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Natalia de Barbaro es psicóloga, coach, columnista y poeta. Ha escrito un libro titulado 'En mi vida falto yo', (Ed. Destino) en el que nos habla del dolor que podemos acumular las mujeres en esta sociedad aún patriarcal. Lo hace con un estilo fresco, irónico e inteligente y, sobre todo, con la mirada fijada en el cambio que podemos conseguir. A esta experta le avalan años de experiencia por haber impartido talleres y trabajado de forma individual con mujeres que acuden a ella agotadas por los roles a los que les obliga el estricto mundo patriarcal. Actualmente, colabora con las revistas y los periódicos más destacados de su país. Hemos hablado con ella sobre su libro y sobre cómo las mujeres podemos ser más nosotras mismas.
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© Tatiana Laurencja Jachyra¿Qué te inspiró a escribir este libro?
Las historias de mujeres que tuve el privilegio de escuchar en mis talleres, y mi propia vida. ¡Tenemos tanto en común! Mirarnos al espejo y dudar de nosotras mismas. Trabajar horas extras para marcar cada punto en la interminable lista de tareas que nosotras mismas hemos hecho interminable. Nuestro trabajo emocional: asumir la responsabilidad de que todos a nuestro alrededor estén felices. Nuestras interminables deliberaciones diarias en nuestras cabezas. La lista sigue. Pero hay un alivio en ver que todas estas experiencias las compartimos con otras.
En tu libro, mencionas la búsqueda de "me gusta" como una necesidad de calor humano. ¿Puedes explicar más sobre esta analogía?
Cuando buscamos algo, a menudo se trata de otra cosa. Puedo buscar un churro, pero en realidad puede que me haya puesto triste porque mi novio olvidó mi cumpleaños y mi verdadera hambre es el amor que no mostró. Puedo pasar dos horas viendo vestidos en la web, pero mi necesidad no es un vestido, sino adormecer mis sentimientos a través de la navegación. Puedo coleccionar "me gusta" en mi publicación, pero en realidad es el calor y el reconocimiento de los demás lo que anhelo.
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Describes Instagram como un paisaje idealizado. ¿Qué impacto crees que esto tiene en la percepción de la realidad de las personas?
Creo que nos sentimos más solas con cada paisaje idealizado que vemos y publicamos. ¿Por qué mi vida no se ve así? Nos preguntamos subconscientemente. ¿Qué estoy haciendo mal que no me veo como ella? ¿Soy una mala madre porque mi hija no puede tocar el violín como la hija de mi colega que publica en línea? Confundimos, como alguien dijo, el escenario de alguien con nuestro detrás de escena. Y es entonces cuando nos sentimos insuficientes.
¿Cómo crees que las redes sociales están afectando nuestra necesidad de amor y aceptación?
Por un lado, realmente pueden ayudar. Puedo leer un poema hermoso de alguien que no pudo ser publicado. Puedo invitar a la gente a mis talleres a través de Facebook y aumentar mi reconocimiento. Puedo encontrar a un viejo amigo o a un antiguo amor en línea. ¡O un nuevo amor! Por otro lado, cada vez que pongo un filtro en mi foto, de alguna manera me estoy diciendo a mí misma que el verdadero yo necesita ser corregido antes de mostrarse al mundo.
Has comparado el uso de las redes sociales con la adicción. ¿Podrías contarnos más sobre cómo ves esta relación?
Ni siquiera creo que sea una comparación. Creo que muchos de nosotros somos adictos. Como con cualquier adicción, la mejor manera de comprobar si es una adicción es intentar mantenerse alejado de la "sustancia". ¿Cómo te sientes cuando se cae el internet? ¿Cuánto tiempo pasa desde que te despiertas hasta que agarras tu teléfono? ¿Qué dicen tus estadísticas sobre tu tiempo diario frente a la pantalla? Yo también me hago estas preguntas e intento mantener el equilibrio. La mayoría de nosotros estamos en riesgo.
¿Qué recomendaciones darías a quienes sienten que su autoestima está influenciada por las redes sociales?
Vuelve tu mirada hacia adentro en lugar de hacia afuera, al menos la mayor parte del tiempo. Cuando salgas a caminar por el bosque o el parque, deja tu teléfono atrás o al menos no publiques fotos cada vez que veas algo o pienses que te ves bien. Cuando logres algo, llama a alguien cercano y ten una conversación real en la que lo compartas. Controla la compulsión de publicar todo y todos los días.
¿Qué efecto crees que tiene la constante comparación en las redes sociales sobre la salud mental?
Sentimos que todos los demás lo tienen todo bajo control, pero nosotros no. Eso nos hace sentir tensos, tristes, constantemente compitiendo por puntos. Recuerdo ver una publicación de mi colega al final del año; publicó una pila de libros que había escrito o traducido ese año. Era bastante alta. Recuerdo sentirme pequeña entonces. ¿Por qué seguimos haciéndonos esto a nosotros mismos y a los demás?
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¿Cómo podemos equilibrar la realidad con la imagen que proyectamos en las redes sociales?
Déjame responder con una pregunta: ¿cómo cambiarían nuestras vidas si publicáramos la realidad en las redes sociales? Creo que cuanto mayor es la distancia entre mi imagen y mi "verdadero yo", más me alejo de mí misma.
¿Cómo ha cambiado tu relación con las redes sociales desde que escribiste el libro?
No mucho, en realidad. Alguien maneja mi Instagram, pero rara vez proporciono contenido. En Facebook, la mayoría de mis publicaciones son para recomendar el trabajo de otras personas (nunca gano dinero con eso). Cuando pasa algo grande, como publicar en el extranjero, ¡puedo publicar algo! No dejo que se convierta en el centro de mi vida. Muchas personas me dicen que debería ser más activa, pero de alguna manera elijo no serlo.
¿Crees que hay una forma saludable de usar Instagram y otras plataformas sin caer en estas trampas?
Creo que la "abstinencia" total no es para todos. Pero podemos elegir a quién seguimos. Podemos elegir qué y con qué frecuencia publicamos. Y monitorear cómo afecta a nuestra amistad con nosotros mismos.
