Hay soplos asintomáticos que no necesitan tratamiento. Sin embargo, es el médico quien tiene que decirnos cual es la gravedad de esta condición. Te explicamos qué es un soplo y todo lo que necesitas saber
Si bien el diagnóstico de un 'soplo' en el corazón puede sonar preocupante, es esencial entender que no siempre es señal de un problema grave. Con la atención médica apropiada y un estilo de vida saludable, las personas con soplos cardíacos pueden vivir bien. La detección y el tratamiento precoz es clave. Hablamos con un experto para comprender esta condición médica.
Un soplo cardíaco es un sonido extra que el médico puede oír al auscultar el corazón con un estetoscopio. Este sonido, que se describe frecuentemente como un silbido o un zumbido, es el resultado de un flujo sanguíneo anormal dentro del corazón. "No todo soplo cardiaco es el reflejo de una enfermedad cardiovascular, ya que también podemos encontrar soplos en población sana", explica el Dr. Juan Pablo Canepa, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Sanitas CIMA.
¿Cómo saber si tienes un soplo cardíaco?
En la mayoría de los casos, los soplos cardíacos son detectados durante un examen físico rutinario, especialmente si no se acompañan de síntomas.
Como matiza el experto en cardiología, "un soplo puede cursar de forma asintomática, sobre todo cuando es un soplo benigno (fisiológico) que podemos encontrar en población sana. Si, por el contrario, el soplo es el reflejo de una patología cardiaca entonces puede provocar síntomas como sensación de ahogo o falta de aire al realizar esfuerzos (disnea), opresión precordial o dolor torácico, sincope (conocido también como lipotimia o pérdida brusca de conocimiento) o signos físicos como retención de líquido en las piernas (edema de miembro inferior).
El diagnóstico de soplo se realiza en la exploración física mediante la auscultación cardiaca. Es aconsejable completar el estudio del soplo mediante un ecocardiograma doppler color o resonancia magnética cardiaca para determinar si se trata de un soplo funcional (benigno) o si se trata de un soplo secundario a cardiopatía estructural.
Fundamentalmente, hay dos tipos de soplos: el soplo benigno (funcional) y el soplo secundario a cardiopatía.
El primer tipo de soplo es el que llamamos benigno (funcional) y está presente en población sana, sin cardiopatía. Es habitual encontrarlo en los primeros años de vida (en la infancia) y con el paso de los años desaparece. No genera síntomas. No precisa tratamiento.
El segundo tipo de soplo es el que obedece a una cardiopatía estructural. Es el reflejo de un problema en la estructura o función cardiaca. Por ejemplo, hay soplos secundarios a enfermedades valvulares que se adquieren a lo largo del tiempo (en nuestro entorno la enfermedad valvular más frecuente es la estenosis aórtica). También hay soplos secundarios a una cardiopatía congénita (malformación cardiaca de nacimiento).
Los factores de riesgo para desarrollar un soplo cardíaco pueden ser congénitos o adquiridos a lo largo de la vida.
Aquí detallamos los principales factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo de un soplo por cardiopatía:
Tabaco. Fumar cigarrillos está estrechamente vinculado con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. El consumo de tabaco daña las paredes arteriales y facilita la acumulación de placas ateroscleróticas, afectando la estructura y función del corazón.
Colesterol elevado (dislipemia). Los altos niveles de colesterol pueden provocar depósitos grasos en las arterias. Esta condición restringe el flujo sanguíneo y puede alterar la funcionalidad cardíaca, incrementando el riesgo de soplos cardíacos.
Hipertensión arterial. Esta condición ejerce una presión excesiva contra las paredes de las arterias, dañando el corazón y los vasos sanguíneos con el tiempo, lo que puede contribuir a la aparición de soplos.
Sobrepeso. El exceso de peso aumenta la demanda sobre el corazón, lo que puede desencadenar o agravar problemas cardíacos, incluidos los soplos.
Diabetes mellitus. La diabetes afecta la habilidad del cuerpo para procesar la glucosa adecuadamente, lo que puede resultar en daños a nivel vascular y complicaciones cardiovasculares.
Estilo de vida sedentario. La falta de actividad física es un factor de riesgo significativo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, que pueden deteriorar la función del corazón y generar soplos.
Estrés. El estrés crónico puede tener efectos adversos sobre el corazón, aumentando la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que podría afectar negativamente la salud cardíaca.
Insuficiencia renal. Los problemas renales pueden llevar a complicaciones cardiovasculares, dado que los riñones juegan un rol crucial en la regulación de la presión arterial y el balance de fluidos.
Fiebre reumática en la infancia. Esta enfermedad resulta de infecciones bacterianas no tratadas y puede causar daños a largo plazo en las válvulas cardíacas, siendo una causa frecuente de soplos cardíacos en adultos.
El abordaje terapéutico de un soplo cardíaco varía en función de su causa. Los soplos denominados 'benignos' no necesitan tratamiento, ya que no afectan la salud del individuo. No obstante, si el soplo es consecuencia de una alteración en las válvulas o la estructura del corazón, puede requerir intervenciones que incluyen desde medicación hasta procedimientos quirúrgicos, dependiendo de la severidad de la alteración.
Así, como insiste el Dr. Canepa, "el tratamiento del soplo debe ser individualizado: habrá algunos que no precisen tratamiento, otros van a requerir un tratamiento farmacológico con pastillas, y algunos van a requerir una intervención cardiológica ya sea mínimamente invasiva (percutánea a través de cateterismo) o una intervención invasiva como la cirugía cardiaca".
Aunque vivir con un soplo cardíaco puede requerir algunos cambios, especialmente si está relacionado con una alteración cardíaca, la mayoría de las personas pueden mantener una calidad de vida óptima.
"Si el soplo es benigno (funcional) no impactará en la calidad de vida, ya que no afecta a la función cardiaca. Por el contrario, si el soplo es secundario a cardiopatía impactará en la morbilidad (síntomas y calidad de vida) e incluso impactará en la mortalidad en los casos en el soplo sea el reflejo de una grave cardiopatía grave que no ha recibido tratamiento.
Prevenir las patologías cardiacas depende mucho de nuestros hábitos de vida. "Es posible prevenir los soplos asociados cardiopatía por calcificación de las válvulas cardiacas: eliminado o controlando los factores de riesgo cardiovascular clásicos ya mencionados", asegura este especialista. Por ello:
Mantén una dieta saludable: opta por una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras. Limita la ingesta de grasas saturadas, sal y azúcares añadidos. Una nutrición adecuada es fundamental para mantener el corazón fuerte y minimizar el riesgo de complicaciones.
Ejercicio regular: el ejercicio es esencial para mantener la salud cardiovascular. Consulta con tu médico sobre el tipo y la intensidad del ejercicio adecuado para ti. Actividades como caminar, nadar o andar en bicicleta pueden ser buenas opciones que ayudan a fortalecer el corazón sin someterlo a un estrés excesivo.
Controla tu peso: mantener un peso saludable ayuda a reducir la carga de trabajo del corazón y minimiza el riesgo de desarrollar hipertensión y otras complicaciones cardiovasculares.
Evita el tabaco y limita el alcohol: fumar es un riesgo significativo para la salud del corazón, y el alcohol puede afectar la función cardíaca. Evitar el tabaco y limitar el consumo de alcohol son pasos esenciales para proteger tu corazón.
Maneja el estrés: el estrés prolongado puede afectar negativamente el corazón. Prácticas como la meditación, el yoga, y técnicas de respiración pueden ser útiles para manejar el estrés diario.
Chequea tu salud: es vital tener revisiones regulares con tu cardiólogo para asegurarte de que la salud de tu corazón está bien y ajustar cualquier tratamiento si es necesario. Esto también te permitirá resolver cualquier duda o inquietud que puedas tener sobre tu salud cardíaca.
Soplos en los niños
Los niños pueden tener un soplo. "Cuando es benigno (funcional) no precisará tratamiento, ya que se considera algo fisiológico o natural. En cambio, si es el reflejo de una cardiopatía congénita (malformación cardiaca de nacimiento) entonces sí que hay que plantear un tratamiento acorde a la etiología del soplo (motivo o causa del soplo)", concluye el jefe de Cardiología del Hospital de Sanitas CIMA.
,type=downsize)
© Getty Images
© Getty Images
