Todo sobre las nuevas emociones de 'Inside Out 2'

Psicología

De la ansiedad a la vergüenza: analizamos las emociones que aparecen en la nueva entrega del filme 'Del revés 2'

No siempre resulta fácil identificar nuestras emociones, pero la producción de Disney nos ayuda a entenderlas un poco mejor. Hablamos con una experta en salud mental sobre cómo podemos gestionarlas.


13 de julio de 2024 - 9:00 CEST

Riley ya no es una niña.  La protagonista Del revés ha crecido para la segunda parte de la película. Ahora tiene 11 años, deja atrás su vida para mudarse a San Francisco con su familia, llega a un colegio nuevo donde no conoce a nadie, empieza en secundaria, ingresa en el equipo de hockey, lleva aparato dental y, además de a todos estos cambios, se enfrenta a ese periodo tan complejo que conocemos como pubertad. En 2015 conocimos a Riley sintiendo emociones básicas como la alegría, la tristeza, la ira, el asco y el miedo; pero ahora, casi 10 años más tarde, en la nueva entrega de la producción ha crecido y vemos cómo comienza a sentir y a hacer frente a emociones que todos algunas vez hemos sentido, de hecho, comienza a experimentar probablemente esas que más han marcado nuestras vidas.

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"La película de Del revés nos presentaba las emociones básicas reconocidas en todas las culturas. Trasladaba un mensaje principal al espectador, que era que todas las emociones son importantes y todas tienen su función, incluso aquellas emociones que pueden ser menos agradables", comenta psicóloga y cofundadora de Serena Psicología, Lorena González. En Del revés 2, en cambio, vemos la transición de Riley hacia el mundo adulto, esa antesala a encontrar su identidad que se centra más en el complacer el "qué dirán" que en el "yo". 

Con la llegada de la adolescencia aparecen más emociones que las básicas. Estas están más relacionadas con una parcela vital muy importante en esta etapa, la social.

Lorena González, psicóloga

 Hablamos de que en este periodo de la vida, en el que todavía no sabemos quiénes somos, Riley da la bienvenida a la vergüenza, el aburrimiento, la envidia, la nostalgia, y a esa que en los últimos años no ha dejado de estar sobre la mesa, la ansiedad. 

© ©Disney.

La película nos pone sobre la mesa cada una de ellas en situaciones que ejemplifican, perfectamente, cómo nos sentimos cada vez que estas emociones hacen acto de presencia en nosotros. Un comentario inapropiado que nos avergüenza, un enfado sin motivo con alguien, la admiración por una persona y tratar de ser como ella, nuestro cambio de humor y opresión en el pecho antes de enfrentarnos a un acto público... 

He aquí las nuevas protagonistas de la producción de Pixar, emociones que todos hemos sentido alguna vez pero que, quizás, nos hemos negado a admitir vivirlas. Por eso, porque es necesario conocernos bien para que, como Riley, podamos saber bien quiénes somos y sepamos cómo gestionar lo que sentimos, resulta fundamental saber qué es cada una de ellas.

La vergüenza

"La vergüenza es una emoción social que nos lleva a sentir un deseo inmenso de ocultarnos o desaparecer, así como a evitar la atención de los demás. Surge cuando una persona percibe que ha violado normas sociales o expectativas propias. Su función es actuar como un mecanismo que promueve el autocontrol y el encaje con las normas de grupo o las nuestras, y nos puede ayudar a prevenir comportamientos que nos lleven a sentirnos excluidos", señala la psicóloga. 

En la película vemos la definición clara a través de un personaje que se oculta tras una capucha, que saluda tímido, y a menudo está nervioso e incómodo. Aparece en la vida de Riley cuando se enfrenta a situaciones en las que siente que ha metido la pata o hace algo que, a su juicio, parece inaceptable socialmente.

© ©Disney.

La envidia y la nostalgia

Si el personaje que representa a la vergüenza es gigante, el que ejerce de la envidia es muy pequeño. No es casualidad: Riley se siente inferior, se siente pequeña, frente al resto de sus compañeros de clase. 

La envidia surge cuando una persona desea algo que otra posee, ya sea una cualidad física o personal, logro, estatus o posesión material. Esta emoción se caracteriza por provocar sentimientos de insatisfacción, resentimiento y comparación negativa con los demás.

Lorena González

Que en la producción a esta emoción todo le parezca bonito y mejor, que anhele tener todo eso que alaba, refleja perfectamente este significado: "La función de la envidia, aunque a menudo es percibida como negativa, tiene aspectos adaptativos; puede motivar a las personas a mejorar y esforzarse para alcanzar metas similares a las de quienes envidian. Sin embargo, si no se maneja adecuadamente, la envidia puede llevar a comportamientos destructivos, tanto hacia uno mismo como hacia los demás. En el caso de la protagonista de la película, maneja una envidia sana lo que le hace luchar por conseguir sus propios objetivos, sin llegar a ser destructora". Siguiendo esta filosofía, en Del revés 2 su función es la de determinar qué es lo que quiere Riley, y filtrar cualquier amenaza en función de sus deseos.

De esa envidia, ese anhelo de algo que no se tiene, aparece la nostalgia... de lo que no se tiene, o de lo que ya se tuvo. Así lo afirma la experta: "Combina sentimientos de anhelo y melancolía por momentos, lugares o personas del pasado. A menudo se desencadena por recuerdos o estímulos que evocan experiencias anteriores, y se caracteriza por una mezcla de tristeza por lo perdido y alegría por haberlo vivido". La nostalgia aparece en Riley como la última emoción, la más nueva. 

Ser feliz por algo vivido nos puede llevar a tener más energía y bienestar en el presente

Lorena González

Representada como una señora mayor, con una estética que podría ser la de la abuela de Riley, nostalgia emerge en la producción para recordarle al resto de emociones otras situaciones vividas recientemente, así otras que estarán por llegar. Aunque su presencia, por el momento, no juega un papel principal en el desarrollo de la película, nos informa de que se despierta en nosotros mucho antes de lo que creíamos, aunque se desarrolle después. 

"La función de la nostalgia es multifacética; puede proporcionar confort emocional, así como fortalecer la identidad personal y los vínculos sociales al recordar experiencias compartidas", cuenta Lorena González a propósito de ella.

© Disney

El aburrimiento

Decir que todos estamos un tanto apáticos cuando somos adolescentes es una evidencia. Si esa apatía la sentimos incluso en muchos momentos de nuestra etapa madura, en los años en los que estamos desarrollando nuestra identidad aparece con frecuencia. Y, en la película, queda claro. El aburrimiento se representa mediante un personaje que está casi siempre tumbado en el sofá con el teléfono móvil (una buena radiografía de la juventud de hoy en día), que habla de manera monótona, sin casi mirar al resto de emociones, y que carece de motivación alguna. Una representación que encaja fielmente con la explicación que Lorena González nos detalla sobre esta emoción: "Se experimenta cuando una persona se siente insatisfecha y desinteresada debido a la falta de estímulos o actividades que capturen su atención y proporcionen satisfacción

La función del aburrimiento es adaptativa y sirve como una señal de que nuestras necesidades de estimulación mental, social o emocional no están siendo satisfechas". ¿Y cuándo lo son? Se mueve, demuestra que es capaz de levantarse y ponerse en marcha: "Al sentir aburrimiento, las personas sienten el impulso de buscar nuevas actividades y experiencias, poniéndose en marcha. Al ser una emoción desagradable, la persona se ve impulsada a salir de ella, lo que la mantiene en acción vital". De este modo, en la producción aparece con doble faz: por un lado, nos enseña ese pasotismo y apatía que sentimos durante la adolescencia. Por otro, actúa como aliado y aparece para señalarle a Riley que debe alejarse de lo que no le interesa o le conviene, le enseña que es mejor parar, que hacer algo que no le apetece o que pueda desembocar en drama.

La ansiedad

Mucho se habla sobre la ansiedad relacionada con el trabajo o nuestras responsabilidades del día a día, pero lo cierto es que mucho antes de alcanzar esa etapa en la que debemos buscar la manera de ganarnos la vida, ya la sufrimos. 

Porque, como señala la psicóloga, aparece para alertarnos "ante situaciones que percibimos como amenazantes o de peligro, sobre todo hacia el futuro, lo que nos genera una sensación de inquietud, nerviosismo y malestar". 

La función de la ansiedad es adaptativa y protectora; prepara al individuo para enfrentar situaciones de posible peligro o desafío

Lorena González

Nada más llegar y conocer al resto de emociones (llega con muchísimas maletas y asusta al resto) somos capaces de sentirla.

Sin embargo, ella es la encargada de proteger a Riley de adversidades, se preocupa por su integración en el grupo del instituto, le empuja a establecer esquemas mentales y, eso sí, aunque busca constantemente fortalecer otras emociones como la alegría con gran energía y entusiasmo, se encuentra constantemente cercana al temor, lo cual llega a jugarle alguna mala pasada. "Un nivel bajo o medio de ansiedad puede ser adaptativo, pero si la ansiedad se desborda puede interferir en el bienestar diario y en la salud mental. Llevada a un extremo, puede producir episodios de 'ataques de ansiedad' como podemos ver muy bien representado también en la película".

© ©Disney.

¿Cómo gestionar las nuevas emociones que vemos en 'Del revés 2'?

Una ves analizadas, es fácil detectar que cada una de estas nuevas emociones que entran en juego aparecen para proteger o advertir a Riley ante determinadas situaciones y tratar de enseñarle el camino. Como sucede en la vida real, toda las emociones juegan en consonancia y tratan de agruparse entre ellas según la necesidad que tenga Riley en cada momento, solapándose o creando tándems que actúan perfectamente para intentar que responda bien y salga airosa de cualquiera de ellos. 

Son un mecanismo de defensa, y aunque no siempre resulta fácil que ejerzan esta función, ni tampoco siempre consiguen hacerlo, es fundamental dejarles pasar, del mismo modo que saber también gestionarlas. "Todas ellas deben estar en su nivel óptimo de funcionalidad. Para ello, lo primero, es reconocerlas, saber ponerles nombre. Después, reconocer si mi emoción es acorde a la situación en sí, o está desbordada", apunta la Lorena González.

En el caso de estas emociones se hayan descontrolado, la experta comenta que lo que debemos hacer es fortalecer nuestra inteligencia emocional así como estrategias de regulación para cada una de esas emociones: "Si siento mucha ansiedad, y soy consciente de que está desbordada, es decir, siento más ansiedad que la necesaria o la lógica para la situación en sí, hay que bajarla. Podemos hacerlo con tratamiento psicológico que nos ayude a detectar pensamientos catastrofistas, así como aprender técnicas de relajación para bajar toda la activación física", concluye.