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Estos son los efectos de ayunar tras un exceso

Hablamos con dos expertos sobre si es una buena opción recurrir al ayuno como medida compensatoria tras comer en exceso

Actualizado 20 de marzo de 2024 - 13:37 CET20 mar 2024 - 13:37 CET

Hay circunstancias en las que comemos demasiado, cometemos excesos de los que luego, no pocas veces, nos arrepentimos. Y ante esta situación, hay personas que tras un exceso, optan por realizar un periodo de ayuno, ¿es o no recomendable hacerlo? Hemos hablado con dos expertos sobre ello.

Factores que debemos tener en cuenta

Tal y como nos explica José María Sánchez Navarro, micronutricionista especializado en nutrición ortomolecular, hay que tener en cuenta algunos factores previos para poder entender si el ayuno o no tras un exceso es una buena alternativa. Lo primero de todo es constatar que toda depuración celular requiere de energía, hidratación y micronutrientes. ¿Quién proporciona la energía en las células? Nuestras mitocondrias, orgánulos que se encuentran en el citoplasma de la célula (liquido interno de la célula). El segundo factor es que para que dichas mitocondrias hagan bien su función de producir energía se requiere del elemento más indispensable para nuestra vida, el agua. Esta ayuda a regular el equilibrio de la bomba sodio-potasio, el canal del calcio y la elasticidad de la membrana celular. Las mitocondrias que son fundamentales para nuestra vida requieren de mínimo estas funciones a través del agua.

Y el experto cita un tercer factor, muy importante, y es que se requiere de una gran cantidad de micronutrientes para la desintoxicación celular, tales como los cofactores enzimáticos o también llamadas vitaminas del grupo B, oligoelementos, vitaminas liposolubles con la vitamina A, D y E o también coenzimas con la Q10.

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Entonces, ¿es una buena idea optar por el ayuno tras un exceso?

"Por lo tanto, sabiendo estos factores importantes para la detoxificación celular, si después de un día o fin de semana lleno de comidas copiosas (fritos, dulces, embutidos, azucares refinados, grasas trans) decidimos hacer un ayuno para bajar peso o no engordar, que es lo que se suele pensar, al no tener los nutrientes necesarios en la célula, todos los tóxicos no tendrán la posibilidad de ser drenados por la célula y, por ende, el proceso de ayuno se convierte en un fenómeno tóxico más que una eliminación de desechos y equilibrio para la salud", anticipa el experto.

Coincide Gemma Tendero Ozores, especialista en nutrición y dietética y miembro de Top Doctors. “Cualquier medida compensatoria tras excesos, incluyendo el ayuno, no es un enfoque recomendado para controlar la ingesta o mejorar la salud. El ayuno puede parecer una solución rápida para hacer frente a los excesos, pero no la mejor y más saludable”, nos dice, y añade que los excesos se pueden cometer en cuanto a cantidad y calidad de alimentos. “Al restringir con un ayuno, nuestro organismo puede ralentizar el metabolismo, alterar los niveles de glucosa e insulina en sangre, entre otras. También puede tener efectos negativos en el rendimiento diario".

La experta trata de explicárnoslo de manera más sencilla. “Nuestro cuerpo necesita gasolina de calidad A, pero le damos calidad D y encima esa gasolina la damos exceso. Por otro lado, nuestro cuerpo tiene un almacenamiento de energía y otro pequeño almacenamiento de ciertos nutrientes (no de todos). Lo que ocurre dándole esa gasolina calidad D en exceso es que los nutrientes que necesita nuestro cuerpo llegan más en cuanto a la energía (que se almacena) y en menor cantidad por la calidad de los alimentos (y los que contienen). Quizá con ese almacenamiento pueda durar un tiempo (dependiendo de si se padecen o no enfermedades, el momento del ciclo vital en el que nos encontremos o de la actividad física), pero hay algunos sistemas que se pueden alterar, ya que un día le damos mucha energía y otro día no le damos nada. Un día le damos menos nutrientes y otro día ninguno”, nos detalla la nutricionista.

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Realizar el ayuno siempre bajo supervisión

La experta de Top Doctors matiza, en cualquier caso, que sí que es cierto que existe investigación acerca del ayuno y que éste puede ser un buen aliado, pero siempre bajo una valoración (ya que cada persona tiene una serie de circunstancias y el ayuno no es recomendable para personas que tengan trastornos del comportamiento alimentario, mujeres embarazadas o lactantes, por ejemplo) y supervisión profesional para conseguir un aporte adecuado y una alimentación saludable (ya que si no se realiza, puede existir un déficit de nutrientes poniendo en riesgo la salud).

Así lo recomienda también José María Sánchez Navarro, para quien el ayuno es una práctica que se debe realizar siempre bajo supervisión de un profesional experto en nutrición y ayunos. “Si no se realiza correctamente, la lista de efectos secundarios y contraindicaciones es elevada. El ayuno es beneficioso para la salud si se realiza adecuadamente, aunque, no es para todos”, nos cuenta. Y añade los que son, en su opinión, los efectos secundarios y contraindicaciones más habituales del ayuno:

Caquexia.
Anorexia nerviosa o algún otro trastorno de la alimentación.
Hipertiroidismo no controlado.
Demencia e insuficiencia cerebrovascular avanzada.
Insuficiencia renal o hepática avanzada.
Problemas en el embarazo y la lactancia.
Dolores de cabeza o migrañas.
Hipoglucemias leves.
Cambios en los niveles de electrolitos.
Calambres musculares.
Dolor agudo en la espalda.
Retención de líquidos.
Cambios en los patrones de sueño.
Peso por debajo del índice de masa corporal de la persona.

“Al eliminar los hidratos de carbono de la alimentación, el cuerpo se ve obligado a conseguir la energía mitocondrial metabolizando grasas, esto libera cuerpos cetónicos (que en principio son beneficiosos) que de no ser controlados adecuadamente pueden provocar cetoacidosis y esto provocar procesos inflamatorios y degenerativos en las células de nuestro cuerpo”, nos detalla.

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¿Qué alternativas tenemos para intentar compensar esos momentos de excesos?

“Si no se puede hacer un ayuno por las contraindicaciones anteriormente descritas, la mejor opción es mantener una dieta hipotóxica de 2 a 3 semanas. Las dietas hipotóxicas no tienen en cuenta las calorías, tienen en cuenta los alimentos tóxicos y las toxinas que los alimentos traen consigo, por ejemplo, pesticidas, herbicidas, parásitos, hongos, grasas hidrogenadas o trans, conservantes, colorantes, estabilizantes, etc”, sugiere el experto.

Y añade otra recomendación: “Un remedio muy beneficioso para el día después de los excesos es el zumo de dos pomelos con un diez por ciento de agua de mar. El pomelo nos ayuda a detoxificar el hígado limpiando la sangre y es un gran lipolítico. El agua de mar nos aporta todos los oligoelementos necesarios para la función enzimática de la célula”, añade.

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