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getty chica mirada perdida© Getty Images

Paro cardiaco e infarto ¿cuáles son sus diferencias?

En ocasiones confundimos estas dos situaciones que comprometen la salud de quienes las sufren. Conocer los síntomas y sus diferencias puede salvar vidas


Actualizado 5 de junio de 2024 - 15:27 CEST

Paro cardiaco e infarto no son lo mismo, de hecho, son dos cuadros clínicos que tienen causas, síntomas y tratamientos diferentes. Entender estas diferencias es importante para actuar a tiempo y salvar vidas. Por ello, de la mano de un experto en cardiología, buscamos cuáles son estas diferencias con el fin de identificar mejor estas enfermedades que afectan al corazón.

Comenzamos por preguntar cuál es la diferencia principal entre el infarto y el paro cardiaco. Como nos explica el Dr. Fernando Cabrera Bueno, cardiólogo y miembro del Grupo Top Doctors, "el infarto de miocardio es una afección grave que ocurre debido a la obstrucción de una arteria coronaria. En ciertos casos, esto puede llevar al paro cardíaco o muerte súbita, aunque no siempre es así". Según este especialista en cardiología, "un paro cardíaco puede producirse por otras causas, además de la obstrucción de las coronarias, como es el caso de miocardiopatías y los trastornos de canales eléctricos, denominadas canalopatías".

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¿Son similares los síntomas?

El paro cardíaco se manifiesta con la pérdida de conciencia y, sin intervención inmediata, puede resultar en la muerte. Los síntomas que preceden a este evento dependen de la causa que lo provoca. "En el caso del infarto de miocardio", explica el Dr. Cabrera Bueno, "es frecuente que se presente opresión o dolor en el pecho, con o sin dificultad respiratoria". Estos síntomas son indicativos de una disminución o interrupción del flujo sanguíneo al corazón, lo que puede causar daño al tejido cardíaco.

Por otro lado, los síntomas de un paro cardíaco que no es causado por un infarto pueden variar significativamente. En el caso de las miocardiopatías o canalopatías, los signos pueden incluir palpitaciones, mareos o desmayos repentinos antes de que ocurra el paro cardíaco.

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En cuanto al tratamiento, ¿es el mismo?

El tratamiento inmediato de un paro cardíaco es la reanimación cardiopulmonar (RCP). "Si se trata de un paro cardíaco", señala el Dr. Cabrera Bueno, "el tratamiento una vez reanimado el paciente se orientará hacia la causa de este". En el caso de que el paro sea resultado de un infarto, el objetivo es restablecer el flujo sanguíneo en la arteria obstruida. "Esto se logra mediante la realización de un cateterismo cardíaco", detalla el cardiólogo.

Para otras causas de paro cardíaco, como las miocardiopatías y las canalopatías, el tratamiento varía. Podría incluir el uso de medicamentos específicos, dispositivos implantables como desfibriladores, o incluso intervenciones quirúrgicas dependiendo de la condición particular del paciente.

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¿Cuál es el pronóstico de ambos?

El pronóstico de un paro cardíaco es generalmente más grave. "El pronóstico de un paro cardíaco no es bueno ya que si no se inician maniobras de reanimación el individuo inevitablemente fallecerá, indica el experto en cardiología. La clave en estos casos es la rapidez con la que se realiza la RCP y la desfibrilación.

Por otro lado, aunque un infarto de miocardio puede ser mortal, suele ser tratable si se actúa rápidamente. "Es fundamental que el tiempo de llegada al hospital sea lo más corto posible," insiste el cardiólogo. Un tratamiento rápido puede salvar el músculo cardíaco afectado y mejorar significativamente el pronóstico a largo plazo del paciente.

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¿Qué medidas pueden reducir el riesgo de estas dos situaciones?

La prevención es fundamental para reducir el riesgo tanto de infarto de miocardio como de paro cardíaco. "Para evitar estas situaciones son importantísimas identificar precozmente el riesgo de aparición mediante la prevención", señala. Esto incluye el control de factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión, diabetes y colesterol alto.

Además, es esencial evitar el consumo de tóxicos como el tabaco y el alcohol. "Realizar controles de salud periódicos por el médico de familia, realizar ejercicio, y consultar ante síntomas como dolor torácico, dificultad respiratoria o palpitaciones" son medidas recomendadas por el Dr. Cabrera Bueno para mantener una buena salud cardiovascular.

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