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Quizá hayas escuchado hablar de la personalidad divergente. De hecho, redes sociales como TikTok están llenas de perfiles de personas que se consideran así. Pero ¿qué entendemos por personalidad divergente? ¿Cómo son las personas que se identifican con este rasgo de la personalidad? Para conocerlo más a fondo, hablamos con el psicólogo Miguel Ángel Fernández de www.mundopsicologos.com.
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¿Cómo se define la personalidad divergente?
Es aquella personalidad que se caracteriza por un pensamiento divergente, es decir, un pensamiento que se sale de lo común o de lo preestablecido y es capaz de idear diferentes soluciones a un mismo problema. Se suele relacionar con la creatividad e incluso con la rebeldía.
Una persona con una personalidad divergente destaca del resto en que es capaz de ver más allá de lo preestablecido y de plantear nuevas ideas en lugar de aplicar lo ya aprendido. Suelen ser personas inconformistas que desafían los preceptos de la sociedad y por lo tanto, pueden topar con la incomprensión y el temor de personas más cuadriculadas.
No se nace ya con una personalidad divergente sino que esta se va desarrollando y potenciando, de modo que cualquiera puede mejorar para tener un pensamiento más divergente. También, nuestros valores, actitud y motivaciones nos enfocan a pensar de manera más divergente.
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Los principales retos de las personas divergentes
Por lo general, el mayor reto de una persona con esta personalidad es encontrar su lugar en la sociedad, ya que al tener un estilo de pensamiento que difiere del de la mayoría no es extraño que suelan ser personas incomprendidas en su entorno. También, pueden ver limitado su potencial por los prejuicios de los demás.
Por otro lado, ser divergente tiene ventajas en muchos contextos, por la sencilla razón de que estas personas destacan por su capacidad novedosa de solución de problemas, la originalidad de sus ideas o la perseverancia a la hora de llevar a cabo sus proyectos. Por lo tanto, este tipo de personalidad es muy demandada en el mundo del marketing, el arte y empresarial; cuando se trata de diseñar nuevos productos que satisfagan las demandas de la sociedad.
Tener un pensamiento divergente puede tener tanto un impacto negativo como positivo. Positivo porque las personas divergentes suelen ser espontáneas, naturales, lo que les facilita mostrarse tal cual son ante los demás, aunque esto es también un arma de doble filo al tener que enfrentarse a veces a personas que no conciben las ideas innovadoras y están muy apegadas a lo normativo.
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¿Están estigmatizadas estas personas?
Mi opinión es que sobre todo en colegios, institutos y otros centros educativos las personas divergentes pueden ser tomadas por alumnos desobedientes o distraídos, ya que al no amoldarse tanto como los demás al método mecánico que imponen de aprendizaje basado en observar y repetir pueden sentirse desmotivados con la educación reglamentada. En este sentido, hay todavía mucho que mejorar. Y no, no creo que más allá de esto haya un estigma asociado a esta clase de personalidad.
Por otra parte, a veces se suele confundir la divergencia con un alto coeficiente intelectual. Y esto en muchos casos no es así. No se debe de tomar a una persona divergente como alguien superdotado, fuera de lo común. Tampoco ha de confundirse creatividad con pensamiento divergente, pues el pensar divergentemente es un factor de la creatividad (ver múltiples soluciones innovadoras a un problema) Mientras que la creatividad es la facultad de crear.
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¿Se puede potenciar la personalidad divergente?
Sí, estimulando las capacidades creativas con técnicas como la lluvia de ideas (o brainstorming), llevar un diario de ideas o pensar en maneras novedosas de utilizar objetos cotidianos como por ejemplo, un lápiz. También recomiendo practicar alguna actividad artística como escribir o pintar.
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