Tal vez en algún momento te han recetado la toma de los medicamentos conocidos como benzodiacepinas, muy utilizados en nuestro país para tratar problemas de salud mental, como puede ser la ansiedad. Pero hay una serie de aspectos que debes tener en cuenta si tomas este tipo de medicación. “Son un grupo de fármacos depresores del sistema nervioso central. Es decir, que disminuyen la actividad de las neuronas. Se usan para varias cosas: el tratamiento agudo de la ansiedad, el tratamiento subagudo acompañado de un antidepresivo. También como ayuda en la anestesia, para tratar y prevenir convulsiones, como relajante muscular y para tratar el síndrome de abstinencia alcohólica y ayudar en la desintoxicación de opiáceos”, nos confirma la doctora Ruth Arenas, psiquiatra, sexóloga y psicoterapeuta EMDR, además de CEO de su clínica Doctora Ruth Arenas, especializada en patologías mentales.
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El problema de la dependencia
Sin duda, uno de los problemas que podemos tener es que estamos ante un medicamento que puede generarnos dependencia. Nos lo confirma la especialista que añade que así sucede “especialmente aquellos con una vida media más corta y efecto más rápido, como el alprazolam. Por esto se deben usar como parte de un tratamiento más extenso. Pero una toma aislada o durante unos días no la va a ocasionar”.
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Tomar la medicación con precaución
Cuando le preguntamos a la doctora cuáles son los posibles riesgos del consumo de este medicamento, insiste en que el fundamental es el desarrollo de la dependencia. “Especialmente, como decíamos, en las de vida media corta, que hacen que entre toma y toma el paciente note síntomas de abstinencia que interpreta como un incremento muy desagradable de la ansiedad. Por este motivo, yo trato de evitar a toda costa estas benzodiazepinas”, nos detalla.
Pero es que, además, cita que por otra parte un uso abusivo o en combinación con alcohol puede producir sedación e incluso depresión respiratoria. “Los pacientes que tienen apnea del sueño u obesidad deben tener mucha más precaución con ellas. No podemos olvidar, además, que alcohol y benzodiazepinas son las únicas sustancias que pueden matarte en un síndrome de abstinencia. El síndrome en ambas es similar y, una vez plenamente desarrollado, tiene una alta mortalidad”, comenta la doctora, que añade que, por esto, para el abandono tenemos que hacerlo acompañados de un profesional.
“He tenido pacientes en los que hemos tardado un año en retirar un alprazolam. Siempre me acordaré de uno que, después de abandonar la heroína sin medicación, sino encerrado en un cuarto durante 4 días, me decía: ‘El caballo lo he dejado, pero con el trankimazin no puedo’”, nos detalla.
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Un fármaco útil, pero siempre con prescripción médica
Tenemos que tener en cuenta estas consideraciones si vamos a tomar benzodiacepinas, pero hay que dejar claro que estamos ante un medicamento seguro y eficaz si se usa de una forma correcta y siempre bajo prescripción médica. “Por supuesto son un fármaco útil y mucho más seguro que alternativas más antiguas como los barbitúricos. Pero todos los pacientes en tratamiento con benzodiazepinas deben realizar un adecuado seguimiento médico”, nos confirma la doctora.
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¿Un uso excesivo?
El problema añadido, además, es el uso excesivo de estos medicamentos. Se recetan en exceso y tal vez el problema de base está en que se deberían buscar otras soluciones para afrontar determinados problemas. “El uso excesivo lo tenemos claro. Pero el modo de reducirlo sería dar adecuado tiempo a los facultativos para hacer una buena evaluación y seguimiento del paciente. Es una pena que tengamos que volver a ver a un paciente al que le recetamos benzodiazepinas a los seis meses, cuando deberíamos intentar reducirlas a los tres. Si el médico de atención primaria tiene cinco minutos para atender al paciente difícilmente va a hacer una evaluación adecuada y una buena dosificación. Al final, la benzodiazepina se convierte en un modo de ‘apagar un fuego’ que no tenemos otro modo de apagar desde sanidad”, concluye la doctora Arenas.