Puede ser que en estos días de primavera hayas padecido dolores de cabeza. No es extraño y la causa puede estar en los cambios de presión atmosférica que trae consigo esta estación, que favorecen la aparición de las temidas cefaleas. De hecho, las personas diagnosticadas con migraña -una afección que en España afecta a más de 5 millones de personas según la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE)- son las más afectadas.
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Sin duda, el tiempo en primavera es muy variable, se puede pasar de un chaparrón a un momento de mucho calor o amanecer con temperaturas bajas y viento. “El tiempo variable actúa como desencadenante de la cefalea y quienes las padecen sufren más ataques cuando el tiempo es inestable, especialmente cuando se nubla, baja la presión barométrica o llueve. Además, la inestabilidad meteorológica favorece las modificaciones del estado de ánimo y ello afecta a la serotonina, que es uno de los neurotransmisores más relacionados con la cefalea, detalla el doctor Jorge Máñez, neurólogo del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre.
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Diferencias entre una cefalea y una migraña
Una de las dudas que nos surge es si es lo mismo una cefalea que una migraña. El doctor explica que no son exactamente lo mismo. “La cefalea hace referencia al dolor de cabeza, y entre las más frecuentes se encuentra la de tipo tensional, que se caracteriza por ser habitualmente un dolor menos localizado, opresivo, como un casco, de intensidad más leve y con menor impacto en la actividad habitual”, nos cuenta. Mientras, por su parte, la migraña “es otro tipo de cefalea que se distingue por ser un dolor unilateral, pulsátil, con una intensidad que suele ser moderada-severa y que suele ser incapacitante y demandar reposo”.
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Cómo se manifiesta la migraña
Tal y como nos explica el doctor Máñez, la migraña es un tipo de dolor de cabeza que puede presentarse con síntomas como náuseas, vómitos o sensibilidad a la luz y al sonido. “En muchas personas, se siente un dolor pulsátil (como si te latiese el corazón en la sien) únicamente en un lado de la cabeza”, nos cuenta el especialista.
Además, es una dolencia que afecta especialmente a la mujer. “Incide sobre todo en el sexo femenino, siendo muy habitual la aparición de migrañas durante o al final de la menstruación. Además, tienden a aparecer los primeros episodios entre los 10 y los 45 años y su origen, en muchas ocasiones, puede ser hereditario”, nos detalla.
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Cómo tratar las migrañas
Toca, por lo tanto, ponerse manos a la obra para tratar de mitigar los síntomas de este problema de salud que condiciona la vida de quien lo padece. Por ese motivo, la migraña crónica conlleva un manejo global cuyos objetivos son reducir la frecuencia de las crisis, la discapacidad asociada y mejorar la calidad de vida de los pacientes. “El tratamiento del paciente con migraña crónica requiere tratar simultáneamente los factores de riesgo potencialmente modificables, reducir el uso excesivo de analgésicos y utilizar tratamientos sintomáticos y preventivos adecuados, incluidos los bloqueos anestésicos, la plicación de bótox y, si precisa, pautar anticuerpos monoclonales frente al péptido relacionado con el gen de la calcitonina (calcitonin gene related peptide, CGRP)”, comenta el doctor Vicente Gonzalez, neurólogo de Vithas Valencia 9 de Octubre.
Y no podemos perder de vista que la implicación del paciente es fundamental. Por eso, es importante que el paciente comprenda la complejidad de su situación y que se comprometa a un seguimiento adecuado de las medidas farmacológicas y no farmacológicas que se le indiquen. “Además, debe llevar un calendario de cefaleas para objetivar el seguimiento clínico. Es clave la individualización del tratamiento sintomático en función de las características de cada paciente”, nos explica el especialista quien, además, subraya que “es importante que el impacto sobre el funcionamiento habitual y sobre la personalidad sea reducido también con un abordaje psicoterapéutico cognitivo-conductual para mejorar el afrontamiento de la enfermedad y disminuir la pérdida de productividad laboral”.