mujer refrescándose del calor en una fuente© Getty Images

¿Por qué el calor del verano puede afectar a tu salud cardiovascular?

Diversos estudios apuntan que existe una relación entre la exposición al sofocante calor y el mayor riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares e, incluso, incluyen entre los principales grupos de riesgo a las mujeres


24 de julio de 2024 - 10:56 CEST

Los termómetros marcan, en estos días de verano, temperaturas muy elevadas en muchos rincones del país. Es el pan nuestro de cada estío y toca sobrellevar el calor de la mejor forma posible. Y es que no podemos perder de vista un dato: las olas de calor y temperaturas extremas que pueden afectar a la salud cardiovascular. De hecho, así lo confirman diversos estudios, que apuntan a la existencia de una relación entre la exposición al sofocante calor y el mayor riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares e, incluso, incluyen entre los principales grupos de riesgo a las mujeres. 

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Cómo responde nuestro organismo al calor

Una de las claves está en que la exposición al calor requiere de unas determinadas respuestas por parte del organismo que pueden incrementar el riesgo cardiovascular, especialmente en aquellas personas que son más propensas a problemas circulatorios o arteriales. “Sabemos que nuestro cuerpo reacciona a las altas temperaturas y a la deshidratación propia asociada a ellas con un aumento de la demanda metabólica y de la velocidad de coagulación de la sangre, con ciertos desequilibrios electrolíticos y con una respuesta inflamatoria sistémica. Todo ello puede conducirnos a un aumento de la presión sobre el corazón”explica el doctor Jorge Solís, cardiólogo miembro del Movimiento Corazón de Mujer y fundador de Atria Clinic. 

Tal como explica el doctor Ignacio Sánchez Lázaro, responsable de la Unidad de Cardiología del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, “el calor extremo incrementa las posibilidades de sufrir una descompensación en pacientes cardiológicos, en especial aquellos que padecen de insuficiencia cardíaca; ello es debido sobre todo a la vasodilatación y la consiguiente hipotensión. La razón es que el corazón tiene que bombear más sangre para mantener la presión arterial, lo que implica un gran esfuerzo para la musculatura del corazón. Este sobreesfuerzo puede desencadenar una angina de pecho o descompensación de insuficiencia cardíaca. Además, el calor favorece la deshidratación y la pérdida de electrolitos, lo que puede alterar el ritmo cardíaco y causar arritmias”.

Existen otros factores como la humedad que dificultan la evaporación del sudor, lo que impide que el cuerpo se enfríe adecuadamente. “Esto aumenta la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca, lo que puede provocar un golpe de calor o una descompensación cardíaca”, comenta el profesional.

Las mujeres pueden ser más vulnerables al calor debido a factores hormonales

Doctor Jorge Solís

Los estudios confirman el riesgo

Como apuntábamos, diferentes estudios han demostrado que el calor puede provocar cardiopatía isquémica, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca y arritmia. 

Y el riesgo es especialmente importante en el caso de las mujeres. ¿Los motivos? Una vez más, las hormonas juegan un papel importante. Un metaanálisis publicado en Lancet Planet Health sugiere que la exposición al calor conduce a un riesgo elevado de morbilidad y mortalidad para las mujeres y las personas mayores de 65 años o más, entre otras. “Las mujeres pueden ser más vulnerables al calor debido a factores hormonales, ya que las fluctuaciones en los niveles de estrógenos pueden influir en la regulación de la temperatura corporal y la dilatación de los vasos sanguíneos. Estos cambios son aún más manifiestos durante la menopausia, pues la producción de estrógenos disminuye, lo que incrementa el riesgo cardiovascular”apunta el doctor Solís. Así, la mortalidad por enfermedades cardiovasculares en olas de calor suele ser mayor en mujeres que en hombres. 

© Getty Images

Una mayor pérdida de líquidos

Los expertos apuntan a que el sistema circulatorio se ve afectado por el calor por un motivo: el organismo pierde más líquidos en esta época y, por tanto, se disminuye la cantidad de líquidos que circulan por el torrente sanguíneo, por lo que la circulación es más lenta. “Entre los síntomas que podemos sufrir como consecuencia del calor se encuentra una bajada de la tensión arterial que puede provocar mareos y, en los casos más extremos, síncopes o golpes de calor”, comenta el doctor Solís. 

Entre los síntomas que podemos sufrir como consecuencia del calor se encuentra una bajada de la tensión arterial, que puede provocar mareos y, en los casos más extremos, síncopes o golpes de calor

Doctor Jorge Solís

Consejos para prevenir problemas cardiovasculares por el calor

Teniendo en cuenta todos estos factores, los expertos que forman parte del Movimiento Corazón de Mujehan recopilado cinco consejos útiles para hacer frente al calor y que no afecte a la salud cardiovascular:

  •  Aumentar la hidratación. Como decíamos, el problema de la pérdida de líquidos es importante. Por eso hay que mantenerse bien hidratado, bebiendo abundante líquido, fundamentalmente agua, evitando, eso sí, las bebidas carbonatadas y azucaradas. Conviene hidratarse varias veces al día, como mínimo dos litros de agua diarios. 
  • Evitar los cambios bruscos de temperatura. No siempre es sencillo conseguirlo, pero hay que tener en cuenta que es importante mantener estable la temperatura corporal evitando cambios bruscos de ambientes muy frescos a ambientes de extremo calor. Asimismo, es importante pasar períodos de tiempo en espacios bien ventilados y con aire acondicionado moderado.
  • Seguir una dieta saludable, controlando la sal y las grasas. La alimentación equilibrada y saludable también cuenta y se convierte en una aliada fundamental para hacer frente a las altas temperaturas. Tienes que optar por platos fríos en los menús como medida refrescante, con muchas frutas cítricas, así como sandía, melón o pomelo, que tienen un alto contenido en agua, lo mismo que las verduras de hoja verde. En el otro extremo, conviene evitar comidas pesadas y grasas, ricas en sal y azúcares, así como la cafeína y el alcohol. Y sí, la temperatura de lo que comes también cuenta y es importante prestarle atención, así como a las cantidades. Es preferible optar por comer en pequeñas cantidades y con mayor frecuencia durante el día y evitar los guisos y comidas calientes para mantener estable la temperatura corporal. 
  • Elige ropa ligera. Los expertos recomiendan usar ropa ligera y que sea preferentemente de tejidos transpirables, adaptada a la actividad que se vaya a realizar, para evitar la sudoración y sus consecuencias. Además, será prioritario el uso de una gorra o gorro, preferiblemente que cubra las orejas, ya que la mayor parte del calor corporal se pierde por la cabeza. 
  • Evitar la exposición al calor en horas centrales del día. Es una máxima que no nos cansamos de repetir, especialmente en las personas más vulnerables: es importante evitar pasar tiempo al aire libre en las horas de mayor exposición solar, es decir, entre las 12 y las 16 horas, sobre todo, no haciendo deporte al aire libre en esta franja horaria.  

Cómo deben tratarse estos problemas en verano

Un manejo y tratamiento estrecho de la insuficiencia cardíaca desde la Unidad de Cardiología es clave para evitar los ingresos habituales de este tipo de pacientes y mejorar su calidad de vida, “ya que se trata de una patología crónica que implica un tratamiento multidisciplinar que debe estar totalmente coordinado con otras especialidades y que debe conllevar además una educación sanitaria previa tanto del paciente como de su entorno”, subraya el doctor Sánchez Lázaro. En esta época del año es crucial ajustar por parte de los profesionales algunos medicamentos como son los diuréticos y los fármacos hipotensores. “Por lo tanto, además del seguimiento al paciente por parte de la unidad se debe fomentar el autocuidado en tres áreas: mantenimiento -dieta, ejercicio y cumplimiento terapéutico-, monitorización -evaluación diaria de síntomas y signos para detectar precozmente las descompensaciones- y automanejo -signos de alarma-”, comenta el especialista.