El yoga no juzga, siempre es bien", afirma Mercedes Salaverry, profesora de yoga y fundadora de la marca Mercedes Flow Yoga® durante nuestra distendida charla sobre yoga, meditación y bienestar. Una conversación sobre cómo puede ayudar esta disciplina milenaria a todas las mujeres, sobre todo, en una época de cambios como es la menopausia. "El yoga te ayuda a crear un espacio de calma en tu interior y a iniciar un diálogo íntimo contigo misma donde te descubres como mujer, te haces amiga de tu cuerpo y vas cultivando una confianza y una seguridad en ti que es lo que te engancha y te empuja a volver a la esterilla", explica.
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-Cambios emocionales durante la menopausia: 'Pero ¿qué me está pasando?'
Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales, Mercedes decidió dar un giro personal y profesional a su vida cuando cumplió 40 años y ahora ha compartido con nosotros cómo el yoga cambió totalmente su día a día y cómo no solo le influyó en la rutina diaria, sino también en su faceta de madre de familia numerosa. Muy serena, pero inquieta con este mundo que tanto le apasiona, nos cuenta todos los beneficios del yoga, de las distintas disciplinas y cómo podemos aceptarnos tal y como somos a partir de la práctica. Además, nos ha dado algunos 'tips' para romper todas esas barreras que nos impiden empezar, sea cual sea la situación de cada una: "La verdadera transformación consiste en aprender a ser tu mejor amiga, a quererte, a estar contigo misma, entender tus necesidades, ser compasiva, cuidarte, mimarte, sentirte segura y fuerte".
-Harvard te recomienda que empieces a practicar yoga por todos estos motivos
Cuéntanos ¿qué hay detrás de Mercedes Flow Yoga® y cuándo surge ese punto de inflexión para cambiar totalmente tu vida?
Hay una historia de reinvención y de cambio de rumbo profesional total a los 40 años. Tras muchos años dedicada al mundo empresarial, tanto en diferentes multinacionales como en la empresa familiar, cuando nació mi cuarto hijo empezaron a brotar en mí nuevas inquietudes y surgió la semilla del emprendimiento. En ese momento me di cuenta de que el yoga, que yo empezaba a descubrir, tenía que ser el hilo conductor de mi nueva vida profesional 'extra'. Así nació Mercedes Flow Yoga, clases de yoga dinámicas y retadoras para empoderarte y hacerte sentir mejor.
Hablas de emprender, cuéntanos qué más haces además de tus clases
Además de dirigir un Estudio de yoga en Bilbao donde doy clases regulares, imparto formación para ser profesor de yoga avalada por la Yoga Alliance. Disfruto mucho organizando eventos y retiros tanto privados como corporativos en lugares muy especiales en los que cuido hasta el último detalle y, también, sesiones de bienestar en empresas que combinan yoga, meditación, breathwork (trabajo de respiración) y hábitos saludables. Todo, en inglés, francés o español. Como consultora, he elaborado un manual para la creación de espacios de yoga en los Hoteles Gran Meliá y en colaboración con Begoña Marañón, Directora Regional de la Cadena Ser y Podium Podcast, creamos en el 2021 el primer podcast de yoga, “Yoga para escuchar”.
Cuarenta y ocho años, cuatro hijos y ese cuerpazo, ¿cómo lo haces?
Muchísimas gracias, vaya piropazo. Es verdad que la genética ayuda y siempre he tenido una complexión bastante atlética, pero desde que practico yoga mi cuerpo ha cambiado de forma radical…¡a mejor!: me he estilizado y estoy más definida y más fuerte sin perder un ápice de feminidad. Siempre he comido muy bien y he llevado un estilo de vida bastante sano, pero, gracias al yoga, he ido incorporando nuevos buenos hábitos que se han convertido en mi filosofía de vida. Si llevas una vida sana, comes de forma saludable, haces un poco de ejercicio, duermes adecuadamente, bebes poco y te cuidas, y es tu forma de entender la vida, es mucho más difícil fallar y, si lo haces, no te sientes tan culpable. Sin embargo, el verdadero cambio se produce por dentro, no se ve. La verdadera transformación consiste en aprender a ser tu mejor amiga, a quererte, a estar contigo misma, entender tus necesidades, ser compasiva, cuidarte, mimarte, sentirte segura y fuerte pero también serena y centrada.
¿Qué ha supuesto el yoga para ti y de qué manera crees que puede ayudar a nuestras lectoras?
Me gusta decir que el yoga ha dado un marco a mi vida. Si bien la práctica empieza siendo fundamentalmente física, vas incorporando nuevos valores que hacen que la experiencia te transforme por dentro y, eso, se nota por fuera. Por si fuera poco, me ha abierto las puertas del mundo del bienestar, poniéndome en contacto con personas y actividades tan diferentes entre sí, lo que me reafirma en todos los días en mi decisión de cómo quiero vivir.
Yoga como forma de vida, ¿estás de acuerdo?
Sin duda. Tenemos que cuidarnos, pero no para estar delgadas y mantenernos jóvenes, fuertes y flexibles, sino para estar sanas y vivir mejor más tiempo. Primero, por nosotras mismas, porque somos superwoman y tenemos que estar y sentirnos bien para atender todos nuestros frentes (trabajo, familia…), segundo, para envejecer mejor, tercero, para prevenir enfermedades y si vienen, para enfrentarnos mejor a cualquier enfermedad o dificultad que nos sobrevenga (un divorcio, la enfermedad o pérdida de un ser querido…).
¿Con qué estilo de yoga te identificas más? ¿Crees que hay uno para cada tipo de persona?
Me identifico con estilos de yoga más dinámicos en general, aunque más que un estilo de yoga para cada tipo de persona creo que hay un estilo de yoga para cada momento. Si estás en un momento muy acelerado y con mucho estrés, quizá te conviene un yoga más tranquilo, que te calme y te ayude a mantenerte en tu centro. Aunque cada uno somos diferentes a la hora de elegir lo que necesitamos o nos hace bien. Lo que está claro es que sea cual sea el estilo de yoga que elijas, con todos vas a ganar en fuerza y en flexibilidad física y mental, vas a calmar tu mente y, por tanto, a dormir mejor, aliviar la ansiedad y reducir el estrés.
¿Qué consejo le darías a alguien que se quiere iniciar incluso a quién rechaza la práctica por que no le motiva o siente que no lo puede poner en práctica?
Que empiece y pruebe hasta encontrar un profesor o profesora que le inspire, en un horario que le venga bien y que vaya poco a poco, sin expectativas, que el yoga entra suave, pero cuando entra, ya no puede salir.
¿Cómo el yoga puede cambiar la vida de una mujer, qué beneficios puede aportarnos tanto físicos como mentales?
En estos momentos en los que las mujeres vivimos aceleradas, con una lista interminable de cosas por hacer, con un nivel de autoexigencia brutal, tenemos que crear momentos para parar. El yoga, la meditación y el trabajo de la respiración, entre otros, te ayudan a crear un espacio de calma en tu interior y a iniciar un diálogo íntimo contigo misma donde te descubres como mujer, te haces amiga de tu cuerpo y vas cultivando una confianza y una seguridad en ti, que es lo que te engancha y te empuja a volver a la esterilla.
¿Crees que la práctica del yoga está adaptada totalmente para las necesidades de las mujeres? Por ejemplo, ¿qué recomendarías a las mujeres que sufren los primeros síntomas de la menopausia para sentirse mejor?
El yoga es una disciplina bastante completa ideal para cualquier edad pero es verdad que en una época tan compleja como es la menopausia puede ser de gran ayuda. Cambios de humor, depresión, ansiedad, problemas para dormir o para concentrarte, calores nocturnos, incremento del peso corporal..... Numerosos estudios aseguran que la práctica del yoga mitiga los síntomas de la menopausia y favorece el equilibrio físico y mental, invitándote a aceptar y abrazar los retos de este momento de tu vida.
Cinco 'tips' para animar a las mujeres que aún no se han atrevido con el yoga por miedo
Que empiecen, sin vergüenza, que todas hemos tenido una primera vez. Que prueben, sea yoga u otra práctica que conecte cuerpo/mente que les haga bien. Que todas experimentamos sensaciones desagradables con nuestros cuerpos, pero tenemos que aprender a vivir con él. Que el yoga no juzga, siempre es bien. Que tenemos que estar bien, por nosotras y por los que nos rodean. Muchísimas gracias. Namasté.