Uno nunca piensa que puede ser víctima de acoso laboral o de abuso de poder en el trabajo. Sin embargo, es importante tener claro que a cualquiera nos puede pasar para detectar si están ejerciendo estas formas de maltrato sobre nosotros. Eso sí, como nos recuerda Pere Vidal, profesor colaborador de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y abogado laboralista, "no todo conflicto en el trabajo se traduce en acoso". Y nos ayuda a detectar cuándo sí podemos estar sufriendo un comportamiento tóxico. Hay que diferenciarlo de las "tensiones ordinarias que subyacen en toda comunidad de personas". La clave, de hecho, para saber que estamos siendo víctimas de acoso es que se den tres elementos: la intención de dañar, la producción de un daño en los derechos personales más esenciales, y el carácter continuado, predeterminado y sistemático del hostigamiento.
Dentro del acoso existe el abuso de poder que, según nos explica Patricia Mampel, responsable de marca y contenidos de Ringover, compañía especializada en aportar soluciones a las empresas, "es un problema que hay que abordar sin paliativos. Es importante saber reconocer los signos y actuar en consecuencia, aplicando estrategias efectivas para prevenir y abordar este comportamiento con el fin de conseguir un ambiente laboral saludable y productivo. Las empresas deben comprometerse en esta tarea porque al hacerlo no solo estarán protegiendo a sus empleados, sino también contribuyendo a fortalecer la integridad y el éxito de la organización”. Y es que, como afirma Pilar García Escudero, psicóloga clínica y coach, "el abuso de poder es un tipo de acoso. Se caracteriza por el uso de la posición de autoridad o influencia que una persona tiene sobre otra para ejercer control, dominación o infligir daño físico, psicológico o emocional".
10 Señales de abuso de poder en el trabajo
Mampel hace un repaso de los signos más evidentes que nos pueden hacer sospechar de que estamos sufriendo abuso de poder en el trabajo, ya que así se comportan las personas que suelen ejercerlo.
- Conducta autoritaria excesiva: los abusadores insisten en la obediencia ciega y rechazan cualquier cuestionamiento o sugerencia. Esta actitud genera un ambiente de trabajo en el que los empleados sienten que no tienen voz ni poder de decisión, lo que puede llevar a un alto nivel de frustración y desmotivación.
- Falta de transparencia y manipulación: las personas que abusan de poder manipulan información y relaciones para mantener el control, omitiendo cambios importantes y reteniendo información crítica. Esto incluye no informar de cambios significativos en la empresa, no dar retroalimentación esencial para el desarrollo de las tareas, difundir rumores malintencionados o tergiversar los hechos a su favor.
- Desprecio por los derechos de los empleados: ignorar políticas que protegen a los empleados, como solicitudes de vacaciones, es un claro indicador de abuso. Los abusadores suelen pasar por alto los derechos básicos de los empleados, lo que crea un ambiente de trabajo injusto y desmoralizante.
- Aislamiento del personal: dividir al equipo para evitar la comunicación y crear conflictos internos es una táctica común de los abusadores. Al promover rivalidades y tensiones, dificultan la formación de alianzas y la colaboración entre empleados, lo que afecta negativamente la cohesión del equipo.
- Microgestión: controlar cada detalle del trabajo de los empleados sin permitir autonomía es una señal de abuso de autoridad. La microgestión reduce la confianza y la moral de los empleados, quienes sienten que sus capacidades y decisiones no son valoradas.
- Desvalorización y humillaciones públicas: criticar o ridiculizar públicamente a los empleados genera un ambiente de miedo y resentimiento. Los abusadores tienden a desvalorizar el trabajo y las capacidades de los empleados, con críticas desproporcionadas, asignaciones triviales o falta de reconocimiento de un buen trabajo.
- Coerción y amenazas veladas: imponer tareas excesivas bajo amenaza de represalias crea un ambiente de miedo entre los empleados. Estas amenazas, explícitas o implícitas, pueden incluir la posibilidad de despido, lo que incrementa el estrés y la ansiedad.
- Favoritismo: tratar con preferencia injusta a ciertos empleados crea divisiones y resentimientos. Asignar mejores proyectos, promociones o recompensas a ciertos trabajadores puede desmotivar al resto del equipo y fomentar un ambiente de desconfianza.
- Discriminación: la discriminación basada en género, raza, edad, orientación sexual, religión, u otras características personales es una forma devastadora de abuso de poder. Esta discriminación no solo afecta la moral de los empleados, sino que también puede tener serias repercusiones legales para la empresa.
- Acoso: el hostigamiento, que puede ser verbal, físico o psicológico, degrada e intimida al empleado. Insultos, gritos, comentarios sarcásticos y tocamientos no deseados son ejemplos de acoso que crean un ambiente de trabajo tóxico.
Claves para superar el abuso de poder en el trabajo
La psicóloga y Coach Pilar García Escudero nos da algunas claves para tratar de superar los estragos emocionales y físicos que nos puede causar el abuso de poder en el trabajo:
Reconoce el abuso: el primer paso para superar el abuso de poder es reconocerlo. Esto puede ser difícil, ya que las víctimas a menudo son manipuladas y controladas por el abusador. Sin embargo, es importante identificar las conductas abusivas y comprender que nadie merece ser tratado de esa manera.
Valida lo que sientes: es normal sentir ansiedad, miedo, frustración o ira. Acepta que son una reacción natural a una situación injusta y no intentes minimizarlos o ignorarlos. Debes permitirte sentir y expresar estas emociones.
Busca apoyo: habla con amigos, familiares o compañeros de trabajo de confianza sobre lo que estás viviendo. Considera también la posibilidad de buscar apoyo profesional, ya que pueden enseñarte estrategias para superar la ansiedad y el estrés que esta situación te puede causar.
Lleva un registro de todo: anota fechas, horas, lugares, y describe lo que ocurrió con la mayor precisión posible. También es útil conservar correos electrónicos, mensajes de texto y cualquier otro tipo de comunicación que pueda servir como evidencia. Esto es muy importante en el caso de que decidas reportar el abuso a Recursos Humanos o tomar medidas legales.
Establece límites claros: sé firme en tus respuestas, no permitas comportamientos inapropiados y deja claro qué conductas no tolerarás. Practicar asertividad es clave; expresa tus necesidades y derechos de manera firme pero respetuosa. A veces, contar con frases preparadas para estas situaciones puede ayudarte a sentirte más seguro al momento de enfrentarlas.
Aumenta tu autoestima: el abuso de poder a menudo daña la autoestima de la víctima. Es importante trabajar en la reconstrucción de la autoestima a través de terapia, grupos de apoyo o actividades que fomenten el amor propio y la autoaceptación.
Desarrolla un plan de acción: junto con tu red de apoyo y, si es posible, con la ayuda de un profesional, elabora un plan de acción para acabar con este abuso. Por ejemplo, reporta la información a Recursos Humanos, busca oportunidades de empleo en otros lugares, o incluso toma acciones legales si es necesario. Tener un plan te dará un sentido de control y propósito, y te permitirá actuar de manera proactiva en lugar de reactiva.
Busca justicia: en algunos casos, puede ser necesario buscar justicia legal contra el abusador. Esto puede ser un proceso difícil, pero puede ayudar a las víctimas a obtener el cierre y la reparación que necesitan.