La importancia de los horarios de comida es un tema que a menudo se nos pasa desapercibido, pero que juega un papel muy importante en nuestra salud y bienestar general. De hecho, comer a una hora u otra puede afectar a cómo nos sienta la comida. Y un horario que le cae bien a tu pareja o a tu familia, puede no ser bueno para ti. Por ello, hay que saber reconocer cómo reacciona nuestro organismo tras ingerir los alimentos. Nos lo cuenta, dos expertos en nutrición y salud.
- Leer: La hora a la que tienes que cenar para perder peso, según Harvard
El ritmo circadiano y el horario de comidas
El ritmo circadiano es nuestro reloj biológico interno que regula las funciones fisiológicas en ciclos de 24 horas. Según Leticia Carrera, Directora del Centro Médico Felicidad Carrera, y experta en nutrición, "sincronizar los horarios de las comidas con ese reloj tiene muchas ventajas: mantener el metabolismo activo, mejorar la digestión y estabilizar los niveles de glucosa en sangre".
Comer en horarios regulares que se alineen con nuestro ritmo circadiano puede ayudar a mantener nuestro metabolismo eficiente, reduciendo el riesgo de problemas metabólicos como la obesidad y la diabetes tipo 2.
- Leer: Haz este cambio de horarios en agosto y perderás peso
Horarios específicos para las comidas principales
Aunque puede variar según las costumbres y hábitos personales, Leticia Carrera recomienda "mantener horarios de comida lo más temprano posible, como se hace en los países del norte de Europa, almorzando pronto y con una cena ligera unas horas antes de irnos a dormir". Nos cuenta también que, de esta manera, no solo se mejora la digestión, sino que también ayuda a regular los niveles de leptina, la hormona de la saciedad, y a optimizar el metabolismo.
Por ejemplo, Leticia Carrera recomienda "comer sobre las 13-14 h no más tarde y cenar al menos 3 h antes de ir a dormir, no más tarde de las 20:30. Evitar comer entre horas y por supuesto tampoco en las horas de sueño y dormir a oscuras. Por último, comer despacio".
Lo que desaconseja es ese hábito de picotear constantemente, ya que puede tener efectos negativos en nuestra salud. "Quemamos grasa cuando nuestro organismo sabe que no va a llegar comida, de ahí la importancia de mantener horarios fijos de comida", explica Leticia Carrera. El picoteo continuo puede causar picos de insulina, llevando a la acumulación de grasa y a desajustes en el metabolismo.
Comer a horarios fijos no solo facilita la digestión, sino que también mejora la absorción de nutrientes. "Comer a horarios fijos permite que nuestro organismo esté preparado para la digestión, esto hace que los alimentos se absorban mejor y evita alteraciones digestivas", destaca Leticia Carrera. Así, comer siempre a las mismas horas ayuda a preparar el sistema digestivo, mejorando la eficiencia de la digestión y la absorción de nutrientes esenciales.
- Leer: Conoce tu biorritmo y descubre cómo puedes adelgazar
Cómo nos ayuda comer siguiendo nuestros biorritmos al rendimiento físico
Por su parte, Lukasz Dzwigala, entrenador personal en David Lloyd La Finca, subraya que "la hora de comer es muy importante, ya que nos ayuda a regular el metabolismo, mantener niveles de energía estables y optimizar la digestión. Además, comer a intervalos regulares también apoya el rendimiento físico y la recuperación muscular". De hecho, según este experto, la sincronización de las comidas con los ciclos de actividad y descanso puede maximizar la eficiencia energética y la recuperación muscular, aspectos vitales para quienes realizan actividad física regularmente.
Por otro lado, Dzwigala señala que o existen los horarios específicos para el desayuno, comida y cena, sino que lo más importante es tener mismo horario y rutina de comer cada día. "También es importante no cenar demasiado tarde antes de dormir para que la comida no influye negativamente el descanso nocturno", recuerda. Por ello, nos sugiere seguir estos consejos que nos ayudarán a que la comida nos siente mejor:
- Desayunar siempre: comer dentro de la primera hora de despertarse para activar el metabolismo.
- Comer regularmente: ingerir alimentos cada 3-4 horas, incluyendo tres comidas principales y dos refrigerios.
- Horarios fijos: comer a las mismas horas cada día para mantener un ritmo constante.
- Cenar temprano: al menos 2-3 horas antes de acostarse para mejorar la digestión y el sueño.
- Planificar y preparar las comidas con antelación: elegir opciones ligeras y nutritivas cuando se come fuera de casa.
- No saltarse las comidas: optar por refrigerios saludables cuando se tiene hambre.
Estos consejos ayudan a mantener un metabolismo eficiente, niveles de energía estables y una digestión óptima, contribuyendo a una mejor salud y bienestar general.