado la enfermedad con una alteración, pero tras analizar a muchos individuos. "Sabemos que las personas con diabetes tipo 2 tienen la microbiota alterada. Las personas con alergias tienen la microbiota alterada. Pero si me das una muestra de heces, no te diré que esta persona tiene alergias. En estudios poblacionales, como el Microbioma Project en Holanda, que sigue a unas 15.000 personas, ven que en alergias, trastornos mentales y trastornos inflamatorios hay patrones comunes de pérdida de ciertas bacterias y aparición de otras. Pero esto es a base de analizar a 15.000 personas"

Dicho esto, lo que nos queda claro es que tenemos que poner todo nuestro empeño en cuidarla. En este sentido, ¿basta con comer yogur o hay otras formas de alimentarla?

El papel de los probióticos

Los lácteos fermentados han sido los únicos alimentos, o los alimentos fermentados en general, en los que se consumen bacterias vivas. Se ha visto que esto es bueno para el equilibrio del intestino. 

La Food and Drug Administration (FDA) ha visto menos incidencia de diabetes tipo 2 en personas que consumen más yogures y lácteos fermentados. En otros países también se han hecho estudios similares, con resultados semejantes

"La producción de muchos productos fermentados implica pasteurización, lo que mata las bacterias, pero los yogures se mantienen en frío para frenar la fermentación. Por tanto, estos alimentos han mantenido un aporte de bacterias al intestino humano. Además, de su influencia en disminuir el riesgo de contraer diabetes tipo 2, también hay estudios en obesidad que muestran menos riesgo en los consumidores de yogures", nos detalla. Además, continúa explicando que hay yogures a los que se les añade bacterias típicas del colon, lo que mejora su actividad. 

Por otro lado, es necesario diferenciar entre alimentos fermentados, y alimentos con probióticos. En el caso de los alimentos con probióticos, se deben identificar las cepas que se contienen en el producto, y además los efectos que producen sobre la salud del consumidor sus probióticos deben estar comprobados mediante estudios científicos.Un ejemplo de alimento con probióticos es Activia, al ser el único lácteo fermentado con bifidobacterias que ha demostrado que sus probióticos naturales llegan vivos a la microbiota intestinal, gracias a su cepa CNCM I-2494, nutriendo así la diversidad de la microbiota.

Este experto, no obstante, no deja de recordar que la dieta global también influye mucho en nuestra salud digestiva. Y que tenemos que tener mucho cuidado cuando llenamos la cesta de la compra. "En el mundo industrializado, incluso un vegano consume menos bacterias que si consume un yogur", indica. Y es que la comida del supermercado está toda lavada, desinfectada y procesada, lo que mata las bacterias amigas. Por ello, el único contacto que hemos mantenido con bacterias en alimentos ha sido a través de productos fermentados.

Consejos para una dieta saludable

Para mantener una microbiota saludable, es esencial seguir una dieta equilibrada y variada. Los nutricionistas y expertos en salud pública recomiendan consumir una amplia variedad de vegetales. 

"Estudios han mostrado que las personas que consumen más de 30 tipos diferentes de vegetales a la semana tienen una microbiota más diversa y saludable", nos explica Guarner.

Dr. Francisco Guarner

Por ello, este experto insiste en evitar una dieta monótona, incluso si se basa en vegetales. "Consumir siempre las mismas ensaladas no proporcionará la diversidad necesaria para una microbiota robusta", comenta.Por ello, debemos optar por consumir más alimentos vegetales, frescos, naturales, del mercado de toda la vida y de proximidad y, si es posible, orgánicos. Y si queremos darle un plus a nuestra microbiota, también podemos añadir, además del yogur, otros productos fermentados naturales, como el chucrut y las aceitunas. "Una excelente fuente de probióticos", concluye el Dr. Francisco Guarner.