Hoy en día, es frecuente que el concepto de salud mental y bienestar psicológico se confunda con la idea del pensamiento positivo. Y es que constantemente nos están bombardeando con libros, pódcast, videos y seminarios de autoayuda que prometen soluciones rápidas y sencillas a problemas complejos. Por ejemplo, cambia este tipo de pensamiento por otro y lograrás ser feliz. No, no es tan fácil. De hecho, este tipo de mensajes pueden aumentar la culpa y la angustia en aquellas personas que no pueden seguir estas indicaciones. De ahí que el psicólogo Carlos Sanz Andrea y Ricardo Mariscal, de #saludsinbulos alerten de esta tendencia de moda que puede hacernos mucho daño.
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Los problemas del pensamiento positivo extremo
Según explica Carlos Sanz, "confundimos con facilidad una salud mental equilibrada con el pensamiento positivo". Por ello, insiste en dar pautas a toda la población para poder hacer frente a los divulgadores de la distorsión de la terapia cognitivo conductual. "Estos mensajes tienen en cuenta las circunstancias, permiten empatizar con las personas, y evitan caer generalidades y obviedades que no funcionan,” señala el psicólogo.
Por su parte, Ricardo Mariscal, destaca la importancia de adoptar un enfoque más matizado. "Debemos desarrollar un decálogo que realmente contemple las circunstancias individuales de cada persona, permitiendo la empatía y evitando caer en generalizaciones que a menudo no son aplicables", explica Mariscal. Esta visión apunta hacia una comprensión más profunda y personalizada de la salud mental, que reconoce la complejidad y la singularidad de cada individuo.
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Ojo con las pseudoterapias
Otro de los temas que preocupa a ambos especialistas es la popularidad de las pseudoterapias, como la Bioneuroemoción, que a menudo carecen de fundamentos científicos sólidos. Para evitar caer en ellas, ambos expertos recuerdan a las personas que sufran algún problema psicológico o, simplemente, quieran mejorar su bienestar, que estén bien informados.
Por todo ello, han elaborado este decálogo que nos puede ayudar a evitar caer en la trampa del pensamiento positivo sin fundamento.
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El decálogo que te va a salvar del engaño de los falsos gurús
- No te sientas mal si no puedes amar incondicionalmente a los demás. Hay ofensas imperdonables y relaciones que es mejor no reanudar.
- Reconoce las tragedias. El mundo y nuestras vidas están llenos de desgracias e injusticias que no se pueden ignorar. Cuidado con quienes desestimen tus preocupaciones como "terribilitis". Negar la realidad solo conduce a desconectarse y a menudo resulta en despreciar o minimizar el sufrimiento ajeno. Aunque esté bien disfrutar, no debemos ocultar los problemas crónicos y estructurales.
- Es normal quejarse. Contrario a lo que dicen algunos gurús del pensamiento positivo, eso de que la "gente fuerte emocionalmente no se queja", expresar quejas y demandas es normal. Aquellos que rechazan toda queja viven en una represión constante y no pueden empatizar con los demás, lo que hace que su comportamiento se sienta forzado. Quejarse adecuadamente puede aumentar tu valor social y tu capacidad para influir positivamente en tu entorno.
- No te obsesiones con tu diálogo interno. A veces se promueve repetir afirmaciones positivas incesantemente, pero así no es cómo funciona la mente. No hay un subconsciente que reprogramar, y las afirmaciones excesivas pueden ser más perjudiciales que beneficiosas.
- La reciprocidad es clave en relaciones. Si te comunicas, te deben escuchar; si pides ayuda, deben intentar asistirte o explicar por qué no pueden. La gente debería preocuparse por cómo los tratan los demás, contradiciendo la idea de que no importa cómo te traten.
- Deja de obsesionarte con la felicidad. La definición de felicidad varía a lo largo del tiempo y entre individuos. No existe una receta única para alcanzarla, y a menudo, la felicidad se reconoce menos cuando se está verdaderamente feliz.
- El autocuidado excesivo puede ser narcisista. Hablar constantemente de autocuidado y usarlo para rechazar demandas es engañoso.
- Para que sea humor debemos reírnos todos y para que sea amor no debe doler. Los gurús predican el humor inoportuno y violento, y el amor como la panacea para aplacar las demandas. Incluso te dicen que hagas bromas cuando discutes con tu pareja. En realidad, no somos más libres o evolucionados por decir todo lo que queremos. Escucha, atiende al contexto, y busca el momento oportuno, que será cuando no vas a herir a las personas.
- El trabajo no siempre es divertido. La idea de que todas las actividades deben ser entretenidas es errónea y puede hacer que nada lo sea realmente.
- Amarse incondicionalmente no equivale a tener autoestima. Parece atractivo, adecuado y necesario, pero la Psicología sostiene que la autoestima no consiste solo en lo que piensas de ti. No hay autoestima aislada, este mantra es uno de los más peligrosos, puesto que supone atribuir envidia o ignorancia a toda crítica y hay críticas tremendamente acertadas.
La rigidez que predican los gurús de la felicidad y el positivismo está asociada al poder, al dinero, a su estructura, nunca tolerarán una crítica por acertada que sea porque de ello depende su modo de vida.
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