Cuando a una mujer le diagnostican quistes ováricos, sin duda aparecen muchas preguntas sobre esta patología. Y la primera de ellas no puede ser otra: ¿de qué se trata, qué son los quistes que aparecen en estos órganos? “Son bolsas de líquido que aparecen en los ovarios. El contenido de dichos quistes puede ser de diferentes densidades. Si el contenido es líquido, similar a la orina, se llaman serosos; si es denso y transparente se llaman mucosos; si es denso y marronáceo son endometriomas y si el contenido es mixto con grasa líquida, grasa densa y pelos se denominan teratomas o quistes dermoides”, nos detalla el doctor Ignacio Lobo, ginecólogo y obstetra, jefe de servicio de ginecología y obstetricia en el Hospital Quirónsalud de Bizkaia; director médico y ginecólogo en la Clínica Ginecológica Portugalete y cirujano ginecólogo en la Clínica Blue Healthcare en Madrid y en la Clínica Premium en Marbella, además de cirujano ginecólogo de la reproducción en IVI Bilbao.
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Causas que influyen en su aparición
Una de las dudas que nos surge es cuáles son las causas más frecuentes que influyen en su aparición y el especialista nos confirma que depende del tipo de quiste, y nos lo detalla a continuación:
- En el caso de los quistes serosos las causas reales se desconocen, aunque existen factores que pueden favorecer su aparición, entre los que se encuentran la obesidad, las alteraciones de la ovulación, el consumo de medicamentos que favorecen la ovulación (clomifeno, letrozol), el hecho de haber tenido un quiste previo y las infecciones pélvicas.
- Por otro lado, el quiste endometriósico se da en pacientes que padecen endometriosis y aunque se desconoce su causa real de aparición, es probable padecerlos con esta patología, de hecho de ahí viene su nombre.
- En el caso de los teratomas, su origen está en la persistencia en el ovario de células fetales pluripotenciales, que se convierten en diferentes tipos de células y se desarrollan hacia estirpes celulares. Entre las más frecuentes están las de la piel (por eso grasa y pelos), pero pueden aparecer células de tejidos diversos como el respiratorio, digestivo, renal, endocrino, incluso neural.
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Señales de que puedes tener un quiste ovárico
Conocer los síntomas puede ayudarnos a reaccionar con premura ante cualquier problema de salud. Por eso, nos preguntamos qué señales nos alertan de que podemos tener quistes en los ovarios. “Los quistes pueden pasar completamente asintomáticos, pero existen algunas señales que deben alertarnos como el dolor pélvico coincidente o no con la regla, variaciones en el ciclo menstrual, tanto en la frecuencia como en la cantidad, dolor en las relaciones (dispareunia) o sangrados o dolores en medio del ciclo”, nos comenta el especialista que añade que en estos casos es recomendable que las pacientes consulten con un especialista para descartar su presencia con una simple ecografía, que además es una prueba fácil de realizar y económica.
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Factores de riesgo
En opinión del doctor, las mujeres que padezcan alteraciones de la ovulación como SOP (Síndrome de Ovario Poliquístico), alteraciones hormonales o que incluso hayan padecido ya algún quiste tienen más riesgo de volver a padecerlo. Con los endometriomas y los teratomas ocurre lo mismo, quienes los han tenido tienen más riesgo de volver a padecerlos.
Confirmar el diagnóstico
Una de las claves, claro está, es confirmar el diagnóstico de este problema de salud. “Por lo general, el diagnóstico se establece mediante ecografía ginecológica, bien vaginal o abdominal, pudiéndose diagnosticar de manera casual en una revisión o tras consultar por alguna alteración del ciclo o por algún episodio de dolor abdominal”, nos detalla el doctor.
Cómo actuar si se detectan quistes
Una vez que se confirma el diagnóstico, ¿cuál es el protocolo que se debe seguir? “Dentro del estudio de los quistes se incluye el diagnóstico ecográfico en el que se utilizan diferentes escalas para descartar malignidad en ellos, teniendo en cuenta en esos casos los marcadores tumorales CA-125, CA 19-9 y HE4. En primer lugar hay que evaluar los resultados obtenidos tanto en la pruebas de imagen como analíticas y, en función de la situación clínica de cada paciente, decidir cuál es la mejor alternativa: si el control periódico (trimestral o semestral) o el tratamiento quirúrgico”, nos explica.
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¿En qué casos está recomendada la intervención quirúrgica?
Le planteamos esta duda al doctor y nos detalla que las intervenciones quirúrgicas de los quistes se dan por el tamaño o por la sintomatología. Los quistes simples mayores de 5 cm empiezan a considerarse para intervención si son móviles por el riesgo de torsión o rotura. Por otro lado, en el caso de los endometriomas se procuran no operar de entrada salvo que la paciente esté muy sintomática (generalmente con mucho dolor).
En los teratomas también se suelen operar a partir de los 5 cm en el caso de que presenten riesgo de torsión. Además, operarlos sirve para poder establecer un diagnóstico anatomopatológico (informe para describir las características del tejido) que nos confirme la benignidad de éstos.
“Y en cuanto al tipo de técnicas, las endoscópicas mínimamente invasivas como son la laparoscopia abdominal clásica o la más reciente y novedosa laparoscopia transvaginal, llamada cirugía v-notes o cirugía sin cicatriz, son las mejores en el tratamiento quirúrgico de los quistes de ovario. En la mayoría de los casos se realiza quistectomía, un procedimiento en el que se extirpa solamente el quiste y se mantiene el resto del tejido ovárico sano”, concluye el doctor Lobo.