“La hipnosis es un estado de profunda relajación del sistema nervioso, sin embargo, el cerebro sigue activo”, nos adelanta Alejandra Vallejo-Nájera, psicóloga y colaborada de Petit BamBou, que detalla que al acceder al subconsciente a través de la hipnosis se puede activar la capacidad de curación y mejorar el bienestar, tanto físico como mental. Ya en 1955 la Asociación Médica Británica recomendó la hipnosis para tratar problemas psicológicos y enfermedades psicosomáticas. Se trata de una opción que permite aumentar el umbral del dolor, controlar el estrés, reducir el insomnio y mejorar la concentración y la memoria.
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Beneficios de la hipnosis
En España, esta técnica es muy conocida en terapias para dejar de fumar o adelgazar, pero puede hacer mucho más. Así, desde Petit BamBou nos resumen cuáles son algunas de sus aplicaciones:
- Aumenta la autoestima.
- Disminuye la ansiedad.
- Mejora la calidad de sueño.
- Ayuda a sustituir comportamientos dañinos por otros buenos.
- Aumenta la capacidad de concentración y el aprendizaje.
- Relaja el sistema nervioso y te entrena para que mantengas la calma incluso en situaciones más adversas.
“A veces los beneficios se notan después de una primera sesión, pero lo más habitual es necesitar repetir la misma sesión entre 5 y 10 veces, a la décima vas a empezar a notar que eso que te daba miedo, esas inseguridades, esas insatisfacciones, ese exceso de estrés o de ansiedad van a reducirse sustancialmente”, añade Alejandra Vallejo-Nájera.
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Autohipnosis e hipnosis, ¿son lo mismo?
Hoy queremos hablar de la diferencia entre la hipnosis y autohipnosis. Lo cierto es que sus fases y procedimiento son idénticos y la diferencia radica en que, en la hipnosis, la sesión se realiza en un entorno clínico y la dirige, normalmente en vivo, un profesional de la psicología. Así, los expertos aclaran que este tipo de hipnosis está destinada a resolver casos clínicos concretos, por ejemplo, una fobia a los insectos o montar en avión. El terapeuta conoce el caso específico de su cliente y, por tanto, las sugestiones en la sesión van al grano. La hipnosis clínica se centra en casos clínicos que amenazan el bienestar el paciente.
Mientras, la autohipnosis es una guía auditiva con un foco más genérico, que puedes realizar en casa sin la intervención de un profesional clínico y sin que sea preciso padecer un tipo de trastorno o patología, apta para cualquier adulto. Su práctica fortalece la buena comunicación entre el cerebro consciente y el inconsciente, lo cual ayuda a tomar mejores decisiones y a resolver problemas. Igual que en una sesión hipnótica clínica, aquí también las sesiones tienen la capacidad de relajar el sistema nervioso de un modo muy profundo.
Las prácticas de autohipnosis pueden ayudar a aliviar la ansiedad, mejorar la autoestima, relajar el exceso de perfeccionismo o rendir mejor en el trabajo. “No sustituyen a la terapia convencional, pero sí pueden completarla enormemente”, nos cuenta la experta. Esta metodología tiene como objetivo suavizar el desgaste de nuestro sistema nervioso debido a la ansiedad y el estrés. Eso sí, debes tener unos condicionantes en mente si decides probar:
- No esperes resultados inmediatos. Puede que lo sientas desde la primera sesión o puede que necesites repetir la sesión algunas veces más para experimentar los beneficios. Alejandra Vallejo-Nágera recomienda hacer cada una de estas sesiones de autohipnosis al menos diez días seguidos. “Resulta muy sorprendente cómo cada vez puedes escuchar cosas diferentes”.
- Haz un seguimiento de tu evolución. “Apunta en un cuaderno los cambios sutiles que se puedan ir notando. Por ejemplo: hoy he dormido más profundamente, no me he alterado yendo al trabajo o no he comido con tanta ansiedad…”, recomienda la experta.
- Y por supuesto, no tengas prisa en acabar una sesión para pasar a la siguiente. Tu subconsciente tiene mucho que contarte, déjale tiempo y espacio.