El actor Jamie Dornan, protagonista de la película '50 sombras de Grey', tuvo un buen susto a finales de enero, durante un viaje a Portugal: tuvo que ser hospitalizado con síntomas de infarto debido al contacto con una oruga. Te lo contamos ahora porque lo mismo que le ocurrió a él podría pasarte a ti, ya que algunos bosques están plagados de oruga procesionaria, la responsable de este incidente. Nos lo explica todo el Dr. Josep Esteve, coordinador de la Unidad de Medicina Interna del Hospital Vithas Valencia 9 de octubre.
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Los riesgos de la oruga procesionaria para la salud
La oruga procesionaria del pino es la forma larvaria del lepidóptero nocturno Thaumetopoea pityocampa (TP). Supone una plaga forestal en los países mediterráneos y se está expandiendo hacia el norte de Europa por el calentamiento global. En sus tres últimos estadios larvarios tiene unos pelos urticantes pequeños, que se desprenden fácilmente y pueden transportarse por el viento. Estos pelos pueden producir distintas patologías, entre las que destaca la afectación cutánea, que se manifiesta fundamentalmente como urticaria de contacto y dermatitis papulosa.
También son capaces de clavarse e irritar la mucosa conjuntival y de penetrar en la vía respiratoria produciendo manifestaciones a este nivel.
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¿Qué provoca el contacto con una oruga procesionaria?
Los mecanismos patogénicos implicados incluyen el mecánico o irritativo y el alérgico por hipersensibilidad mediada por IgE, donde las reacciones son inmediatas, repetidas y progresivamente más graves.
La mayoría de las reacciones son leves y pasajeras, y muchas veces el mismo paciente conoce la causa y no le da importancia o simplemente se automedica. Sin embargo, en ocasiones la sospecha clínica no es tan evidente y los diagnósticos diferenciales son múltiples.
La presentación clínica puede mostrar diferentes aspectos, como áreas donde las células han muerto, la formación de pequeñas ampollas, la presencia de inflamación que pueden formar bultos, la acumulación de células defensivas llamadas linfocitos o cualquier otro tipo de reacción inflamatoria. La afectación cutánea es la manifestación clínica más frecuente por la exposición a esta oruga. También son habituales las manifestaciones oculares y, ya más raramente, los síntomas respiratorios e incluso las reacciones anafilácticas.
Las lesiones cutáneas se localizan con mayor frecuencia en las zonas expuestas, siendo característica la afectación del cuello y de las extremidades, sobre todo muñecas, antebrazos y tobillos.
Cuando se produce una reacción anafiláctica es cuando podría acompañarse de un síndrome coronario. El síndrome de Kounis es la asociación de síndrome coronario agudo secundario a una reacción de anafilaxis, la cual es producida por mediadores inflamatorios y vasoactivos.
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¿Cómo prevenir que esto ocurra?
En el periodo de finales de invierno-principios de primavera es cuando las personas que van al monte pueden verse especialmente afectados por el carácter urticante de las orugas, por lo que es aconsejable evitar acercarse a aquellas zonas con elevada presencia de procesionaria.
Asimismo, hay que tomar estas otras precauciones:
- Nunca tocar o acercarse a los nidos o a las orugas (especial cuidado con los niños y mascotas).
- No retirar los nidos o las orugas. Debe realizarlo personal especializado.
- Mantener los animales domésticos alejados de árboles infectados.
- No pasear bajo ni cerca de los árboles afectados.
- En caso de no poder evitar estar en zonas infectadas, llevar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo y llevar gorra y gafas.
- Evitar frotarse los ojos durante el desplazamiento por las zonas infectadas, y después de estar en las mismas.
- Ducharse y lavarse la cabeza lo antes posible. Lavar la ropa que se ha utilizado en el paseo o viaje.
- Evitar secar la ropa al aire libre en las zonas afectadas.
- Consultar al médico o farmacéutico para el tratamiento de la irritación y el dolor tras el contacto con nidos, orugas o pelos procedentes de los mismos.
- En los casos de reacción alérgica de rápida evolución, sobre todo, con afectación de la vía aérea, se debe acudir inmediatamente a un servicio de urgencias para valoración y tratamiento.
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Cómo se debe tratar el contacto con la oruga
Cuando alguien entra en contacto con el insecto, lo primero que hay que hacer es lavar de forma enérgica con agua y jabón para retirar los pelos del insecto que pueden haber quedado pegados. Posteriormente, se atenderá en función de la zona donde entre en contacto y de la severidad del cuadro clínico. Los casos leves se tratarán con una crema con corticoide tópico. Además, el afectado tendrá que tomar un antihistamínico cada ocho horas.
En los episodios más intensos, con síntomas tales como la dificultad para respirar o hinchazón de la cara será necesario acudir a un centro de urgencias para recibir un corticoide intramuscular.