En estos días de Semana Santa, quien más quien menos disfrutará de unos días de descanso en los que, inevitablemente, podemos salirnos de la rutina en lo que a nuestra alimentación se refiere. Y esos cambios en tus hábitos pueden no sentarte del todo bien, ya sea por la calidad de esa comida o por la cantidad que tomes. Hay que tratar de evitar esas molestias y esa pesadez que pueden producirnos algunas comidas. "Si bien es cierto que hay alimentos que te pueden caer mejor o peor, lo cual es muy importante tenerlo en cuenta para evitarlos, quiero compartirte unas pautas que te va a ayudar a tener una mejor digestión", nos comentan desde la Escuela de Nutrición Emocional fundada por Fran Sabal, nutricionista experta en gestión emocional.
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Así, la experta resume las que son, en su opinión las 8 claves que nos pueden ayudar a mejorar nuestra digestión. Toma nota:
- Su primera recomendación es beber agua antes de que confundas el hambre con la sed, lo que sucede en no pocas ocasiones. Esto te lleva a ingerir mayores cantidades de alimentos de las necesarias. “Por tanto, te invito a que tomes un vaso de agua antes de cada comida”, apunta.
- Préstale la importancia que realmente tiene a la respiración. Realiza 3 respiraciones antes de cada comida. ¿El motivo? El oxígeno es fundamental en la combustión de alimentos, con lo cual, gracias a una correcta respiración, metabolizas mejor la comida, beneficiando la absorción y digestión.
- Es habitual que hagamos actos reflejos, casi en modo piloto automático y no tomemos consciencia mientras comemos. Es algo que debemos cambiar, pues es importante ser conscientes en cuerpo y mente de que estamos comiendo, para así ingerir las cantidades justas. Si no estás atenta al momento de comer, para tu cerebro es como si no hubieras comido, por lo tanto, no terminarás de saciarte y necesitarás más comida.
- Realiza actividades de relajación, como el mindfulness o meditación, o tomarte un momento del día para hacer alguna actividad que te relaje, como pintar o tocar algún instrumento musical, aunque sea por 15 minutos.
- Como no podía ser de otra forma, debemos seguir una alimentación saludable y natural, ya que todos los productos procesados y refinados generan inflamación intestinal y barren con nuestra microbiota. Opta siempre por alimentos en su versión natural.
- También está relacionada con tu digestión la actividad física que realices. Cuando hacemos deporte y nos mantenemos activos nos ayudará mucho en la regulación del estrés, que repercute directamente sobre nuestra microbiota.
- También es útil prestar atención a nuestra gestión emocional, para así aprender a aceptar y gestionar tus distintas emociones y no vivir en una montaña rusa emocional que puede llegar a afectar a tus digestiones.
- En ocasiones es necesaria la suplementación de prebióticos, probióticos, vitaminas y minerales. Todo depende de cada persona, ya que muchas veces al mejorar tu estilo de vida y entregarle a tu cuerpo lo que necesita mediante la alimentación, gestión del estrés y actividad física, ya es capaz de producir todo lo necesario.
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