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mujer triste sofa© Adobe Stock

Así es como el estrés puede agravar tus problemas de tiroides

El problema es mayor si se trata de un cuadro de estrés mantenido, porque puede agotar al tiroides y que deje de funcionar de forma adecuada


Actualizado 25 de marzo de 2024 - 14:56 CET

El estrés, sobre todo cuando se cronifica, no es buen aliado de nuestra salud. Cuando estamos estresados acabamos sintiéndonos mal físicamente, algo que se incrementa cuando la situación se mantiene en el tiempo, lo que puede hacer que aparezca la temida inflamación o que acabe afectando a nuestro sistema inmunológico. Teniendo todo esto en cuenta, nos hemos preguntado si también existe un vínculo entre el estrés y la salud de nuestra glándula tiroides.

“El estrés condiciona y perjudica nuestra salud porque interfiere en la función normal de nuestro organismo. Las glándulas principalmente implicadas en responder al estrés son las suprarrenales, pero el estrés afecta de forma muy significativa a la función tiroidea. Provoca al tiroides instantes de mayor activación, de secreción hormonal intensa, originando picos de sobreesfuerzo del que, evidentemente, se puede recuperar”, nos anticipa el doctor Pedro Pablo Ortiz Remacha, endocrino, especialista en tiroides y pionero en el tratamiento de nódulos benignos de tiroides sin cirugía, sino utilizando la termoablación por ultrasonidos. Incide, además, en la idea que apuntábamos al comienzo: “El problema se agrava si el estrés es mantenido, porque puede agotar al tiroides y que deje de funcionar de forma adecuada o acabar con ella definitivamente”.

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mujer palpándose el cuello© Adobe Stock

Agravar los problemas de tiroides

Todo parece indicar que el estrés puede llegar a agravar los problemas de tiroides que ya existen. “Cuando el tiroides no funciona bien, el estrés va a agravar los síntomas y puede llevar a modificar los tratamientos que lleva el paciente”, apunta el especialista, que nos pone varios ejemplos para entender mejor esta relación:

  • En una persona con hipertiroidismo, el estrés va a agravar sus síntomas con más taquicardias, nerviosismo, insomnio, pérdida de peso, diarrea o agresividad; y en esa situación el paciente puede llegar a encontrarse muy desestabilizado.
  • Una persona con hipotiroidismo sometida a estrés crónico puede pasar por momentos donde se encuentre más enérgico, pero con el tiempo va a sentir cansancio extremo, apatía, depresión, aumento de peso, estreñimiento, hipotensión y sensación de muy poca fuerza; con lo que se encontrará mal y preocupado por su salud.
  • Cuando el estrés sobreviene en una persona predispuesta genéticamente, puede desarrollarse una tiroiditis autoinmune. En este caso, la sintomatología es tan variada que el paciente está completamente desorientado y no sabe qué le pasa. Se alternan síntomas de hipertiroidismo con los del hipotiroidismo, estando a la vez nervioso pero cansado, irritable y triste, agotado, pero sin poder dormir.
  • Por último, hay evidencias de que el estrés puede aumentar el tamaño de los nódulos tiroideos. En este sentido, en nódulos que no daban síntomas, puede que el paciente empiece a tener molestias al tragar o alteraciones en la voz. También pueden hacerse más palpables y dificultar los movimientos del cuello o el descanso nocturno al dormir de uno de los lados y notarse esta molestia en el cuello.

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“En resumen, el estrés, tanto en el hiper como en el hipotiroidismo o en pacientes con nódulos en el tiroides, puede alterar mucho al paciente, modificando sus síntomas y necesitando ajustar su medicación”, nos explica.

¿Es el estrés, por tanto, un factor de riesgo para los problemas de tiroides? “Por supuesto, el estrés es un factor de riesgo tanto para el tiroides sano como para el que ya presenta alguna patología. Al tiroides sano, lo va a desestabilizar, y al que ya funciona mal, va a empeorarlo. En el caso de los nódulos tiroideos, seguramente aumentarán de tamaño y serán más visibles y molestos”, detalla.

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¿Se puede evitar que el estrés afecte a nuestra glándula tiroides?

En opinión del especialista, lo primero que tenemos que hacer es evitar el estrés de una forma general. “Pero, como esto es muy difícil, debemos ser conscientes de que el estrés empeora nuestra salud, inflama nuestro organismo y produce envejecimiento prematuro. Esto nos tiene que motivar a trabajar nuestra gestión emocional, con el objetivo de que nos haga el menor daño posible”, sugiere el doctor.

Y centrándonos en el tiroides, explica que tendremos que ajustar la medicación en función de los síntomas que tengamos. “El aporte de suplementos como el selenio y el zinc van a fortalecer al tiroides y le darán mayor resistencia frente al estrés. En plena crisis de estrés, los suplementos con melisa, valeriana, pasiflora, grifonia o azafrán pueden ser de ayuda si los mantenemos varios meses”, nos recomienda.

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